20. Hasta pronto Margot

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MARGOT

La mirada de decepción de mi hermana se quedó plasmada en mi cabeza el resto de la noche, cuando volví al salón del baile, todos estaban en la Mesa del banquete, devorando grandes pavos y vinos, acompañados de vegetales y salsas de muchísimos condimentos.

Solo pensar en comida me causo náuseas, me daba asco mi propia forma de actuar, y solo de pensar en lo que le hice a mi hermana me partía el alma.

Encontré un lugar aguardando por mi aún lado de mi prometido, "le fallaste" sonaba en mi mente,
Adrian no merecía esto, no solo le falle a mi hermana, también a Adrián, a Mis padres y a mi dignidad misma.

Al sentarme en el asiento, Adrián se giró hacia mi para poder preguntarme donde había estado y que había pasado:
— ¿Te sentías mal?— Traté de verlo a la cara, de verlo a los ojos pero fue imposible,  así que finjo estar comiendo para poder evadir su mirada.
— Si, lo siento, estaba un poco mareada y fui a tomar aire fresco— Adrián sonrió ligeramente pero podía sentir que me su mirada sabía que estaba mintiendo.

El baile duro hasta el amanecer, y nos retiramos del salón hasta que el último invitado abandonara el castillo, estaba agotada pero mi padre notó la ausencia de Bea:
— ¿Saben donde esta Bea?
— No lo se Rey, ayer Su guardia me dijo que estaba con ella.
— Seguro estarán bien, Adrián, Margot, antes de poder ir a descansar quiero que tomen en cuenta que su boda será en una semana, todos los preparativos deben estar listos, sin más que agregar pasen a descansar que yo también estoy exhausto.
— Por su puesto Rey, Mi prometida y yo comenzaremos con eso lo más pronto posible.
— Perfecto.

Todos abandonaron el salón en direcciones diferentes a excepción de Ana y yo que nos dirigíamos a mi habitación, prácticamente era de las dos.

También Adrián estaba en nuestro camino, ya que su habitación era un poco antes que la mía, al llegar a la de el nos paramos a dar una corta despedía:
— Descansen.
— Igualmente Adrián— Dijo Ana, los dos en espera de que yo dijera algo.
— Descansa Amor— esa palabra me quemaba, creía que era veneno que salía de mi garganta y me hacía sentir enferma.
Adrian se me acerca y me da un suave beso en la frente, dando la vuelta y cerrando la puerta en su espalda.

Al llegar a mi habitación Ana se sienta muy confundida en la esquina de la cama, la veía algo
Perdida, pero no sabía si contarle o no, hasta que ella dijo algo:
— Conocí a alguien.
— En el Baile?
— Si, y estoy confundida.
— Porque, no es suficientemente guapo— Dije a manera de broma pero su rostro reflejó más una preocupación.
— Lo es, es muy hermosa— creí haber escuchado mal, y por un instante sonreí a manera de burla, como si intentara de jugarme una broma, pero noté más necios en su mirada que nunca y vi que era totalmente normal.
— No se que decir.
— No necesitas de decir nada, siento que esto es demasiado raro y no se como manejarlo, espero que pase pronto.

Empezamos a prepararnos para ir a dormir, estaba algo confundida con lo que me dijo mi amiga, pero no sentía que fuera algo malo, simplemente no era común, había leído un par de libros sobre atracciones de se estilo pero sabía que siempre apoyaría a mi amiga.

Estábamos a punto de dormir pero Ana trato de sacar un poco de tema antes de dormir:
— Como estuvo el baile de las máscaras, ¿encontraste a Adrián?
— No— Ella noto por mi tono a quien fue que encontré realmente.
— No Es posible.
— Lo es, lo fue.— No sabía si era correcto contarle lo que había sucedido, al fin que mi prometido no dejaba de ser su hermano, al que traicioné.
— Eso no fue todo— estaba harta de mentir, y decidí contarle— Decidí escapar de ahí, no podía dejar que la gente viera que cuando acabara el baile no estuviera con Adrián.
— Entonces por eso desapareciste, fue bastante inteligente siendo sincera.
— También el escapó de ahí conmigo.
— ¿Tuvieron otra discusión?
— Si, pero no sólo eso.
— Ahora que te dijo el idiota.
— Me reclamó por casarme con Adrián..
— El está con tu hermana no se de que se queja.
— Anastacia, porfavor, te voy a contar todo pero debes prometerme no le contarás a nadie, mucho menos a Adrián.
— Eres mi mejor amiga, si tuve la confianza para contarte lo de... ella, también puedes confiar en mi.
— Está bien, mientras discutíamos, Me beso y estuvimos hablando mucho...

Después de contarle todo lo que sucedió en aquel pequeño rincón perdido del palacio, Anastacia solo abrió los ojos con su boca igual.

Pensé estaba juzgándome, pensándome que soy una fácil y una idota, pero no reaccioné hasta que mi amiga se lanzó sobre mi abrazándome, tenía lágrimas en los ojos pero tenía una muy grande sonrisa y con felicidad dijo:
— Eres la primera persona que conozco que se entrega por amor, te admiro.
— Anastacia, no entiendes, engañe a tu hermano, A TU HERMANO, mi prometido.
— Margot, Adrián es un tonto, si jamás le dices jamás se enterará, sin embargo, se de buena fuente que el tampoco es un santo sin pecados.
— Pero no cuando estamos comprometidos.
— Margot, todo el mundo sabe que los matrimonios son raros cuando hay amor de por medio, y la mayoría termina en pareja con alguien por matrimonios arreglados, tú tuviste opción, tal vez en tu matrimonio no, pero si en un momento especial e irrepetible, no te sientas avergonzada, siéntete feliz.

No podía creer que alguien me apoyara así, sentí que no la merecía como amiga, salte a abrazarla, era como una hermana para mi, hasta más que eso, pero al pensar que ella era mi hermana recordé la cara de Bea, si decepción, mañana la buscaría para pedirle perdón:
— Ana, olvide contarte algo.
— ¿Más? Amiga tú vida parece una novela antigua.
— Bea nos encontró, su cara de decepción no la olvido, también traicione a mi hermana.
— Bea estará bien, tu verdadera preocupación es evitar que le cuente a alguien, quedarías destituida.

Jamás lo pensé, pero realmente no me importaría, bastante daño le había causado, solo quería que me perdonara.

A la mañana siguiente, desperté y busqué entre mi mesita de noche una de mis gotas recomendadas por el hechicero del castillo para mi corazón, ya que de niña, sufrí un accidente y se supone que esto es lo que me mantuvo con vida, pero al buscar el frasco encontré un sobre, uno algo sucio con letra apresurada que tenía como dedicatoria "De Gerard para su princesa"

Abrí la carta, estaba tan asustada y confundida ayer que no me había dado cuenta de que Gerard me la había dejado ayer, decía que tenía que irse, que tenía algo urgente que hacer, que vendría antes de la boda para evitarla.

Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas
"El me dejo" me sentí tan estupida por entregarme, y el tan fácil podía abandonarme, salte de mi cama para poder cruzar todo el castillo y llegar al lugar de los caballos donde el vivía.

Al abrir la puerta de su cuarto encontré una cama vacía y en el ropero no quedaba más que un saco de cuero, todo había desaparecido, todas sus pertenencias, lo demás estaba en su lugar.

"Me dejo" al ir a buscar a Bea a su habitación encontré el mismo escenario, no estaba, con un armario vacío y pertenecías fuera, de fueron los dos me engañaron, yo que sentía pena por mi hermana, y el cobarde que se atrevió a dejarme, no podía creerlo, corrí hasta mi cuarto y Anastacia aún  dormida le grite:
— ¡Gerard se Marcho junto con Bea!
— ¡¿Que?!

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HOLAAAAAAAAAAAAAA

Espero les haya gustado este Capituloooo, ame escribirlo para ustedes, gracias por apoyarme, me encantaría que me dejaran algún comentario, amo leeerlos y saber que reacciones tienen con la historia,
Duerman bien y tomen awa los amoooo 🥺✨
Bye🧚🏼‍♀️

El Corazón Del CastilloWhere stories live. Discover now