A través de las Sombras © [MU...

By xantoniaguzman

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Aura tiene visiones extrañas. Sueños, en realidad, en los que un ente sin rostro le quita la respiración... p... More

EL COMIENZO
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII
CAPÍTULO XVIII
CAPÍTULO XIX
CAPÍTULO XX
CAPÍTULO XXI
SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO XXII
CAPÍTULO XXIII
CAPÍTULO XXIV
CAPÍTULO XXV
CAPÍTULO XXVI
CAPÍTULO XXVII
CAPÍTULO XXVIII
CAPÍTULO XXIX
CAPÍTULO XXX

CAPÍTULO XII

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By xantoniaguzman

Lucas había salido del hospital sin ninguna explicación más que el vago «tengo que irme» que le susurró a la madre de Aura, intentando con todas sus fuerzas deshacer el nudo que comenzaba a formarse en su garganta. Las palabras que le había dicho en aquella blanca habitación lo perseguían. Había despertado del coma, sin embargo, a pesar del alivio que sentía, no podía dejar de pensar que, en primer lugar, jamás debió haberse ido.

«No vas a poder evitar las preguntas por siempre. Lo sabes, ¿verdad?», había dicho la voz de Aura semanas atrás. Antes de que cayera en coma, antes de que Lucas se fuera, antes de que todo lo que no debía pasar sucediera. Y Lucas lo sabía perfectamente.

Luego de haber sacado a Aura de la universidad el día que las sombras la atacaron y llevarla a su casa, inconsciente, el chico esperó a que despertara, pero las horas pasaban y ella seguía dormida. Apenas se movía, por lo que varias veces tuvo que acercarse a la muchacha para asegurarse de que seguía respirando y sí, lo hacía, tan débil que apenas era capaz de escucharla. El tiempo transcurrió sin trascendencia desde entonces. Lucas se había sentado y parado mil veces, y había caminado de un lado a otro de la habitación mil veces más. Su mente no paraba de dar vueltas tampoco, vueltas en su mayoría sin sentido, puesto que ninguno de sus pensamientos resultaba de ayuda.

Las sombras habían vuelto a pesar de que nunca se fueron realmente, y Stephan había vuelto también, a pesar de que él tampoco se había ido en primer lugar. La última vez que Lucas lo había visto había sido dos años antes, y no podía decir que el odio había menguado, no obstante, tenía que obligarse a dejarlo de lado, pues eso no era lo que importaba.

—¿Qué se supone que haces? —preguntó un chico rubio a su lado. Eso había sido alrededor de dos semanas atrás, cuando apenas se había marchado, y Lucas no conseguía dejar de recordar ese tiempo con asombrosa precisión.

Lucas sacudió la cabeza, tratando de alejar los pensamientos de esta y se volteó para mirar al dueño de la voz. El otro muchacho, de cabello rubio oscuro, casi marrón, lo miraba con una ceja arqueada, como si estuviera burlándose de la situación, mas Lucas podía ver que tras esa máscara se escondía la preocupación que intentaba mantener encerrada.

—Estoy pensando, Kaden —habló Lucas con elocuencia—. Podrías intentarlo de vez en cuando.

Kaden hizo una mueca. El cambio en su semblante resultó evidente.

—Gracioso —respondió ya sin rastro de burla en su voz.

Lucas suspiró.

—Kaden... Tú estuviste con ellos por más tiempo que yo... Deben haber... Tienen que haber mencionado algo...

—Lucas... No lo hicieron. Y aunque lo hubieran hecho... Tenía apenas cuatro años, no hay forma de que lo recuerde.

El chico bajó la cabeza, ocultando sus ojos violetas de la mirada del rubio. Tenía razón, claro que la tenía, pero ambos se estaban quedando sin opciones. Sin opciones y sin tiempo.

—No sé qué más hacer, Kaden, y no puedo dejar de pensar en que quizá no debí haberme ido. La protección del hechizo no deja entrar la magia y así no puedo entrar en sus sueños, no puedo bloquear las sombras, no puedo... No puedo hacer nada.

—Entonces vuelve —replicó—. Vuelve y dile la verdad, Lucas, porque no puede vencerlo si no sabe a qué se enfrenta...

—¡¿Crees que no lo sé?! —gritó el chico exasperado—. Sé que no puede vencerlo si... —comenzó a decir, pero se calló de pronto cuando una idea apareció en su cabeza.

—¿Si...? —preguntó Kaden.

—Se supone que sus poderes deberían ser iguales, lo que significa que él debería tener una ventaja sobre ella para poder ganar. En aquel entonces era la falta de experiencia, y ahora...

—Muchos «debería» en una misma oración, ¿no crees? —Lucas lo miró mal. Kaden suspiró—. Bien, ¿a dónde quieres llegar con esto, precisamente?

—Es asmática.

—¿Y...? —repitió Kaden aún sin comprender.

—Creo que él tiene una forma de controlarla usando el pasado a su favor. —Lucas se dejó caer en uno de los sillones más cercano a él y se llevó ambas manos a la cabeza, que había comenzado a doler de pronto—. No sé cómo, pero tiene sentido. Kaden... Necesito tu ayuda, no puedo descifrarlo solo.

—Los recuerdos... te fueron dados a ti, Lucas, no a mí. No veo en qué pueda serte de ayuda...

—Sabes la historia tan bien como yo —interrumpió con una mirada suplicante dirigida al chico a su lado—. Tienes que intentarlo... Por favor.

Kaden lo examinó con la mirada y sonrió, a pesar de que sonreír era lo último que se sentía con ganas de hacer.

—Sabes que cuentas conmigo.

Lucas asintió con el leve indicio de una sonrisa en el rostro. Cerró los ojos, intentando recordar cómo respirar.

—No puedo estar lejos por demasiado tiempo —expresó en voz alta sin mirar a Kaden—. Me necesita, no sabe nada.

Kaden no dijo palabra durante un momento que a Lucas le pareció eterno, sin embargo, pudo sentir su mirada quemándole la espalda, examinándolo con detenimiento. Su postura, la forma en que las manos le tapaban el rostro... Lo conocía y, por ende, sabía la respuesta de lo que estaba a punto de decir:

—Esto no es solo por la misión... ¿O sí? —inquirió finalmente.

Lucas se planteó decir que sí durante un momento, que la misión era la única razón por lo que estaba haciendo todo, que ese era el motivo por el que no podía estar lejos, para que el plan no fallara... Pero a él no podía mentirle; lo conocía demasiado bien.

—No. No lo es.

—Tienes que contarme todo, Lucas, no puedes olvidar los detalles —dijo Kaden esa misma tarde.

Ambos chicos se encontraban sentados en la mesa del comedor, rodeados de papeles que ya habían repasado millones de veces, y, aun así, no habían sacado nada en concreto.

—Bien. —Lucas suspiró y arrastró su silla hacia atrás, levantándose de la mesa. Entonces comenzó a caminar por toda la habitación de un lado a otro. Kaden lo veía dar vueltas sin decir nada a pesar de que lo estaba poniendo nervioso—. La noche antes de que me fuera tuve un sueño. No fue un sueño normal; estaba consciente, y eso no muchas veces sucede. Entonces pensé... que si Stephan puede meterse en la cabeza de Aura... yo también podría meterme en la suya. —Kaden lo miró como si se hubiese vuelto loco. Una vez más, no dijo ni una palabra. Lucas siguió hablando—. Apenas me quedé dormido, de algún modo desbloqueé la pared que me protege de las sombras y en cuanto intentaron entrar en mi cabeza... presioné de vuelta.

—¡¿Estás loco?!

—Lo sé, es peligroso —interrumpió antes de que Kaden pudiera decirlo—, pero de no haberlo hecho... —Un escalofrío recorrió su columna vertebral al recordar las imágenes que habían pasado por su mente aquella vez. Kaden lo observó con preocupación, con un brillo extraño en los ojos, como si supiera con exactitud lo que pasaba por su mente en ese momento.

—Continúa —murmuró simplemente.

Lucas asintió y tomó aire.

—Yo... No sabía lo que estaba haciendo, Kaden, y tampoco creo que entendía bien en qué me estaba metiendo. Al principio solo fueron sombras, no pude ver nada más; sentía que estaba estancado en la oscuridad, como si algo me atara a mi propia mente. Entonces las sombras se disiparon y comencé a caer... directo a la mente de Stephan.

»Estando ahí apenas lograba ver nada, pero mi cabeza parecía estar jugando conmigo. Oía pasos, como si me estuvieran siguiendo a cada momento. Me sentí paranoico; escuchaba voces... Distintas voces, susurrando a mi alrededor.

—¿Qué voces?

—Al principio no las reconocí —admitió—, eran demasiado... incorpóreas como para reconocerlas. A medida que avanzaba... Escuché tu voz, Kaden. También la de Aura y luego... estaban ellos.

—¿Los escuchaste? —susurró Kaden.

—En ese momento parecía imposible notar que no eran ellos realmente —asintió Lucas—. Creí que me estaba volviendo loco, que mi cordura se estaba perdiendo en ese lugar. Entonces escuché la risa de Stephan; había detectado mi presencia. Las sombras comenzaron a arremolinarse a mi alrededor. Quise bloquearlas, pero sabía que si lo hacía, todo el lugar se vendría abajo y estaría de vuelta en mi cabeza, y no habría servido de nada.

—Las sombras no pueden dañarte, Lucas. Lo sabes.

Aquí no pueden dañarme —aclaró el chico con rapidez—. En su mente... En su mundo pueden hacer lo que quieran. Aun así no me tocaron, pero lo que dijo Stephan entonces...

—¿Qué fue, Lucas?

—«La has mantenido con vida sin proponértelo todo este tiempo» —dijo citando las palabras de Stephan, recodando cómo habían resonado en la oscuridad de su subconsciente con una increíble claridad—. «No recuerda a nada y por tu propio miedo no le has dicho nada tampoco. No lo tendrá tan fácil esta vez. No pienso matarla aún, pero te lo advierto: dile una palabra sobre esto y me obligarás a terminar el trabajo. Eso si es que las sombras no lo hacen antes».

Cuando Lucas terminó de hablar ninguno se atrevió a decir algo. Un silencio sepulcral que no se atrevieron a romper cayó pesadamente sobre ellos. Kaden bajó la vista y posó la mirada en el piso como si fuese la cosa más fascinante del mundo. Sabía que sus pensamientos deberían haber estado trabajando a mil por hora, intentando descifrar algún significado oculto para las palabras que Lucas acababa de pronunciar. En cambio... su cerebro parecía simplemente haberse desconectado.

—Desperté justo después de eso. —Kaden levantó la vista, mirándolo al fin—. Al abrir los ojos... Las sombras habían entrado en la cabeza de Aura, no sé cómo, pero lo hicieron. Fue solo un segundo, no alcanzó a soñar nada. De hecho creo que ni siquiera se dio cuenta y yo... me asusté, Kaden, porque no debió haber pasado.

»Me preguntó por las sombras al día siguiente y no pude decírselo; no si sabía que eso podría hacer que la maten. Y con esas cosas rondando... Necesitaba saber por qué la afectaban tanto, porque necesitaba defenderse y para eso tenía que contarle todo... ¿¡Ves cómo se retuerce la historia!? —gritó, conteniendo las ganas de golpear algo—. ¡Todo se está convirtiendo en un maldito círculo vicioso y no hemos resuelto nada!

—Lucas —dijo Kaden con firmeza, haciendo que el chico se calmara—, vamos a resolverlo.

—¿Y si no? —preguntó él, bajando la voz hasta convertirse casi en un susurro.

—Buscaremos la forma.

Se obligó a calmarse. Respiró un par de veces hasta que finalmente asintió, aún sin convicción, sin embargo, eso era lo único de lo que se veía capaz de hacer.

—Tengo que volver —decidió—. No puedo esperar que se desenrede por sí solo.

—Bien.

Lucas se encaminó hacia el salón, donde descansaba la mochila que se había llevado ese día. La luz entraba a raudales por las cortinas abiertas de la estancia, iluminando todo con los rayos blancos que pasaban a través de las nubes de otoño. Los pasos del chico resonaban por el piso de madera, con los de Kaden siguiéndolo por todo el lugar.

—Recuerda nuestra promesa, Lucas —dijo Kaden cuando el chico se agachó para recoger la mochila. Este se quedó quieto durante un segundo y miró al muchacho que estaba detrás de él.

—La recuerdo —aseguró.

Había pretendido irse en ese momento. Había decidido que verían la forma de resolver todo sin que eso implicara ningún peligro, al menos para ella. Fue cuando las cosas se complicaron. Pasaron los siguientes días intentando hallar la solución a un laberinto de pistas que no conducían a ninguna parte.

Al cuarto día, Lucas se rindió.

—Ya no puedo más —interrumpió el chico—. Quizás esto podría ayudarnos, o quizá no, pero no pienso quedarme a averiguarlo. —Kaden asintió—. Regreso mañana a primera hora. No voy a darle más tiempo para que se apodere de todo.

Apenas abrió la puerta de su casa se dio cuenta de que era demasiado tarde, porque la Oscuridad ya había hecho su gran jugada. Pasaron cinco días en el hospital en que apenas pudo cerrar un ojo. Aura estaba en coma y durante aquella interminable espera no pasó un segundo sin repetirse que, de haber llegado dos días antes, nada de eso habría sucedido.

¡¡¡TENEMOS NUEVO PERSONAJE!!! ¿Qué opinan de Kaden? Sé que sabemos poco y nada de él, pero ¿creen que será importante en la historia? ¿Lo volveremos a ver?

No olviden dejar su voto y comentario y así ayudar a crecer a la historia ❤️

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