-¡¿Puedes curarla?!-Preguntó Tsume desesperada mientras Itachi usaba un jutsu médico en Sora.
-Solo podré alentar el sangrado pero necesitamos un médico.
-Iré por Izumi, ella sabe algunos jutsus médicos.-Dijo Hana con prisa.
-No hay tiempo, Izumi no puede usar chakra.-La detuvo Tsume.-Tendremos que detener el sangrado a la antigua.
Tsume sacó un kunai y se acercó al cuerpo de Sora. Hana también se acercó para sujetarle los brazos.
-Escucha Itachi necesito que lances fuego a este Kunai ¿Puedes hacerlo sin detener el jutsu de curación?
-¿Cauterizar la herida con metal caliente? Va a dañar el tejido si hace eso, estando tan cerca de la columna podría quedar paralítica.
-¡Pero viva!-Itachi apretó los labios intentando encontrar otra opción, no le quedaba mucho tiempo a Sora, cauterizando y dándole unas píldoras de alimento quizás lograría llegar a un médico.
Acumuló chakra en la boca y lo expulsó en una ráfaga de fuego que calentó el kunai al rojo vivo.
-Sujetenla bien.-Ordenó acercando el kunai al comienzo de la herida, al momento de tocarlo el cuerpo de Sora comenzó a moverse mientras ella gritaba con fuerza. Tsume despegó el kunai verificando que había servido.-Una vez más.
-Al menos podríamos ponerla bajo un genjutsu.-Alegó Hana.
-Si hacemos eso le robaremos la poca energía vital que le queda.-Se negó Tsume poniendo nuevamente el kunai enfrente de Itachi.-No hay tiempo chico.
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-La casa se apestará permanentemente a pescado.-Murmuró Sasuke como queja mientras desayunaba.
Desde que Itachi había vuelto de aquella misión en dónde dos de sus compañeras resultaron heridas se la había pasado día y noche encerrado en su habitación con una enorme pila de libros de jutsus médicos y en ese momento se encontraba practicando en peces.
-Debió ser difícil para tu hermano, dicen que una de sus amigas venía demasiado grave, aún sigue en el hospital sin despertar.-Respondió Mikoto revolviendo su arroz sin mucho apetito, Itachi apenas y había comido algo más que pildoras de alimento y barras energéticas, ni siquiera se había dado un baño en todos esos días.
-No entiendo cómo pasó eso en una misión en la que estaba mi hermano.-Hinata había estado llorando varios días por la preocupación que le causaba la situación de su prima y había faltado a los entrenamientos para quedarse todo el día en el hospital esperando escuchar noticias.
-Tu hermano es muy fuerte pero no omnipresente, parece ser que el equipo se separó dos veces.
-¿Esa banda criminal es tan fuerte?
-Los ANBU han estado investigando desde hace tiempo, al principio solo hacían encargos menores pero ahora se están acercando cada vez más a las grandes naciones, aún falta que la compañera de Itachi despierte, pero parece ser que uno de los ninja que mató esa chica era uno de los siete espadachines ninja.
Sasuke abrió los ojos asombrado, le había quedado bastante claro que los espadachines de la niebla no eran poca cosa, incluso Kakashi con el Sharingan había tenido bastantes problemas para enfrentarse a Zabuza, además de que había tenido la ventaja de tener tiempo para crear una estrategia más complicada.
Que esa chica sin poder usar el Byakugan le hubiera ganado a uno en el primer combate era impresionante, quizás estaba el factor de que Kakashi además de pelear estaba protegiendo a su equipo y cliente, pero eso no robaba mérito.
-Espera… ¿Uno de los que mató?
-Parece ser que ella sola acabó con los dos antes de que tú hermano y el resto del equipo llegaran.-Mikoto también estaba bastante impresionada, no le hubiera extrañado si Itachi lo hubiera hecho solo, su hijo tenía ese poder e incluso más.
Pero esa chica seguía siendo Chunin y no se había escuchado nada sobre una Hyuga con ese nivel, el designado genio Hyuga era un chico un año mayor que Sasuke.
Ella no sabía nada de las circunstancias, pero entendía que Itachi estuviera tan frustrado como para querer capacitarse en jutsus de medicina, sin embargo le parecía extraño que en tantos años siendo ANBU y Jonin se siguiera viendo afectado por un evento como ese.
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-Ve a dormir a tu casa Izumi.-Pidió Sora con la voz ronca mientras veía a la Uchiha cabecear una vez más.-Llevas 4 días en el hospital.
-Tu fiebre apenas bajó.-Respondió frotándose la cara, al tener la primera capa de la piel destruida, era obvio que una infección entraría con facilidad, pero nadie esperaba que la Hyuga pasara una semana con fiebre y delirios.
-El doctor dijo que estaré bien.
-¿Y si vuelve a subir tu fiebre?
-Te prometo que llamaré a la enfermera si me siento un poco mal.-Izumi la miró sin estar del todo convencida, era cierto que Sora se había mostrado del todo cooperativa en el hospital, sin renegar para nada e informando cada pequeña molestia, pero le preocupaba que empeorara estando dormida.
-Saldré a ver si hay alguien que haya venido a cuidarte, si no hay nadie me quedaré un día más.
-Mi papá estaba de misión cuando le avisaron, llegará hasta dentro de dos días.
-Entonces ya tienes la respuesta.
-Ve a revisar.-Accedió suspirando, era cierto que tanto Hana, Minsu y Toshi habían estado dando vueltas en el hospital, pero tenía entendido que Toshi estaba de misión desde el día anterior y que Hana estaba cuidando del lobo de Tsume que había quedado tuerto mientras la misma Tsume estaba en otra misión.
Su esperanza era que Minsu estuviera ahí.
Izumi tomó su bolsa y salió de la habitación mientras estiraba su cuello, habían sido días difíciles antes de que Sora recuperara la consciencia, para ser honesta no se sentía del todo recuperada del paralizante ya que no había logrado dormir bien desde entonces, pero no podía simplemente dejar sola a su amiga en un hospital.
Sintió que los cielos escuchaban sus peticiones cuando vio que en la recepción estaba Itachi con un pequeño ramo de flores, suspiró aliviada mientras se acercaba a él.
-¿Vienes a ver a Sora-Chan?
-Si, pero dicen que solo hombres de su familia pueden pasar.-Respondió con algo de frustración.
-Es porque tiene todo el torso descubierto, ya sabes, para que la herida sane mejor, yo me encargo.-Lo tranquilizó mientras le guiñaba el ojo, se acercó a la recepcionista y después de unos segundos hablando regresó con un pulgar arriba.
-¿Qué les dijiste?
-Que son novios a escondidas y que estás muy preocupado.-Respondió riendo un poco ante la cara de Itachi al escucharla.-Pero dicen que las flores no pueden pasar, es un ambiente estéril.
-Yo… Muchas gracias.-Nunca se imaginó que Izumi se mostraría tan relajada y cooperativa para que él pudiera acercarse a Sora, más porque había demostrado ser algo insegura respecto a las chicas a su alrededor, quizás si había cambiado un poco en esos dos años.
Le extendió el pequeño ramo a lo que ella lo tomó con una sonrisa cansada y se despidió para salir del hospital.
-Itachi-Kun no sabe nada sobre flores.-Murmuró para sí misma mientras olía los tulipanes blancos, obviamente Uchiha Itachi no tenía tiempo para investigar de flores pero seguía siendo un lindo detalle.
(Mini nota con contexto: Los tulipanes blancos representan bondad y amor puro, sirven como disculpa ya que transmiten sentimientos sinceros. Los amarillos son para amistades y enfermos)
Itachi entró a la habitación con cuidado, el cuarto aunque era para varias personas tenía todas las camas desocupadas.
-¿Sora-San?-Habló al ver su silueta detrás de la cortina, Izumi había dicho que estaba con el torso descubierto y no quería incomodarla.
-Oh Itachi-San, pasa por favor.-Pidió mientras ocupaba la pequeña toalla que le habían dado para cubrir los bordes de su pecho, estaba acostada boca abajo pero aún así prefería cubrir todo para no incomodarlo.
Llegó a la última cama teniendo como primer plano la espalda descubierta de Sora con la gran herida atravesado su espalda, la piel cauterizada estaba de un color rojo brillante y el tejido parecía estirado, se veía un tanto grotesco y era evidente que sería imposible quitar la cicatriz.
-Se ve bastante mal ¿Verdad?-Preguntó con incomodidad.
-Es una cicatriz grande.-Asintió mientras se acercaba a la silla que estaba enfrente de la ventana para poder verla a la cara.
-Espero que a mí futuro marido no le parezca asquerosa.
-¿Futuro marido?-Preguntó sintiendo que la sangre se le congelaba.
-Bueno, algún día tengo que casarme ¿No lo crees? Las chicas siempre dicen que los hombres con cicatrices se ven varoniles pero seguramente no es lo mismo para nosotras.
-Yo creo que es un recordatorio de lo fuerte que eres.-Ella sonrió con tristeza sin agregar nada.-¿Que noticias tienen los médicos?
-Seguiré con antibióticos por unos días y después me harán un análisis de sangre para saber si la infección se fue, si es el caso cerrarán por completo la herida.-Respondió suspirando, era cansado estar acostado en la misma posición todos los días, en las películas hacían parecer mucho más sencilla la rehabilitación médica de los héroes.
-¿Hokage-Sama ha hablado contigo?
-No, dijeron que vendrá en cuanto la infección se haya ido, ya sabes, es un ambiente estéril y siendo el hokage imagino que habla con muchas personas a diario, es como una bolsa de gérmenes andante.-Quiso reírse pero el dolor en la espalda no la dejó.-Pero enviaran a un ninja para tomar la información.
-¿Está bien que yo esté aquí? En la recepción dijeron que sería mejor si solo los familiares entraran.
-Me da gusto que hayas tomado tiempo para venir, seguramente estás ocupado.
-No lo decía por eso, me refería a que quizás tu madre quiera venir.-Ella miró momentáneamente el suelo antes de responder.
-Mi madre está muy ocupada.-Fue lo único que respondió con voz más seria de lo normal.-Pero mi papá llegará en un par de días.
La puerta volvió a abrirse dejando pasar a un Jonin que entró con pereza.
-Es una buena cicatriz.-Comentó Kakashi pasando la cortina.
-¿Kakashi-San? ¿Pasó algo con Hinata-Sama?
-No, no, tranquila.-Le dió una pequeña palmadita en la cabeza.-Hokage-Sama nos envió.
-¿Nos?-Preguntó Itachi pero al instante sintió una presencia detrás de él.
-¡Pero si es una hermosa jovencita!-Se regodeo la persona que estaba parada en la ventana.-No te preocupes por esa cicatriz, he escuchado de unos ungüentos muy buenos, podría ayudarte a untar algunos.
-¡¿Jiraiya-Sama?!-Preguntaron Itachi y Sora al mismo tiempo, la Hyuga intentó estirar lo más que pudo la toalla con la que estaba cubriendo su torso y rogó internamente porque la sábana que estaba tapando sus piernas y cadera estuviera lo más arriba posible.
Era muy diferente sentirse tranquila en presencia de Itachi a tener a uno de los tres Sannin y a Kakashi en su cuarto viéndola semidesnuda.
-El mismo y en persona.-Respondió sin quitarle la mirada de encima. Itachi se puso de pie y tomó la cortina para rodear toda la cama de Sora.
-¿Y cómo voy a saber si oculta información?
-No lo hace.-Aseguró, Jiraiya rodó los ojos y bajó del borde de la ventana entrando a la habitación.
-De alguna manera siento que soy la persona más protegida del país del fuego ahora mismo.-¿Acaso no bastaba con enviar a Kakashi? No es que no se sintiera honrada de conocer a Jiraiya, era una leyenda viva, pero quizás habría querido conocerlo con más ropa encima, también era bastante famoso por su reputación de pervertido.
-Lo eres, al menos hasta que nos des la información que tienes.-Aseguró Kakashi.
-Se hacen llamar Akatsuki, visten batas negras con nubes rojas, llevan un anillo de diferentes colores y las bandas tachadas.-Habló con prisa, entre antes se fueran mejor.-Su objetivo es destruir el sistema ninja actual y traer la "paz" verdadera y parece ser que Orochimaru es uno de ellos.
-Con calma señorita, puedes contarnos con más detalle.-La invitó Jiraiya intentando alcanzar la cortina pero Itachi le dió una mirada de advertencia.
-¿Es consistente con la información que tiene Jiraiya-Sama?-Preguntó Kakashi.
-Si, aunque no sabía que Orochimaru estaba dentro ¿Algún otro detalle importante señorita?
-No.
-¿No te gustaría platicarme más a fondo tus combates? Me servirán como material para mis siguientes obras.
-Quizás otro día Jiraiya-Sama.
-El problema aquí es que Orochimaru nunca fue el tipo que se queja del sistema, a él ni siquiera le importa, solo sigue su insana obsesión por la inmortalidad y las técnicas ninja.
-Deberíamos continuar esta conversación en la oficina de Hokage-Sama.-Respondió Kakashi dirigiéndose nuevamente a la puerta.
-En cuánto salgas del hospital te regalaré la nueva edición de mi libro.-Prometió Jiraiya siguiéndole el paso.
-Gracias Jiraiya-Sama.-Bufó en cuanto escuchó que la puerta se cerró, Itachi fue a la ventana para cerrarla con todo y cortinas, si Jiraiya tenía las malas manías que se rumoraba no era de extrañarse que intentara juzgonear en la noche.
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-Tu presión y temperatura están bien.-Avisó la enfermera que pasaba a hacer control en la madrugada.
-Tengo algo de frío.-Debían estar a unos 4 grados, podía aguantar bien el frío, pero considerando que estaba semidesnuda y que los hospitales son lugares fríos no la estaba pasando muy bien. Itachi se veía tan a gusto dormido en la silla con su atuendo de manga larga y la cobija que la enfermera le había dado.
-Lo lamento pero no puedes cubrirte la espalda.-Se negó la enfermera saliendo del cuarto, suspiró frotando sus pies, por suerte tenía las piernas cubiertas.
Cerró los ojos intentando dormir sin mucho éxito por el frío, estaba cansada por tantos días sin poder dormir bien y parecía que ese sería uno más.
Abrió los ojos en cuanto escuchó la silla arrastrarse por el piso, Itachi se había acercado más a la cama para extenderle su mano.
La tomó al sentir calor emanar de ella, debía estar acumulando chakra en su palma y por su naturaleza de chakra de fuego se sentía aún más cálido de lo usual.
-¿Puedo?...-Preguntó ella haciendo el gesto de acercar más su mano, él asintió y lo jaló un poco para guardar su puño en el espacio entre su cuello y pecho.-Muchas gracias, te prometo que no será mucho rato.
-Estaré aquí toda la madrugada si lo necesitas, no tienes que preocuparte.-Acumuló chakra en la otra mano y la puso en el colchón para pasarle calor a la cama, ella relajó su cuerpo al sentir como el calor poco a poco comenzaba a hacerla sentir somnolienta.
Itachi era un verdadero sol, Izumi tendría mucha suerte al casarse con él.
-Nunca te agradecí por cuidarme cuando estuve en coma.-Comentó sintiendo los ojos pesados.
-¿Cómo lo supiste?-Preguntó algo nervioso, estar día y noche vigilando seguramente lo haría parecer como algún enfermo fisgón.
-Mi papá me lo dijo, te lo habría compensado si lo hubieras dicho.
-No es necesario.-Tragó saliva mirando a otro lado, seguramente Takashi también creía que era un fisgón.
-Tus acciones siempre dicen más que tus palabras, eso es algo que me gusta de ti.-Murmuró quedándose dormida.
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-¡Venga Izumi que se hace tarde!-Gritó Hana mientras esperaban a qué la Uchiha terminará de comprar en un puesto de verduras.
-No es mi culpa ¿Leíste la lista que nos dió Takashi-San? A este paso no habrá casa que pueda guardar tanta comida.-Era una pena que el padre de Sora solo hubiera podido pasar un día en la aldea antes de volver a salir de misión, pero le había pedido personalmente a Izumi que comprara cosas para Sora, le dejó a cargo una cantidad grotesca de dinero junto una lista aún más monstruosa de cosas para comprar ¿Para que demonios podía querer Sora 10 kilos de fruta exótica? No tenía ni idea.
-¿Por qué no te adelantas Itachi?-Pidió Hana sacando de una de las bolsas un vestido al azar.-Seguramente Sora ya nos está esperando y aún nos falta la mitad de las cosas y "limpiar" su casa, aunque honestamente creo que todo ahí estará impecable, el hombre a veces es exagerado.
-¿No sería mejor si una de ustedes la ayuda a vestirse?-Preguntó recibiendo el vestido con algo de nervios.
-Anda, Sora te ve como un hermano, seguro no hay problema.-Le dió un golpecito en el hombro antes de ir a dónde estaba Izumi intentando sellar una enorme bolsa de mandado en el pobre pergamino que seguramente ya no daba para más.
Sintió que la boca se le secaba ante ese comentario…
"Hermano"
Eso estaba mucho peor que la "zona de amigo" de la que Shisui tanto hablaba.
Llegó al hospital donde las enfermeras ya los estaban esperando, lo llevaron a la habitación en la que estaba Sora sentada con una sábana contra el pecho y el doctor a espaldas terminando de untar una crema en su espalda.
-Te ayudará con la comezón, si necesitas más pide una en la farmacia.-Le extendió el tarro a Itachi y se quitó los guantes para tirarlos.-Tu cita de seguimiento es en una semana.
El doctor salió de la habitación dejándolos solos.
-¿Izumi-San y Hana no vinieron?-Preguntó apretando la sábana contra su pecho con nervios ¿De quién había sido la fantástica idea de mandar a un chico a ayudarla a cambiarse? ¿Acaso no se daban cuenta de lo indecoroso que parecía eso a simple vista? Si la enfermera del clan Hyuga la llegaba a ver seguramente se lo diría a Hiashi y la regañarian.
-Están terminando de comprar las cosas…-Respondió igual de nervioso, como ANBU había visto a algunas mujeres desnudas, pero honestamente había un MUNDO de diferencia entre eso y esto.
-Esta bien.-Accedió mirando a otro lado, quería irse en ese momento y seguramente encontrar a una enfermera que ayudará llevaría mucho tiempo ya que estaban cambiando de turno.
-Enviaron un vestido.-Explicó enseñando la prenda, era un vestido blanco sencillo con la espalda descubierta, se ataba del cuello así que no había problema por alzar o bajar los brazos.
-Que suerte, tengo licra así que…
Él entendió la señal y dejó el vestido en el piso acomodado mientras caminaba para quedar a sus espaldas, ella dió un paso adelante entrando en el vestido y él se agachó para subirlo desde atrás y que ella pudiera acomodarlo de adelante, con cuidado hizo su cabello a un lado y ató la cinta del cuello.
-Está listo.-Aviso en voz baja.
-¿Te molestaría si te pido un favor? Es que se supone que mi cabello no puede tocar por ahora mi espalda y no puedo mover tanto los brazos como para peinarme por mi cuenta.
-¿Cómo quieres que lo peine?-Preguntó con total disposición.
-Cualquier cosa estará bien.
-¿Una trenza?
-Si, perfecto.-La ayudó a sentarse en una silla para empezar a trenzar su cabello. Para ser honesto el cabello de Sora siempre le había parecido muy bonito y en secreto, muy muy en secreto, había soñado un par de veces con peinarlo.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Por supuesto.-Accedió ella mientras se relajaba al sentir como pasaba sus dedos por el cabello para desenredarlo.
-¿Te arrepientes de lo que pasó en la misión?-Él creía que había tenido un desempeño casi perfecto dadas las circunstancias, pero quizás ella no quisiera arriesgarse nuevamente a algo tan grande de manera tan precipitada, había sido una situación negligente por parte de él y Tsume.
-Para nada.-Respondió al instante.-Creo que hice un buen trabajo, estoy orgullosa de mi misma.
Sintió un escalofrío correrle por la columna al escucharla hablar con tanta seguridad, se detuvo momentáneamente y la miró con atención.
-Pero debimos auxiliarte en combate.
-Lo sé, el protocolo quizás es distinto… pero a veces me gusta saber que no necesito protección y que puedo resolver las cosas por mi misma, quizás tuvo un costo.-Señaló refiriéndose a su espalda.-Aún así no me arrepiento.
Aprovechando que ella estaba de espaldas sonrió mirando al piso y reanudó su tarea, con el mayor de los cuidados comenzó a desenredar un poco con los dedos para después trenzar de una manera un poco floja para que no le lastimara, al final de la trenza se quitó la liga que ataba su propio cabello y se la puso a ella.
-Lista.
-Muchas gracias.-Se puso de pie y ambos se dirigieron a la salida, recibieron algunos documentos en la recepción y estaban a punto de irse cuando ambos reconocieron a dos personas hablando en las bancas de la sala de espera.
-¿Padre?-Murmuró Itachi viendo a Fugaku hablando con la madre de Sora a la distancia.-¿Vamos con tu madre?
La miró encontrando que sus ojos se habían llenado de lágrimas al instante mientras su gesto se descomponía por completo.
Se tensó por completo sin saber que había hecho mal ¿Le dolería la cicatriz?
La chica tragó saliva y con el costado del puño se limpió rápidamente los ojos para dirigirse a la salida sin mirar atrás, Itachi la siguió sin entender lo que sucedía.
-Espera, no deberías caminar tan rápido.-Habló una vez fuera del hospital pero ella no se detuvo y tomó camino para el bosque.
-Me entraron ganas de caminar.-Respondió con la voz algo quebrada al final mientras aumentaba la velocidad con la que caminaba, Itachi la siguió en silencio hasta que llegaron a un punto conocido del bosque, la tomó de la mano para detenerla.
-¿Qué pasa?-Ella no respondió pero a los pocos segundos se escuchó un hipeo que delató que estaba comenzando a llorar. Intentó verla a la cara pero se cubrió los ojos con el costado de ambos puños mientras se frotaba los ojos intentando detenerse.
-Nada.-Susurró con la garganta apretada.
Itachi frunció el ceño con preocupación ¿Por qué repentinamente se veía tan indefensa? Nunca había visto a alguien que transmitiera tanta tristeza sin haber comenzado a llorar bien.
Intentaba limpiarse los ojos con fuerza y torpeza provocando que se pusieran más rojos, el labio inferior estaba temblando y su respiración era desastrosa por el esfuerzo que estaba haciendo para no llorar.
Se acercó para ponerle una mano detrás de la cabeza y atraerla a su pecho. Se inclinó hacia adelante y con cuidado le puso una mano en la cintura para acercar más sus cuerpos.
-Si dices que no es nada, no será nada. No tienes que explicarlo, solo déjalo ser.-Ella lo abrazó por la cintura mientras comenzaba a temblar con más fuerza, dejó que de una vez por todas el llanto se apoderara de ella y soltó un lastimoso quejido mientras se aferraba con fuerza a Itachi.
Podía sentir que el aire frío entraba por su garganta en respiraciones hipeantes y toscas mientras que el pecho le retumbaba sin poder detener los quejidos que salían de su boca cada vez que exhalaba.
Por eso odiaba llorar, porque no lograba hacerlo como una persona normal que soltaba algunos chillidos menores o sin hacer ruido, su cuerpo entraba en una catarsis total que no le permitía controlarse por más que su mente se lo pidiera.
Por momentos Itachi realmente tenía miedo de que se fuera a desmayar por no respirar bien, pero aún así no la soltó y solo sacó algunos pañuelos de su bolsa de vez en cuando para que ella pudiera limpiarse la nariz.
Ese mismo lugar en el que había llorado abrazándola, era el mismo que estaba presenciando ahora la escena opuesta.
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Caminaron despacio por el bosque sin decir palabra, a pesar de que había estado casi 3 horas en llanto, Itachi no había preguntado nada, cuando se detuvo únicamente esperó a que se limpiará la cara y la tomó de la mano para comenzar a caminar en camino a la aldea y más específicamente a su casa.
Cada paso que daba sentía que la cabeza iba a explotarle, la migraña que tenía en ese momento era tan impresionante que ya no podía fijar la vista, se detuvo momentáneamente pidiéndole silenciosamente hacer lo mismo.
Se sujetó la cabeza con dolor mientras cerraba los ojos intentando respirar hondo para ver si ayudaba.
Quizás había sido una reacción exagerada, pero haber estado días en el hospital sin que su madre apareciera ya la tenía lo suficientemente sensible como para que cuando apareciera lo hiciera con su amante.
El Uchiha se apresuró a ponerle una mano en la frente mientras ejecutaba un jutsu médico para ayudarle con el dolor. En toda su vida nunca había sentido que alguien le contagiaba el llanto, pero con ella a ratos podía sentir sus propios ojos humedeciendose, verla llorar había sido muy angustiante, tanto que le estaba costando mucho trabajo mantener su promesa de no pedir explicaciones, la necesidad de aliviar lo que sea que la había puesto así no salía de su pecho.
-Muchas gracias.-Susurró con la voz ronca por tanto llanto, él continuó con el jutsu hasta que no quedó ningún rastro de dolor o mareo.
Quizás él no era el indicado para hablar al respecto, pero estaba seguro de que un llanto de esa magnitud tenía mucho tiempo de sentimientos reprimidos y le preocupaba que algo estuviera haciéndole daño de manera tan silenciosa.
-¿Te gustaría ir por algo de té y pan dulce?-Quizás no podía preguntar, pero quería calmar la sensación que le había dejado en el pecho verla tan triste, ahora entendía porqué Takashi era tan detallista con ella, verla así despertaban unas enormes ganas de mimarla y cuidarla hasta que todo rastro de tristeza estuviera enterrado.
Ella lo miró con timidez y tristeza, asintió sin decir nada y él sujetó con más firmeza su mano para llevarla a una tienda de té que estaba algo lejos del centro, así nadie la vería.