30. Un Nuevo Invitado

20 2 0
                                    

—MARGOT—

Desperté temprano esa día, ya que no dormí bien de los nervios, me sentía muy feliz por ese día ya que me iba a casar con el amor de mi vida, llegaron dos hadas del castillo para ponerme un vestido de novia que me habían Regalado la del pueblo, eran unas duendes muy lindas y atentas, cuando entre a su tienda ( que entre de rodillas porque no cabía y yo no podía hacerme pequeña) me enseñaron muchísimos vestidos, aunque eran muy pequeños decían que podían hacerme el que quisiese a mi medida, pero decidimos hacer uno diferente, muy largo con escote de corazón y tela blanca en la falda pero me decían que ese vestido era mágico y en la noche brillaba como si mil Estrellas se hubieran cosido al vestido, el bello era largo y lizo, muy sencillo, agregaron algunas Perlas y cristales que producían las Ninfas de agua.

Todo el reino asistiría a la boda, incluso invite a mis padres tenia dos meses que no los veía, no sabía si invitar a mis hermanas pero Gerard dijo que por él no había ningún problema, claro que Anastacia vendría, y Adrián también con su prometida.

También ese mismo día sería coronación de Gerard y  mía como reyes del reino mágico, también supongo que hoy le dire a mis padres y conocidos que estoy embarazada, tal vez son muchas cosas en un mismo día pero no dejaría que nada ni nadie me impida comenzar este nuevo capítulo de mi vida.

La boda sería en el salón principal del castillo, tiene capacidad de más de 10,000 mil personas y los gigantes estarían afuera vigilando, todo estaba listo para el gran día, cuando mis hadas personales terminaron de ayudarme, me maquillaron sutilmente, y sacaron una caja blanca con un moño rojo, a pesar de que las había usado en mi boda fallida, significaban mucho para mi, ya que si no fuera por la valentía de Adrián, estaríamos infeliz mente casados, y no buscando nuestro cuento de amor cosa que estoy viviendo, literalmente ya que Anais una hada de la cocina me informó que ya podía bajar a desayunar, o podía subírmelo si así lo quería.

Tome asiento en la gran mesa de madera y frente mío estaba mi prometido con una venda en los ojos:
—Toma asiento princesa.
— Gerard ¿porque tienes eso puesto?
— Acaso no sabes que es de mala suerte que el novio vea a la novia antes de la boda— dijo con una sonrisa— pero no dicen nada sobre desayunar con los ojos vendados para que no comas sola.— dijo derramando un poco de jugo al intentar servirse.
— Deja te ayudo— dije poniéndome de pie, para caminar hasta donde estaba el, Serví jugo en su copa y lo acerque hasta sus labios, después de el pequeño sorbo me devolví a mi lugar.
— De haber sabido que me darías de comer en la boca, me los hubiera vendado desde hace mucho— dijo con una sonrisa hermosa.
— cállate, o juro que yo misma te derramo el jugo encima— dije amenazando.
— Quiero ver eso princesa... que tonto olvide que no puedo ver nada.
— Nunca ha sido el más listo, pero olvidar que tienes una venda en los ojos, vamos— dije burlándome.
— Lastima, quien se casará con un tonto hoy eres tu, yo por el contrario me casare con la mujer más increíble del mundo.
— con antonniette, ya que me engañas con esa— dije con tono ofendido pero una sonrisa eterna.
— Así es, Antonniette, mi amante, pero que dices tu sobre ese Eduardo.
— Esteban, y es más listo que tu lo aseguro.
Comenzamos a reír por nuestras niñerías y aunque no podía ver sus ojos sabía exactamente como se veían y el brillo de felicidad que tenían, terminando el desayuno bajo uno de los guardias de Gerard para ayudarlo al menos a salir de ahí con la venda.

Espere unos minutos para poder subir yo también, y terminar de arreglar todo lo necesario, al abrir la puerta de mi habitación, estaba todo repleto de rosas Rojas y azules, (porque aquí existen las rosas azules) y una pequeña tarjeta diciendo:

" No puedo creer que en unas horas ya no serás mi princesa si no mi reina"
No tenía nombre pero era más que obvio de quien sería todo esto.

El Corazón Del CastilloWhere stories live. Discover now