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C121 - Dejarlo después
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Pasó un tiempo desconocido mientras se abrazaban, y la atmósfera entre ellos se volvió gradualmente ambigua.
Meng Ze se apartó finalmente, levantando una mano para tocar el cuello de Xiang Han. Mientras su cálida palma presionaba la piel de la otra persona, usó las yemas de sus dedos para acariciar sus orejas.
Xiang Han tembló inconscientemente y los lóbulos de sus orejas se tiñeron de un tenue color rojo. Como estaban en un parque, había gente que pasaba de vez en cuando. Se apresuró a agarrar la muñeca de Meng Ze, queriendo apartar su mano.
Sin embargo, Meng Ze no la soltó. En su lugar, su mano se deslizó hacia la parte posterior de la cabeza de Xiang Han. Con un poco de fuerza, presionó a Xiang Han más cerca y lo besó sin dejar lugar a la negativa.
Primero, usó sus labios para rozar suavemente los de Xiang Han. De vez en cuando, usaba un poco más de fuerza, pero pronto se sintió insatisfecho. Sus manos acercaban continuamente a Xiang Han mientras usaba la punta de su lengua para invadir silenciosa y tentativamente los labios de la otra persona.
Al principio, Xiang Han estaba embriagado por el beso. Una persona que pasaba por allí le hizo despertar bruscamente y apartó a Meng Ze a toda prisa.
El ambiente de embriaguez se interrumpió al instante y sus respiraciones se volvieron un poco inestables. Después de tomarse un tiempo para calmarse, Meng Ze dijo suavemente: ―Vuelve al coche primero.
―Oh. ―Xiang Han asintió aturdido, con una expresión inexpresiva.
De vuelta al coche, Meng Ze le miró y le dijo tan ligeramente como pudo: ―Vayamos a comer primero antes de reunirnos con el Tío Geng juntos, ¿de acuerdo?
Xiang Han dudó, luego negó con la cabeza y dijo: ―No, volvamos primero.
Después de haber permanecido fuera durante tanto tiempo, el enfado del Padre Geng debería haberse calmado un poco.
Meng Ze sólo pudo asentir mientras se apresuraba a cambiar de dirección. Después, sacó una caja de bocadillos de Dios sabe dónde y se la pasó. ―Come un poco para llenar tu estómago.
Xiang Han se quedó atónito por un segundo antes de negar con la cabeza. ―No tengo hambre.
Pensando que era por ansiedad, Meng Ze le agarró las manos de forma tranquilizadora. ―No te preocupes, estoy aquí.
Al principio, Xiang Han no entendió lo que quería decir. Después, cuando lo comprendió, se sintió instantáneamente impotente.
No estaba especialmente preocupado por el Padre Geng. La madre de Geng Xiao Han falleció pronto, y el Padre Geng lo crió y mimó sin más. Independientemente de lo enfadado que estuviera el Padre Geng en ese momento, seguiría siendo reacio a dejar que su hijo sufriera.
En la trama original, las acciones de Geng Xiao Han también fueron expuestas y después de ser expuesto, todavía hizo un escándalo de querer estar con Meng Ze. El Padre Geng estaba furioso en ese momento, pero aun así echó su cara y fue a rogarle a Meng Ze. Sin embargo, a Meng Ze le gustaba la heroína en ese momento y lo ignoró.
Aunque ahora ha sido expuesto, afortunadamente, a Meng Ze le gusta. La situación actual era mucho mejor que la trama original. El Padre Geng debería encontrarlo... más fácil de aceptar, ¿verdad? pensó Xiang Han para sí mismo.
El coche pronto se detuvo en Si Chuang. Después de entrar en el vestíbulo, les dijeron que el Padre Geng se había marchado.
Xiang Han y Meng Ze se miraron y luego preguntaron: ― ¿Sabes dónde ha ido?
No podría haber cabreado a la otra persona y llevarlo al hospital, ¿verdad? El corazón de Xiang Han de repente se volvió inseguro.
―Uhn, ¿Puedo saber quién es usted? ―El empleado de la recepción dudó, obviamente no quería revelar los asuntos del CEO.
―Ah, soy su hijo. ―Xiang Han tosió ligeramente.
―... ―El empleado se congeló y miró a la bella con asombro, antes de recuperar la sonrisa. Respondió con rigidez: ―El Señor Geng ya se ha ido a casa, pero ha dejado un mensaje específico antes de marcharse. Dice que le verá en casa.
―De acuerdo, gracias. ―Xiang Han respiró aliviado. Después de salir del vestíbulo, dudó de repente. ―Qué tal si... vuelvo yo solo, no tienes que acompañarme.― Para no enfurecer al Padre Geng
Meng Ze negó con la cabeza y no estuvo de acuerdo. ―Vayamos juntos y expliquemos las cosas cara a cara, para que el Tío Geng no malinterprete nada. ―Por ejemplo, malinterpretar que no le importaba o que no se atrevía a conocerlo.
―De acuerdo. ―Xiang Han asintió impotente ante la insistencia de Meng Ze y sólo pudo aceptar.
Cuando llegaron, el Padre Geng estaba tranquilamente tumbado en una mecedora en el salón. Al verles volver con un montón de tónicos, el temperamento que acababa de reprimir se levantó de nuevo.
―No puedo creer que todavía te acuerdes de venir a casa. Viéndote perder el tiempo para comprar semejante basura, había pensado que ni siquiera te habías dado cuenta de tu error. ―Sin ahorrarle una sola mirada a Meng Ze, le gritó a su hijo.
Xiang Han dejó las cosas en el suelo y pensó que era una suerte que no hubiera almorzado antes de venir.
―Eh... es porque hemos ido a la oficina, si no, habríamos vuelto antes. ―Explicó rápidamente y se acercó a la mecedora para masajear apaciblemente los hombros del Padre Geng
El Padre Geng apartó su mano y señaló hacia el sofá. ―Siéntate ahí.
―Oh. ―Xiang Han se sentó rápidamente correctamente e hizo una seña a Meng Ze. ―Ven y siéntate también.
Siendo mirado directamente por el Padre Geng, Meng Ze no se atrevió a sentarse. Explicó toda la secuencia de eventos mientras estaba de pie.
El Padre Geng miró con resentimiento a Xiang Han mientras escuchaba. ―¿De verdad te gusta hasta este punto?
―S-Sí. ―Xiang Han solo pudo admitirlo con una cara llena de incomodidad.
Debido a que estaba enamorado de cierta persona, se había disfrazado voluntariamente de mujer y lo había perseguido a su oficina... esto era simplemente demasiado vergonzoso.
Meng Ze decidió disculparse en este momento. ―Tío, este asunto no se le puede culpar a Xiao Han. Fue mi culpa. Fui demasiado negligente al cancelar el compromiso, no pensé que causaría un golpe tan grande a Xiao Han. Tampoco pensé...
―¿No pensaste?
Al escucharlo mencionar la anulación de su compromiso, el Padre Gen de repente se enojó de nuevo. ¿Implicaba esto que el compromiso podría cancelarse casualmente y reformarse nuevamente de acuerdo con los deseos de Meng Ze? ¿Su familia no tenía vergüenza?
―Muy bien, ya estoy consciente. No tienes que decir nada más. ―El Padre Geng lo interrumpió: ―Pero un compromiso no es un asunto trivial. ¿Te arrepientes en menos de dos meses? ¿Cómo crees que se ve eso? ¿Te vas a arrepentir de nuevo en otros dos meses?
―No lo haré, realmente me gusta Xiao Han. ―Meng Ze le aseguró de inmediato, pero sus palabras aún sonaban nerviosas. Efectivamente, su anulación anteriormente ya había causado que su imagen tocara fondo a los ojos de su futuro suegro.
Xiang Han también intervino en este momento: ―Así es, papá, le creo. Yo también estaba equivocado en este asunto, le mentí, así que estamos a la par...
―Cállate. ―El Padre Geng lo fulminó con la mirada y continuó mirando a Meng Ze. ―Creo en lo que dices y también creo que eres sincero, pero sinceramente, ¿quién no ha hecho algún juramento duradero mientras estaba encaprichado? ¿Qué pasa cuando se desvanece la pasión? Vuelve a pensar en ello con claridad. No vuelvas a arrepentirte al cabo de unos días.
Después de decir su parte, no dio a Meng Ze la oportunidad de hablar y directamente instruyó a la ama de llaves: ―Hermana Zhang, acompaña a los invitados a la salida.
Xiang Han se puso de repente un poco ansioso. Se levantó y dijo: ―Papá, yo...
―¡Siéntate! ―El Padre Geng le volvió a mirar con desprecio, pero Xiang Han no le hizo caso. Se adelantó y divagó: ―Papá, ¿no estás también demasiado agitado ahora? Vamos a calmarnos y a hablar poco a poco, ¿de acuerdo? No me junté con Meng Ze por impulso. Ya no soy joven y Meng Ze también es un adulto...
En ese momento, Meng Ze le tocó de repente el hombro. Xiang Han miró hacia atrás confundido mientras sus palabras se cortaban.
Meng Ze sonrió ligeramente y le dijo al padre Geng: ―Tío Geng, entiendo tus preocupaciones, pero espero que puedas darme otra oportunidad para demostrarte mis sentimientos por Xiao Han.
El Padre Geng no se opuso esta vez. Después de todo, su objetivo era probar a Meng Ze, no separar a los dos. ¿Quién le dijo a su hijo que se enamorara de este muchacho hasta el punto de fingir ser una mujer para perseguirlo? Estaba claro que había criado a un hijo, pero se sentía como si estuviera criando a una hija que sólo le causaba preocupaciones.
Después de que Meng Ze se fuera, Xiang Han se recostó y suspiró profundamente.
Cuando el Padre Geng vio esto, su ira aumentó una vez más. Cogió sus muletas y se dirigió hacia él. ―¿Por qué suspiras como un viejo? Date prisa y lávate esas cosas de la cara. ¿Acaso has visto el aspecto que tienes ahora?
No sabía si era su imaginación, pero el Padre Geng sintió que su hijo se estaba volviendo cada vez más como una mujer desde que comenzó a actuar como una.
Para ayudar a su hijo a deshacerse de esta feminidad, el Padre Geng comenzó a trabajar desde casa. No permitió que Meng Ze conociera a Xiang Han y constantemente instaba a su hijo a correr más y tomar el sol siempre que pudiera.
Después de que Meng Ze se enteró de esto, solo pudo consolar a Xiang Han por teléfono. También iba a la casa de Xiang Han todos los días, independientemente de la lluvia o el sol.
La actitud del Padre Geng podría considerarse cortés, pero simplemente no le permitió ver a Xiang Han.
No ver a su esposa durante casi una semana hizo que Meng Ze se sintiera muy deprimido. Esa noche, no pudo dormir, por lo que envió un mensaje de WeChat a Xiang Han.
Xiang Han estaba acostado en la cama, viendo un drama mientras charlaba con él. Al darse cuenta de que estaba distraído, Meng Ze no pudo evitar preguntar: [¿Me extrañas?]
Por supuesto. Xiang Han envió estas dos palabras casualmente, luego continuó viendo su programa.
Después de recibir una respuesta, Meng Ze de repente se sentó y lo llamó para decirle: ―Yo también te extraño, ¿está bien si quiero verte?
―¿Oh? ¿Tan tarde? ―Xiang Han estaba un poco desconcertado. Sin embargo, después de notar la expectativa en el tono de Meng Ze, asintió. ―Está bien, pero... conduce con cuidado.
Después de colgar el teléfono, Xiang Han ya no estaba de humor para ver el programa. Miraba por la ventana de vez en cuando.
Muy pronto, llegó Meng Ze. Xiang Han escuchó algunos movimientos y rápidamente sacó la cuerda que había preparado mientras susurraba: ―Espera.
【¿Vas a tirar de él?】Preguntó Gran A con sorpresa.
【Voy a deslizarme hacia abajo.】Respondió Xiang Han mientras tensaba la cuerda.
Gran A se quedó un poco sin palabras.【¿Por qué el problema? Es solo el segundo piso, deja que 009 salte hacia abajo.】
Xiang Han:【... Lo olvidé.】
Sistema:【...】
Sin embargo, después de atar la cuerda, Xiang Han decidió deslizarse hacia abajo.
Finalmente encontrándose, lo primero que hicieron fue abrazarse y besarse.
Después de la separación, Xiang Han jadeó por respirar y preguntó divertido: ―¿Por qué de repente querías venir?
―Te extrañé. ―Los ojos de Meng Ze se oscurecieron en medio de la oscuridad, mirando a Xiang Han sin vacilar.
La cara de Xiang Han se calentó, por lo que simplemente jaló a Meng Ze para que se sentara y se apoyara contra la pared mientras charlaban sobre cosas sin sentido.
Después de charlar un poco, Xiang Han de repente recordó algo y no pudo evitar preguntar: ―Por cierto, ¿cómo... te enteraste?
Una vez que lo mencionó, Meng Ze no pudo contener una sonrisa mientras negaba con la cabeza y decía: ―Estabas borracho en ese momento. Fuiste directo al baño y te vi... ejem.
Solo pudo contener una risa cuando se encontró incapaz de continuar.
Xiang Han se quedó sin palabras. Después de un tiempo, finalmente no pudo evitar cubrirse la cara. ―No puedo creer que no dijiste nada y me viste actuar como un tonto...
―Ah, también me sorprendió en ese momento. ―Meng Ze se defendió inocentemente.
―¿Qué pasó después?
Meng Ze fue más cauteloso al enfrentar esta pregunta. Se apresuró a explicar: ―En cierto modo adiviné tu identidad y me di cuenta de que lo estabas haciendo debido a la persona que te gusta. Me preocupaba lastimarte si exponía este asunto. Más tarde... descubrí que ya me había enamorado de ti.
―Bien. ―Xiang Han respondió con fingida calma. Era inmune a esta confesión ante su embarazoso pasado.
Pero después de pensar en esto, Meng Ze no pudo evitar agregar: ―Xiao Han, ¿escuché que estás haciendo ejercicio ahora?
―Eso es correcto.
Xiang Han asintió vigorosamente y estaba a punto de quejarse cuando escuchó a Meng Ze continuar: ―Eso es bueno, debes perseverar y también...
―¿Qué es? ―Viéndolo dudar, Xiang Han preguntó.
―Xiao Han, las hormonas femeninas... son malas para tu cuerpo, no deberías tomarlas. ―Dijo Meng Ze con cierta dificultad.
―¿Eh? ―Xiang Han estaba un poco perdido, sin entender cómo el tema llegó a esto.
A juzgar por su reacción, Meng Ze no estaba seguro de si lo estaba usando o no. Así que sólo pudo morder la bala y continuar: ―Si... ya has consumido un poco, es mejor que vayas al hospital para que te revisen. He visto una información en Internet que dice que...
―Espera, ¿crees que... me he inyectado hormonas? ―Después de que Xiang Han comprendiera el significado de sus palabras, no sabía si reír o llorar.
Al escuchar esto, Meng Ze dejó escapar un largo suspiro de alivio y finalmente se quedó tranquilo. ―Está bien si no lo has hecho.
―¿Qué hormonas? ¡Entren los dos y explíquenlo claramente! ―Sabe Dios cuándo el Padre Geng entró en la habitación de Xiang Han y los observó desde la ventana todo el tiempo.
Xiang Han y Meng Ze saltaron asustados. Mirándose el uno al otro, no pudieron evitar intercambiar una sonrisa amarga.
En primer lugar, todo fue un malentendido. Después de ir a la sala, se explicaron rápidamente y miraron al Padre Geng.
El Padre Geng se llevó directamente a Meng Ze. Al día siguiente, arrastró a Xiang Han al hospital para que lo examinaran antes de aliviarse.
Sabiendo que había ofendido completamente a su futuro suegro una vez más, Meng Ze decidió ir a casa y pedir ayuda a sus padres.
Cuando la Madre Meng se enteró de todo lo que había pasado, se quedó sin palabras durante algún tiempo. Al oír que Meng Ze venía a pedirles ayuda a ella y a su padre, de repente no supo si reír o llorar. Se limitó a mirarle impotente. ―¿No dije que eras demasiado inconstante? Arrepintiéndote después de anular el compromiso...
Aunque la Madre Meng lo reprendió, siguió sintiendo pena por su hijo y pronto trajo al Padre Meng a visitarlo.
Delante de dos de sus viejos amigos, el Padre Geng se mostró extremadamente educado. Además, la actuación de Meng Ze después fue bastante buena, pues ya no se atrevía a hacer nada precipitado. Finalmente cedió y permitió que la joven pareja se reuniera.
Cuando volvió a ver a Meng Ze, Xiang Han no pudo evitar quejarse: ―Somos como Romeo y Julieta.
Al verle aparecer de repente en su despacho, Meng Ze se quedó un poco aturdido.
Xiang Han agitó una mano y se rió: ―¿Estás aturdido?
Desde el otro lado de la mesa, Meng Ze lo atrajo inmediatamente hacia sí y calló a Xiang Han con un áspero beso.
―Nuestras familias no tienen ninguna animosidad y no tendremos un final trágico. ―Después del beso, habló entre jadeos.
―Tus habilidades han empeorado. ―Xiang Han ladeó la cabeza y comentó con una sonrisa.
Meng Ze no se contuvo y agarró la cara de Xiang Han para darle otro beso profundo. Luego, presionó sus frentes una contra otra. ―¿No quieres mudarte conmigo?
Xiang Han sonrió. ―Mi padre quiere que renuncie y me mude a casa.
―Tu contrato aún no ha terminado. ―Meng Ze se limitó a decir solemnemente.
―¿Ya me han contratado? ¿Cuándo se firmó el contrato? ―Xiang Han preguntó sorprendido.
―Ahora mismo. ―Meng Ze le entregó el contrato con una mirada inquisitiva.
Xiang Han lo cogió despreocupadamente, pero justo cuando estaba a punto de firmar, se detuvo deliberadamente y reflexionó profundamente: ―Tengo que pensarlo cuidadosamente.
La expectación en los ojos de Meng Ze se convirtió en decepción en un instante, pero fingió despreocupación. ―Lo que quieras, pero debes mudarte conmigo.
Xiang Han vio a través de su pretensión, pero no lo expuso. Quería deliberadamente poner ansioso a Meng Ze, así que le contestó con calma: ―Bueno, entonces lo traeré para que lo lea y al mismo tiempo... discutiré con mi padre el asunto de que viva fuera.
Meng Ze suspiró inmediatamente aliviado y la ansiedad se disipó.
Xiang Han se alegró mucho y resopló silenciosamente en su corazón: ¡Sigue fingiendo!
No esperaba que en poco tiempo se arrepintiera de no haber firmado el contrato de inmediato.
Cuando salía de la oficina, Xiang Han vio al Asistente Fang y lo saludó.
Al encontrarse con él, la expresión del Asistente Fang de repente se volvió un poco extraña.
Meng Ze se levantó en ese momento. Se acercó a abrazar a Xiang Han y dijo: ―Te despediré.
La expresión del Asistente Fang se volvió aún más extraña. ¿No le gustaba antes al Presidente Meng la Secretaria Geng? ¿Por qué ahora, de repente, le gustaban los hombres? Y... ¡este hombre se parecía a la Secretaria Geng!
―Nina, ¿quién era esa persona en la oficina del Presidente Meng hace un momento? ―Después de que los dos se fueran, el Asistente Fang no pudo evitar preguntar a su colega.
―Es el hijo del Jefe de Si Chuang, el Señor Geng Xiao. ―Respondió Nina.
―Oh, resulta que es el hijo del Presidente Geng. No me extraña que se parezca tanto... a la Secretaria Geng. ―El Asistente Fang se sintió de repente un poco confuso y se preguntó si el Presidente Meng se había enamorado de los dos hermanos.
Después de que Xiang Han regresara, pasó mucho tiempo antes de que finalmente obtuviera el permiso del Padre Geng para mudarse de nuevo.
Cuando se mudó a la residencia de Meng Ze, Xiang Han estaba demasiado avergonzado para sacar el tema de compartir habitación. Mientras tanto, Meng Ze consideraba que los dos llevaban poco tiempo saliendo y pensaba que probablemente Xiang Han aún necesitaba tiempo para adaptarse. Como no era fácil convencer a Xiang Han de que se mudara, no debía forzarlo y, por tanto, no lo mencionó.
Por lo tanto, aunque vivían juntos, dormían en habitaciones separadas.
Xiang Han no fue a trabajar a la empresa de Meng Ze después de mudarse porque el Padre Geng quería que volviera a su empresa a trabajar. El anfitrión original estudió y se especializó en diseño de interiores.
Vivir juntos o trabajar juntos; tenía que elegir una de las dos cosas. Al final, Xiang Han eligió lo primero. Por lo tanto, tampoco firmó el contrato de Meng Ze.
Sin embargo, Xiang Han no era alguien que disfrutara trabajando. Antes había ido a trabajar sólo para perseguir a Meng Ze. Ahora que había tenido éxito, naturalmente quería aflojar durante unos días. Por tanto, utilizó la excusa de tener trabajo que entregar en Ze Yuan para retrasar su entrada en Si Chuang durante un mes.
Xiang Han no había ido a trabajar durante medio mes, ¿qué trabajo podría haber para entregar? El Padre Geng estaba al tanto de su plan pero no lo delató.
Meng Ze tuvo que trabajar ese día. Sin nada que hacer, Xiang Han solía ir a visitarlo.
Después de ir unas cuantas veces, todos se fueron enterando de la verdad y suspiraron: ¡El Secretario Geng está realmente enamorado!
Xin Lu Yao fue la última en enterarse y sólo le acusó de ser un pésimo amigo, queriendo que la invitara a comer.
Xiang Han no se negó, pero trajo a Meng Ze.
Así, una comida adecuada como ésta se convirtió en algo extremadamente incómodo.
No, era más exacto decir que sólo Xin Lu Yao estaba incómoda por haber comido comida de perro todo el tiempo. Finalmente comprendió por qué los ojos del Presidente Meng estaban llenos de vinagre cada vez que la miraba.
Al salir del restaurante, no pudo evitar apartar a Xiang Han y susurrarle: ―En el futuro, no traigas al Presidente Meng.
Entonces, no fue una sorpresa cuando se encontró con la mirada poco amistosa del Presidente Meng.
Xiang Han estaba perdido. Antes de que pudiera decir algo, alguien le dio una palmadita en el hombro y se dio la vuelta.
―¿Geng Xiao Han? ¿De verdad eres tú? ―La otra persona tenía el pelo decolorado y las manos en el bolsillo, con un aspecto bastante descuidado.
―Chi... ¿Yu? ―Xiang Han recordó algunos de los recuerdos del anfitrión original antes de recordar quién era esta persona.
―Soy yo. ―El rubio se quitó las gafas de sol y lo evaluó. ―¿Dónde has estado últimamente? ¿Por qué ya no sales con nosotros?
Mientras hablaba, vio a Xin Lu Yao y silbó un elogio. ―¿Tienes una chica? No me extraña que no tengas más tiempo para nosotros.
Xin Lu Yao frunció el ceño con incertidumbre. ―Han Han, ¿lo conoces?
Las cejas de Meng Ze también se fruncieron, evidentemente disgustado con el rubio.
Al escuchar las palabras de la protagonista, pasó un brazo por encima de los hombros de Xiang Han y se jactó. ―¿Cómo podría no hacerlo? Somos...
―Somos compañeros de clase. ―Xiang Han se apresuró a interrumpir, habiendo recordado quién era. Se trataba de uno de los sinvergüenzas que había interrumpido al anfitrión original para que 'persiguiera a Meng Ze antes de dejarlo'.
―¿Compañero de clase? ―La expresión de Meng Ze no era buena. Extendió la mano y retiró la del rubio, con un tono poco amistoso.
―Somos compañeros de clase, ¿no es así, Chi Yu? ―Xiang Han repitió inmediatamente y aprovechó la oportunidad para lanzar un golpe al rubio.
―Sí, somos compañeros de clase. ¿Quiénes son ustedes? ―Preguntó el rubio con arrogancia.
Una vez más, Xiang Han se adelantó. ―Es mi ami...
Antes de que pudiera completar la palabra 'amigo', Meng Ze habló abruptamente. ―Meng Ze, el novio de Geng Xiao Han.
―Meng Meng, Meng Ze... Espera, no. ¿Presidente Meng? ―El rubio tartamudeó, volviéndose a mirar a Xiang Han sorprendido.
Xiang Han le miró significativa y ansiosamente hasta que sus ojos estuvieron a punto de acalambrarse antes de que el rubio finalmente se diera cuenta y diera un largo 'Oh'. Entonces estrechó la mano de Meng Ze y dijo con un rastro de simpatía: ―Resultó ser el Presidente Meng, le he ofendido.
―Jaja, sí, eso... Chi Yu, tenemos algo pendiente, así que nos iremos primero. Volvamos a hablar más tarde. ―Xiang Han soltó una risa seca mientras tiraba de Meng Ze, que tenía la cara ligeramente oscura.
Xin Lu Yao vio que el ambiente no era bueno entre ellos, pero no pudo decir nada. Después de echar una mirada a Xiang Han, Xin Luyao se apresuró a despedirse de ellos.
En el camino de vuelta, Meng Ze frunció el ceño y preguntó: ―¿Es ese tipo realmente tu compañero de clase?
―En verdad, lo conocí de la escuela secundaria. ―Xiang Han asintió con seriedad. Ésta era la verdad.
Sin embargo, el ceño fruncido de Meng Ze permaneció. Preguntó dubitativo. ―En ese caso, ¿por qué estás nervioso?
―Eh... Xiang Han dudó un segundo antes de hilar rápidamente una mentira. ―Es porque... mi círculo de amigos anteriormente era un poco desordenado y ¿no te disgustaba? Así que yo...
No necesitó terminar sus palabras para que Meng Ze lo entendiera. Pronto, suspiró y atrajo a Xiang Han entre sus brazos, susurrando: ―En realidad, no tienes que llegar a este extremo por mí. Todavía necesitas una vida social, es sólo que...
Al llegar a este punto, hizo una pausa por un segundo. ―No puedes hacer amigos imprudentemente.
―Sí, sí, lo entiendo. ―Xiang Han asintió obedientemente sin replicar.
Habiendo conseguido abrirse camino, dejó escapar un suspiro, pero no se relajó del todo todavía. Si no fuera por el encuentro con Chi Yu, se habría olvidado de su pandilla de amigos sinvergüenzas. Todos ellos eran una bomba de tiempo que debía resolverse lo antes posible.
En sólo dos días, Meng Ze parecía haberse olvidado de este asunto, pero Xiang Han no pudo evitar ser precavido. Se apresuró a encontrar una oportunidad para reunirse con Chi Yu y los demás, con la intención de usar su fuerza espiritual para que se olvidaran de este asunto.
Desgraciadamente, fue una desafortunada coincidencia que Meng Ze se encontrara en el mismo restaurante que Xiang Han y, aún más casualmente, se sentara en la cabina junto a ellos.
Meng Ze se sobresaltó bastante cuando escuchó la voz de Xiang Han. Justo cuando estaba a punto de acercarse y llamarle, escuchó una voz descuidada. ―Por Dios, Geng Xiao Han, eres realmente impresionante. Has conseguido enganchar a Meng Ze.
¿El rubio? ¿Por qué Xiao Han vino a buscarlo?
La duda brotó en el corazón de Meng Ze y se olvidó momentáneamente de levantarse.
―Exactamente. Cuando Chi Yu nos lo contó, a Zhao Liang y a mí casi se nos cae la mandíbula del susto. Dinos, ¿cómo te las arreglaste para engancharlo? ¿Realmente te has travestido? ―Preguntó el gordito al lado del rubio.
―¡Debe ser, Meng Ze es un hombre heterosexual! Geng Xiao Han tiene muy buen aspecto, así que su atuendo femenino también debe ser bastante bonito. ¿Cómo no va a tener éxito? ―Zhao Liang también intervino antes de preguntar con curiosidad: ―Pero tú eres realmente increíble. Incluso eres capaz de mantenerlo enamorado de ti después de volver a ponerte el traje masculino. Parece que Meng Ze ha sido realmente doblegado. ¡Por fin te has vengado!
¿Venganza? El párpado de Meng Ze se movió y frunció las cejas.
―Ah, en realidad tengo más curiosidad por saber cuándo planeas dejarlo. Cuando llegue ese momento, definitivamente será un buen espectáculo, jajaja...
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El autor tiene algo que decir:
Xiang Han: Déjame explicarte...
Meng Ze: No estoy escuchando...