Se echó cinco píldoras de alimento a la boca mientras veía la entrada a la cueva subterránea, Sasori había entrado hace unos segundos como si nada y ya empezaban a escucharse unos gritos, ella tenía que seguirle los pasos sin estorbarle claro estaba y de la manera más sigilosa posible para poder escapar sin que él la escuchara, no se fiaba de su promesa de dejarla hacer la misión que le correspondía sin meterse en su camino.
Sintió una descarga de adrenalina en el cuerpo en cuanto las píldoras hicieron efecto, no tenía ni la menor idea de cómo era la estructura de ese lugar, pero seguramente iba a necesitar una buena cantidad de chakra.
Entró por el mismo lugar que Sasori y comenzó a correr entre los pasillos, cada vez que se abría un nuevo camino hacía un clon de sombra para revisar esa dirección. Al parecer la mayoría de los pasillos estaban vacíos, seguramente el escándalo que estaba haciendo Sasori servía para que perdieran sus puestos. El lugar era enorme y cada vez más y más clones regresaban a ella indicando que no había rastro de los niños.
Sintió la angustia acumularse en su pecho, la razón por la que la habían mandado a ella a esa misión, era que tenía la capacitación en violencia gráfica, pero no creía poder mantener la mente clara si llegaba y ya habían niños muertos u obligados a hacer cosas horribles.
Los últimos clones regresaron a ella revelando que no había nada, inyectó más chakra en sus piernas y en menos de segundos alcanzó a Sasori al frente de la enorme puerta de un teatro subterráneo, estaba usando su marioneta del tercer Kazekage para matar a los guardias, eso quería decir que no eran ninjas cualquiera.
-Si tocas una de mis presas te mato.-Advirtió matando un guardia para después usar una gran estaca de arena para romper la puerta, sin dejar de correr, Sora saltó metiéndose entre los escombros de la puerta y usando la arena como impulso para saltar nuevamente al centro del escenario donde había un hombre con una daga lista para clavarla en el pecho de un niño, al parecer el primero de ellos.
-¡Hakke Kuhekisho!-Atinó el golpe a su pecho matándolo y dejándolo clavado en el suelo. Se dió la vuelta mirando a la audiencia, debían ser al menos 100 personas, mujeres y hombres de todas las edades.
-¡Matenla!-Ordenó uno de los hombres, los guardias de cada familia rápidamente se pusieron de pie para encararla, adoptó la postura del puño suave, se aseguraría de matar a todos los ninjas de la sala, al menos así los niños resistirían hasta que Arashi pudiera liberarlos, los capos seguramente intentarían escapar.
-Te dije que si tocas una de mis presas te mato.-Habló Sasori afuera del cuerpo de Hiruko, al parecer los guardias no habían sido problema para él. Se quitó la capa y la camisa que llevaba debajo dejando su torso desnudo. En el área donde debía estar su estómago estaba un cable grueso enrollado alrededor, había un mecanismo en la parte derecha de su pecho y en el izquierdo había un dispositivo con forma de cilindro, justo a la altura del corazón.-Por suerte tengo una marioneta para cada uno de ustedes.
Abrió el mecanismo de la parte derecha de su pecho, una gran corriente de chakra salió de esta y al instante se invocaron un centenar de marionetas.
-Akahigi Hyakki no Souen.-Las marionetas sacaron sus armas, una a una con sonidos huecos mientras la multitud se agitaba y se agachaban en sus lugares.-Voy a ser considerado contigo y te daré 10 segundos para que te lleves a esos niños antes de que mis marionetas ataquen a lo que se les ponga enfrente.
Sin perder tiempo, Sora hizo una gran cantidad de clones de sombra para cargar la enorme jaula donde estaban los niños y soltó al que estaba amarrado en aquel piedra de sacrificio, todos los niños parecían estar inconscientes pero vivos.
Le dió una última mirada a Sasori antes de tomar su camino, nunca se imaginó que podría estar agradecida con un miembro de Akatsuki y menos “colaborar” en una misión.
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Todos los años en Konoha se realizaba una junta entre Jonin y Chunin, la cual por desgracia no era para dar buenas noticias, bueno, al menos no visto desde una perspectiva normal.
La finalidad de dicha junta era informar el precio de la cabeza de cada elemento en el mercado negro. Habían algunos que lo tomaban como una especie de halago, ya que si su precio subía, eso quería decir que estaban haciéndose de una reputación peligrosa, por otro lado estaban los que claramente no disfrutaban de ver como ahora habrían ninjas más fuertes intentando cortarles las cabezas, finalmente estaban a los que no les importaba mucho si subía o bajaba, porque también podía bajar, solo lo tomaban como algo natural del trabajo y no se mostraban perturbados por eso.
Los ninjas de clanes especiales siempre tenían un precio ligeramente alto, eso ya que habían muchas personas que querían echarle mano encima a sus kekkei genkai, habían otros como ex ANBU que también se cotizaban bastante bien, como sea, era un dato al que estaban acostumbrados.
En el caso de ninjas como Kakashi Hatake, se veía venir que su precio aumentará cada año, actualmente estaba en los 20 millones de Ryos si lo entregaban con vida y 50 si daban solo el cadáver fresco, mostrando un aumento de 6 millones comparado con el año pasado. Ante eso Kakashi solo permanecía inexpresivo mientras se imaginaba las cosas que haría si le dieran ese dinero, seguro la pasaría bien.
El precio de Maito Guy también se había disparado después de la invasión de Konoha, sin embargo su precio vivo era mayor al precio de su cadáver, siendo 25 millones y 8 respectivamente, aumentando 5 millones respecto al año pasado, ya que no tenía técnicas que permanecieran en su cuerpo, se tenía más interés en él como un guardaespaldas. Aunque cada año lo tomaba como un dato para competir contra Kakashi, ese año no le agradó la idea de tener a más personas detrás de él, sobretodo porque pondría en peligro a la gente cercana de él como Hana.
Con uno de los precios más altos de la aldea estaban Shisui e Itachi, el precio por el cadáver de Shisui había alcanzado los 65 millones ese año, mientras que el de Itachi estaba en 63 millones, su secuestro valía lo mismo: 18 millones, ambos habían subido 7 millones respecto al año pasado. Precios esperables considerando que su sharingan era lo más valioso. Ninguno se inmutó, el año del ataque a Konoha habían aumentado 15 millones, al menos ya aumentaban menos cada vez.
Por desgracia habían Genin en esa lista, Hinata y Sasuke, claramente por sus genes, el precio por secuestrarlos era de apenas 1 millón y el precio por sus cabezas eran de 40 millones por Hinata y de 10 millones por Sasuke, esto porque los ojos de Hinata eran uno de los escasos Byakugan sin sellar.
-Hana Inuzuka 3 millones viva y 8 muerta, aumentaste medio millón respecto al año pasado.-Informó Shikaku continuando con la lista, Hana sonrió, estaba en ese pequeño grupo de inestables mentales que lo tomaban como halago.-Izumi Uchiha 1.5 millones viva y 6 muerta, bajaste medio millón respecto al año pasado.
Izumi suspiró aliviada, ella era del segundo grupo con cordura que estaba feliz de no tener que lidiar con cazarrecompensas.
-Tsume Inuzuka 11 millones viva y 16 muerta, subiste un millón respecto al año pasado.-Tsume asintió orgullosa, otra sin sentido común.
-Sora Hyuga 17 millones viva y 26 muerta, subiste 9 millones este año.-Shikaku frunció el ceño al leer eso y revisó el dato, estaba correcto.-Parece ser que solo habías subido dos millones pero después aumentaron 7 por alguna razón.
Las mandíbulas de Hana e Izumi cayeron con sorpresa mientras que Sora permanecía con los ojos muy abiertos.
“La próxima vez que nos veamos quiero 7 millones de Ryos o te haré marioneta.”
-Ese bastardo…-Murmuró bajito.
-¿Dijiste algo?
-No Hokage-Sama, continúe.-Apretó ambos puños mientras sonreía de lado intentando reprimir su enojo. Por supuesto, como si Sasori supiera el concepto de hacer un favor.
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-¡Woah! Aún no puedo creer que hayas tenido un aumento así, fue más que el de Shisui o Itachi.-Dijo Hana mirando al cielo con anhelo, Sora la miró mal queriendo darle un buen golpe, no le hacía nada de gracia ese aumento, ya esperaba que su precio subiera por haber tomado el puesto de Tokubetsu Jonin, de por sí cuando selló al Shukaku su precio había subido más que el de su maestra, ya esperaba que subiera otro poco, pero Sasori de alguna manera se encargó de que fuera una cifra considerable, lo más seguro es que dejara a un sobreviviente con la condición de que le informara a los demás capos sobre su identidad.
-Ciertamente puede ser angustiante un cambio de esa naturaleza, pero lo importante es que mantengas el ímpetu de tu juventud para poder mantenerte al nivel, tus compañeros te protegerán de las malas intenciones de los bajos mundos.-Le dijo Guy dándole una pequeña palmada en la espalda.
-Gracias Guy-Sensei.-Respondió con cansancio, al menos había dicho algo mejor que Hana.
-Y… Teniendo en cuenta el fuerte impacto que acabas de recibir ¿Por qué no dejas que un confiable compañero te invite a comer?
-¿Perdón?-Lo miró sorprendida ¿Estaba invitandola a comer enfrente de Hana?
-Es más, debería invitarlas a ambas, seguramente fue una noticia igual de impactante.-Dijo con nervios, Sora alzó una ceja para después sentir la presencia de Tsume acercándose, así ya tenía coherencia.
No creía que Hana necesitara tapadera a los 19 años pero para evitar una pequeña masacre lo haría.
-Por mí está bien.-Se encogió de hombros.
-¿Por qué no le dices a Minsu que nos acompañe? Ya sabes, para que no seamos solo los tres.-Insinuó Hana haciendo una clara referencia a que no la quería de mal tercio, rodó los ojos antes de asentir y voltear para buscar al Aburame.
Aún no parecía bajar pero Itachi estaba a escasos pasos mirando con discreción a su dirección.
-¿Y si invito a Itachi?-Preguntó tragando saliva, si iban a ir 4 personas la gente no rumoraría sobre nadie, así que podían salir a comer juntos como compañeros.
-Si, genial.-Respondió Hana sin prestar atención.
Se acercó al Uchiha mirando discretamente a las demás personas, Izumi se había tenido que ir antes de que acabara la junta porque tenía una misión.
-Buenas tardes.-Lo saludó como lo hacía cuando estaban frente a otros.-Guy-Sensei y Hana quieren ir a comer y… Creo que Guy-Sensei quiere felicitarte por tus… ¿Méritos? Como sea ¿Vienes con nosotros?
-¿Está bien que vaya?-La miró fijamente a los ojos demostrando algo de preocupación, Hana era la mejor amiga de Sora y era una Inuzuka, seguramente podía detectar si sus olores cambiaban o si se portaban extraños entre ellos.
-Seguro.-Sabía que era arriesgado, pero si la presencia de tu novio no te sube el ánimo después de descubrir que le pusieron un precio deluxe a tu cabeza, nada lo haría.
Itachi la siguió confiando en su decisión, por suerte para ambos, Hana y Guy se centraron por completo en la conversación sobre cómo fortalecer un músculo de nombre enredoso, dejándolos a ellos de lado, estando en el restaurante de barbacoa por suerte también estaban algo tapados de la gente ya que la bestia verde de Konoha había escogido una de las parrillas del fondo para no estar a la vista de los que pasaban por la calle, más concretamente de la vista de Tsume.
-Seguro fue extraño escuchar que tu precio subió tanto.-Comentó Itachi mientras apoyaba la mano en el asiento aprovechando que la de Sora estaba cerca para tocar tímidamente sus dedos en una prueba para ver si Hana estaba atenta.
-Esperaba que subiera pero no tanto.-Miró de reojo la carne de Hana, se estaba quemando por estar completamente atenta a una anécdota de Guy, si no le ponía atención a su carne bien podían besarse enfrente de ella y no lo notaría, la carne era una de las cosas más sagradas para la Inuzuka.
-Los precios de los Tokubetsu Jonin siempre aumentan de manera brusca en su primer año, tienen el entrenamiento fresco junto con todos los secretos de la aldea y es inusual que sean tan jóvenes, eso los hace más vulnerables.-Terminó de tomar su mano discretamente, le regaló unas caricias con el pulgar como manera de consuelo.
-Pero este año aumenté más que tú.-Para ser honesta si se sentía un poco intimidada al respecto, Itachi y Shisui eran de los ninjas más fuertes de Konoha, sabía que ella no se había ganado el precio acorde a sus hazañas pero eso lo hacía peor, no sabía si Sasori lo había hecho como una amenaza o como una “broma” en un retorcido sentido del humor, pero fuera cual fuera el caso no le hacía nada de gracia.
Y no solo por ella, sino también por su familia, había sido la Hyuga con precio más alto únicamente detrás de Hiashi, pero Hiashi era el líder del clan, el que tenía todas las técnicas secretas Hyuga. Sus padres ya estaban retirados de la vida ninja por suerte, pero igualmente era peligroso.
-Los cazafortunas de los bajos mundos no suelen ser ninjas fuertes, solo hay unos pocos que pueden causar problemas pero hasta ellos prefieren concentrarse en robar joyas y otras cosas, después de todo si atacas a un ninja de Konoha lo más seguro es que entres en la lista de la ANBU.-Para ser honesto, si le preocupaba el incremento brusco.
Es decir, esperaba un aumento significativo de alguien que subió de rango, selló a un bijuu, evitó un golpe de estado, sobrevivió a un encuentro con un Akatsuki y co dirigía un grupo de reacción formado por el mismo señor feudal, pero se suponía que esos eran datos confidenciales.
Ella había salido de misión por poco más de dos semanas recientemente y como cualquier misión S no le había contado los detalles, pero ese aumento brusco podía venir de ahí ya que aparte de esa misión no había hecho ninguna sin parte del equipo.
Preguntar no servía de mucho, el aumento ya estaba y no creía que fuera a bajar, después de todo ella apenas estaba empezando su carrera como Jonin, el precio iría incrementando y más siendo un miembro del departamento de Inteligencia.
Obviamente iba a protegerla, eso no estaba en duda, sabía que Sora podía defenderse bastante bien por su cuenta pero aún así iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para protegerla de cualquier amenaza, incluso si se casaba con alguien más, estaba dispuesto a cuidar de ella, de su marido y sus futuros hijos.
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Había una persona que no estaba nada feliz con subir de precio aunque los demás pensaran lo contrario.
Observó a Himeko atendiendo con paciencia y dulzura a un niño en aquella habitación del hospital, él estaba desde un árbol cercano.
No era tan estúpido como Itachi para identificar sus sentimientos, la chica le gustaba, físicamente y ahora al parecer intelectualmente, aunque no recordaba que lo anterior le hubiera pasado antes.
Cómo sea, ese no era un problema para Shisui, a él le gustaban varias chicas, incluso había tenido una que otra relación en la que si había exclusividad por un tiempo antes de que lo dejarán por desconfiar de su fama de mujeriego, no podía culparlas.
El asunto era que casi siempre eran ninjas, intentaba ser cuidadoso con las civiles porque claramente no se podían defender de un simple cazarrecompensas, por eso cuando salía con una civil, más bien salía con dos o tres al mismo tiempo, así los mismos cazarrecompensas lo imaginaban como un chico sin remedio y no intentaban usarlas para llegar a él.
El punto es que no sabía exactamente en dónde quedaba Himeko en todo eso, la chica tenía entrenamiento ninja de academia y al ser una Hyuga con el Byakugan seguramente sabía usar el puño suave, pero había dejado prácticamente toda la vida ninja para enfocarse en su carrera como enfermera.
De manera que Shisui no estaba muy seguro de sí contaba como civil o como ninja, tomando en cuenta que los cazarrecompensas no eran la gran cosa muchas veces, al menos para él, podía considerar a Himeko más del lado de las ninjas, después de todo seguro que sabía cómo actuar en un secuestro y esperar por él para rescatarla.
Pero eso no lo dejaba satisfecho del todo.
De por sí después de esa estúpida junta anual siempre se calmaba un poco y se quedaba solo unas semanas reflexionando en que se quedaría solo para siempre porque por muy guapo que fuera, una mujer seria no se echaría encima el paquete de dormir con una cabeza que vale lo de varios años de trabajo.
¿Y si se distanciaba un poco de ella? Seguro que no le importaba, Himeko nunca había intentado contactar con él, de no ser un terco sin remedio, las interacciones habrían quedado zanjadas desde la primera vez.
Se quedó un buen rato ahí hasta que llegó la hora del cambio de turno, Himeko salió del hospital y caminó por la aldea de manera distraída, al parecer con algo de tiempo libre sin llenar. Después de unos minutos vacilando entró a comprar flores y se dirigió al cementerio, a Shisui se le hacía una pérdida de tiempo visitar muertos, no lo decía a menudo porque no era lo que se esperaba escuchar de alguien de su nivel, pero esa era su sincera opinión, sin embargo Himeko pensaba todo lo contrario a él.
La vio repartir flores en algunas tumbas al azar quedándose con dos al final, se tomaba un pequeño tiempo para hablar o rezar, no lo sabía. ¿Sería acaso eso alguna especie de elección al azar? No, pensándolo bien Himeko seguramente había vivido la pérdida de muchos pacientes, era natural que visitará tumbas tan diferentes.
Estaba a punto de irse, sin querer interrumpir el momento espiritual de la chica cuando vio dónde dejó las últimas dos flores.
En esta ocasión en lugar de solo hablar al aire, se arrodilló frente a las tumbas y tomó una postura más seria mientras sacaba un pañuelo para limpiar de manera superficial el polvo que tenían.
Eran las tumbas de los padres de Shisui.
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-No es una misión difícil, pero el Raikage los ha pedido a ambos, al parecer le dejaron una buena impresión.-Sora se relajó ante eso, cuando vio que la habían convocado con Itachi a la oficina de Shikaku para darles una misión, se imaginó algo muy complicado o peligroso, pero no, cierto que había algo de riesgo pero nada que pasará de una misión A.
-¿Entonces solo debemos interceptar el mensaje y borrar la memoria del traidor?-Preguntó Itachi repasando lo que había dicho Shikaku.
-Así es, el Raikage ha decidido perdonarle la vida después de descubrir que había robado esa información para pagar el tratamiento médico de su hijo, tampoco parece ser que sea información demasiado importante, pero dice que quiere la técnica de Sora para hacerlo y tú Mangekyou para darle una pequeña lección.
La misión era sencilla, irían a una mansión, en medio de una reunión de personas importantes identificarían a unos ninjas que estaban vendiendo información del Raikage y como dijo Shikaku le borrarían la memoria mientras recuperaban la información y aniquilaban al comprador.
Para ser sinceros era una misión que cualquiera de los dos podía hacer sin falla, pero parecía ser que Shikaku quería hacer más migas con el Raikage y los estaba usando, no les molestaba, ser ninja a veces se trataba de ser un producto de exhibición.
-El líder de la misión es Itachi, salgan lo antes posible para que no hagan esperar al Raikage en el punto de encuentro, deberían llegar a él después de cuatro días.
-Si señor.
-Ah y una cosa más, no lleven el uniforme ninja, el Raikage los hará pasar por invitados políticos.
-Entendido.-Ambos salieron de la torre hokage y se fueron para alistarse, en el caso de Sora tenía que encontrar un nuevo atuendo de misiones ya que su antigua ropa le quedaba algo apretada y en el caso de Itachi tenía que buscar ropa lo suficientemente formal para una fiesta de ese nivel.
Después de día y medio en marcha, se encontraron con Shisui en el camino, al parecer también iba a una misión pero tomaría una dirección diferente al amanecer, así que se quedó a acampar con ellos.
Bueno, acampar era un decir porque solo habían encendido una fogata mientras se sentaban recargados en troncos.
La única que se permitió dormir fue la Hyuga, no había manera de estar más protegida en ese momento, incluso si se encontraban con un Akatsuki, Itachi y Shisui bastaban para hacerse cargo sin que ella tuviera que mover una uña, no servía de nada pretender que ella los protegería, le llevaban años de ventaja así que se permitió dormir profundamente.
Itachi estaba alerta como siempre y Shisui se permitió relajarse echándole ojo a lo único interesante que había ahí, a Sora.
Quedaba absurdo pensar que Shisui no se permitiría ver fijamente a una chica hermosa si tenía la oportunidad de hacerlo sin quedar como un pervertido.
Anteriormente había visto a Sora con vestidos bonitos y recatados, su uniforme ninja y algún atuendo de misiones más corto, pero ese debía ser el mejor.
Llevaba una especie de blusa/vestido sin mangas pero con cuello alto que se ajustaba muy bien a su pecho y cintura para después dejar algo de vuelo en la cadera, se veía bien, muy bien. No tenía pechos exageradamente grandes pero si eran más grandes que el promedio, quizás unos buenos 100 cm. Su torso se veía tonificado, incluso con músculos por la manera en que se había sentado contra el árbol, sus caderas eran amplias y sus largas piernas estaban por completo extendidas y cruzadas, llevaba una licra negra y botas largas que solo dejaban ver la mitad de sus muslos, pero a Shisui con eso le bastaba, estaba seguro de que podía romper sandías con esas piernas, tragó saliva de tan solo imaginarlo.
Se había soltado el cabello para dormir mejor, las ondas cafés caían con gracia a los lados de su cara que estaba relajada, parecía una muñequita recargada en una pared, su postura se mantenía recta aún dormida y no tenía la boca abierta o una expresión extraña, simplemente los ojos cerrados.
No es que la belleza del cuerpo de Sora hubiera estado completamente escondida ante Shisui antes, se había hecho más o menos una idea del cuerpo que tenía ya que tampoco usaba ropa tan holgada, pero su imaginación se había quedado corta.
Itachi era sin duda un bastardo astuto, porque si, sabía que entre ellos ya había algo, no era estúpido para no haber notado que su primo estaba inusualmente feliz e incluso ganando peso, aquello solo lo podía hacer un tumor cerebral o Sora.
Sabía que no podía preguntar por los detalles sin que Itachi lo pusiera en un genjutsu, pero no creía que Itachi hubiera resistido la tentación de ir un poco más allá con ella teniendo el cuerpo tan bendecido que tenía, había que estar loco para no hacerlo y si decía que no pensaba en eso era un sucio mentiroso.
-¿En qué estás pensando?-Preguntó Itachi sacándolo de sus pensamientos, Shisui tragó saliva pero está vez con miedo, sabía que el tono de voz de Itachi en medio de una misión siempre era serio, pero no recordaba haberlo escuchado así de serio antes.
-En los detalles de mi misión.-Mintió al instante sin verlo a los ojos, no señor, su supervivencia en ese momento dependía de ver la fogata como si él hubiera sido el primer humano en descubrir el fuego.
-¿De qué se trata?-Shisui intentó concentrarse pero la tentación le ganó por apenas un segundo subiendo su mirada nuevamente al torso de Sora.
-Ya sabes, grandes clasificadas, que diga, cosas, cosas clasificadas, debo tener algo de sueño ¿Te parece si me duermo?
-Lo harás en mi Tsukuyomi si sigues así.
-... Me parece justo.
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Aprender a bailar irónicamente es algo muy común para un ninja, sirve para infiltrarse, presentarse en reuniones importantes y demás, es algo que se enseña en el último año de academia.
Pero como Itachi no había cursado ese año,no tenía ni idea de como bailar, tampoco le habían enseñado en el ANBU ya que ese tipo de infiltraciones las hacían los adultos, quizás era algo que debió aprender como heredero del clan Uchiha, pero claro, no tenía tiempo para esas cosas y tampoco era que sus padres le hubieran insistido.
Por eso estaba pegado a una de las paredes del enorme salón donde estaban haciéndose pasar por civiles invitados por el raikage, mientras que Sora bailaba con un chico que era escolta del Raikage, el punto era que ambos se integraran lentamente a la fiesta sin llamar la atención para después hacer contacto con el objetivo y poder apartarlo de la multitud, lo cual al parecer sería completamente trabajo de Sora, ya que aunque él estaba atrayendo mucho la atención de las señoritas, dudaba poder conseguir algo estando ahí parado sin poder integrarse.
-Bueno, fácilmente podrías poner a toda esta gente en un genjutsu y matar a los dos objetivos si tuviéramos prisa.-Dijo el Raikage llegando a su lado mientras le extendía una copa con licor.
-La discreción es la fortaleza de mi compañera.
-En mi tierra hay quienes dicen que las kunoichi son como lluvia, gentiles y sutiles pero con la capacidad de empaparte sin que lo notes, aún así las mujeres de Kumogakure son de carácter fuerte y siempre intentan igualar a los hombres, creo que tu compañera es la primera kunoichi que conozco que realmente parece lluvia.
Itachi no sabía si la analogía era correcta, parecía decir de manera discreta que la fuerza de las mujeres se relacionaba con la manipulación y no lo físico, lo cual podría mal entenderse, pero en el caso particular de Sora era hasta cierto punto verdad, ya que su capacitación y especialidad no se basaba del todo en la fuerza sino en el manejo de información, manipulación y tortura. Sin embargo ella peleaba a mano limpia con todo su cuerpo así que definitivamente no era débil físicamente, solo no tenía técnicas tan vistosas.
Después de unas cuantas copas más, Sora logró acercarse al objetivo y llevarlo a un lugar privado para después hacerle la discreta señal que indicaba a quién debía ser eliminado, se encargó de su trabajo y ambos salieron de la fiesta con discreción para correr hacia el bosque a máxima velocidad.
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Las mejillas de Sora estaban de un color rosa tan intenso que incluso parecería que tenía insolación o algo parecido, pero no, era un tinte de extrema vergüenza, mientras a su lado estaba Itachi con un verdadero dolor de cabeza de los mil demonios.
A algunas personas les pasa que, piensan que no han bebido tanto y de repente el alcohol les golpea con fuerza, bueno, Itachi es ese tipo de persona.
No podía recordar del todo lo que había pasado una vez que se detuvieron a descansar, solo que empezó a sentirse muy mareado y todo estaba borroso, se sentía tan culpable por haber aceptado las bebidas que le daba el Raikage, por suerte Sora era muy responsable y tenía buena resistencia al alcohol, ella lo cuidó hasta que al otro día a las 6 de la mañana tuvo que despertarlo para que siguieran su camino.
Le dolían las articulaciones, tenía migraña, mucha sed, el estómago completamente revuelto y en resumen podría haber confundido los síntomas con un envenenamiento de no ser porque Sora le dijo que era resaca producida por las bebidas con 40° de alcohol que inocentemente bebió sin preguntar qué diablos eran.
Sin pensarlo en la mañana le dejó por completo el mando en la misión a Sora, apenas podía concentrarse en algo que no fuera caminar e intentar de estar pendiente del entorno, ni siquiera se había dado cuenta de que Sora iba delante de él sin querer hablar y muy, muy avergonzada.
Cuando se detuvieron a descansar, notó que Itachi estaba un poco extraño y habría notado que estaba borracho de no ser porque Itachi era un perfecto actor incluso ebrio, no estaba sonrojado ni arrastraba las palabras, no mostraba signos de torpeza ni tenía la mirada desorientada. Solo estaba un poco callado y en algún momento se quedó mirándola fijamente, con una mirada tan gélida que le provocó un escalofrío, cuando le preguntó qué pasaba, él se movió de su lugar para sentarse a lado de ella.
Hasta ahí todo bien, pero repentinamente se inclinó para besarla, obviamente eso fue bastante extraño, estaban en una misión y aunque estuviera cumplida, Itachi no era el tipo de ninja que se permite relajarse hasta que está de regreso en la aldea, bueno, así es normalmente cuando está sobrio. Ella le dijo que sería mejor esperar a estar en la aldea, pero entonces él preguntó en voz baja y con un tinte de ruego “¿Me besarías por favor?” Sora no creía que pudiera haber ninja en las cinco naciones, hombre o mujer que pudiera resistirse a una petición así de Itachi Uchiha.
No creyó que fuera la gran cosa, estaban en medio del bosque, nadie los seguía, estaban solos, así que un pequeño beso no era la gran cosa.
Bueno, si fue la gran cosa. Al principio fue un beso normal, pero repentinamente Itachi se tomó la libertad de inclinarse más sobre ella poniéndola contra el árbol y besándola de lengua, Sora lo hubiera detenido si su cerebro hubiera respondido pero el desgraciado no cooperó y solo le siguió la corriente. Cuando la mano fría de Itachi tocó con suavidad su muslo, su sentido común también se marchó y cuando la besó en el cuello, bueno ahí ya no quedaba más que un manojo de nervios con el corazón a punto de reventar.
Le habría gustado decir que ella lo detuvo, qué le dijo de manera suave lo indecoroso y peligroso que era lo que estaban haciendo, pero no, lo único que los detuvo fue que Itachi se quedó dormido encima de ella antes de que su mano subiera más allá de sus caderas y lograra meterse bajo su vestido.
No había dormido ni un segundo, en primera porque tenía que hacer guardia, pero también porque la cabeza le iba a mil mientras se reclamaba por no ser prudente ¿Que hubiera pasado si él hubiera querido ir más lejos? ¿Realmente lo habría detenido? Claro que si, ella no era ninguna indecorosa que hace esa clase de cosas en medio del bosque y sin estar casada… ¿Verdad?
Cada vez que pensaba en eso quería gritar de la frustración, no sabía cómo había acabado en el punto en que él solo tenía que tener una mano encima de ella y le daría su vida entera si se la pedía, lo peor del asunto era que él ni siquiera parecía acordarse, aunque, quizás fuera mejor así, si él recordaba aquello y se daba cuenta de que ella accedería a todo con él… No, seguramente no se aprovecharía, seguramente Itachi (Sobrio por supuesto) tenía mejor autocontrol que ella, nunca había intentado tocarla indebidamente, sus manos solo habían tocado su cintura y cara hasta ese momento.
Eso lo hacía más vergonzoso, porque el borracho era él y la que casi aprovecha estando consciente era ella.
-¿Te picó un mosquito?-Preguntó con voz cansada cuando la alcanzó en las puertas de Konoha, se llevó una mano al cuello mientras deseaba que la tierra la enterrara a 10 metros de profundidad.
-Eh… si, si un mosquito, uno grande.-Carraspeó mientras pensaba en cómo quitarse aquella marca.-¿P-Por qué no vas a tu casa? Yo daré el reporte de la misión.
-¿Segura?
-Completamente.
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-El próximo mes será el festival de otoño.-Reflexionó Himeko mientras ambas limpiaban el piso del salón de entrenamiento de Hiashi.
-Después de eso comenzarán las preparaciones para los compromisos.-Respondió sintiendo un gran peso en el pecho al decir eso.
-Honestamente no me quiero casar aún.-Declaró Himeko sorprendiendo un poco a Sora.
-¿Y eso?-Himeko siempre había dicho que en cuanto tuviera la edad se casaría y así tendría alguien que la acompañara a todos lados sin que los hombres la fastidiaran, no es lo primero que se viene a la cabeza cuando uno piensa en casarse pero cada quien tenía sus propias prioridades.
-No sé, últimamente he pensado mucho en el comportamiento de los hombres.-Más concretamente en el comportamiento de Shisui, al principio había pensado en él como un chico de cascos ligeros, un genio ninja sin dudarlo pero en lo personal parecía bastante relajado, pero después de tratar con él repetidamente se había dado cuenta de que habían muchas cosas escondidas en su personalidad, eso le hizo pensar que quizás un par de citas no era suficiente para encontrar marido.
De alguna manera se sentía comprometida a ayudar a Shisui antes de casarse, el pobre chico estaba solo y ni siquiera se daba cuenta de lo que pasaba con sus propios sentimientos la mayoría de ocasiones, si él se esforzaba tanto por Konoha quizás alguien debía regresarle el favor, concentrándose únicamente en él como nadie lo había hecho.
-¿Entonces qué vas a hacer? Escuché que las listas para citas se harán en estos días.-Ella también estaba buscando una manera de zafarse de eso, es decir, sabía que tendría que casarse tarde o temprano y que Itachi también tenía que hacerlo, pero no había nada de malo en querer extender un poco más aquel secreto que tenían, incluso si era solo por unos meses más o un año.
-Ah no, iré a las citas, pero veré si puedo fijar la fecha del matrimonio más lejana, para poder conocer bien a mi prometido.-Sora suspiró con desgano, podía hacer lo mismo pero eso sería serle infiel a su prometido y ella no quería hacer eso.-Tú seguramente tendrás más tiempo.
-¿Por qué lo dices?
-Acabas de ascender de puesto, seguramente tienes la agenda muy ocupada con misiones.-Una revelación llegó a Sora, era cierto, solo tenía que saturarse de trabajo durante el otoño e invierno para que Hiashi no la considerara en la lista de mujeres disponibles, quizás no podría ver a Itachi en esos meses tampoco pero una vez terminado el invierno podría bajar un poco el ritmo y pasar primavera y verano con él.
-Si, si, tienes razón, estoy muy ocupada y seguramente Hiashi-Sama prefiera verme cumpliendo misiones.-Se puso a tallar el piso a toda velocidad, tenía que ir con Shikaku a pedirle todo el trabajo que pudiera hacer.
-Pero igual prepararás algo para el festival ¿Verdad? Hiashi-Sama dijo que quería invitar a los líderes de otros clanes.
-Seguro.-Preparar un pequeño número con música instrumental o alguna danza mientras hacía misiones no podía ser tan difícil, si dormía poco lo lograría y era un precio bajo para poder extender su tiempo con Itachi.
Ojalá el clan Uchiha no le reclamara tomar el poder pronto.
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-¿Que vas a hacer?-Se sentó tan bruscamente que todo le dió vueltas por unos segundos, Guy a su lado no dejó de hacer lagartijas en dos dedos.
-A pedirle permiso a tu madre para cortejarte.-Repitió con una sonrisa orgullosa de su gran idea, eso era, Tsume solo tenía que saber que sus intenciones eran buenas, él y Hana aún no tenían nada pero si tenía el permiso de su madre para buscar algo, lo demás sería más sencillo.
Hana lo miró como si le hubiera dicho que iba a lanzarse a un volcán con un hilo como única seguridad ¿Acaso era una manera discreta de decir que se había cansado de vivir?
Ella ya tenía un plan, o bueno, algo así, cuando ellos fueran novios esperaría un par de meses para ver que funcionaran bien, aguardaría a que Guy se fuera a una misión larga y entonces se lo diría a su madre, ellas pelearían, seguramente la correría unos días, se quedaría con Izumi y convencería a la Uchiha de que intercediera ante Tsume por ella, cuando eso fracasara seguramente Sora tomaría las riendas de la situación e intervendría por los cuatro, ella si podía evitar los ataques de Tsume y hablar al mismo tiempo.
Así cuando Guy regresara de aquella larga misión Tsume solo le daría una pequeña advertencia, quizás un par de golpes pero nada grave, así estarían bien.
Pero si Guy intentaba hablar con ella directamente seguramente acabaría con la circuncisión hecha de manera casera.
Sabía perfectamente que Maito Guy era un hombre de tradiciones, había que ver cómo se pasaba horas buscando piedritas de río en forma de corazón para dárselas como si se trataran de pingüinos intentando conquistarla con la mejor roca. Pero en definitiva ese no era el asunto donde se pudiera ser diplomático y salir con vida, tenía que hacer algo.