2.16 Hero, El Infiel Que Ha Perdido A Su Princesa

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Hero

¿Qué piensas de nosotros en un futuro? —le pregunto a Zoé mientras sobo su espalda.

Parecía ser yo la mujer de la relación. Cada que ella y yo hacíamos el amor, ella se recostaba en mi pecho y yo le hacia preguntas de las que anteriormente yo habría considerado cursis y sosas, pero con ella no me importaba, ella sacaba eso de mi. La vi dudar un momento y me miro con esos ojos verdes que tanto me gustaban.

Pues me imagino que vamos a seguir en este apartamento por un tiempo y cuando tengamos el dinero suficiente nos vamos a mudar a una bonita casa en el campo como la de mis padres —soltó una risita tierna —. Allí podríamos tener un perrito y un gato, tu nombraras al perro y yo al gato. Trabajaremos arduamente para vacacionar los fines de año como una luna de miel. La convivencia en casa será lo que siempre soñé: vamos a alternarnos para apagar la luz en las noches, a leernos en ratos libres, a ducharnos juntos para ahorrar agua, a comprar postres para el otro y al llegar a casa tratar de sorprendernos, recostarnos en la cama tomados de la mano mientras escuchamos una bonita canción de amor, a bailar a oscuras en la sala y a acostumbrarnos que juntos es como siempre debimos estar...

Me quedo mirándola un rato y aun no lo creo, aun siento que estar con ella es mentira, que yo no la merezco. No la merezco...

Despierto en súbito. Por un momento no sé donde estoy pero recuerdo con tristeza que estoy en la horrible habitación vacía y oscura que alquile luego de que Zoé me sacara del apartamento. Parece una cárcel, es pequeña, solo tiene una cama pequeña, una mesa de noche, la bolsa con mi ropa esta a un lado y una triste ventana que no tiene lindas vistas. No pienso buscar un lugar mejor, solo espero que pronto pueda volver con Zoé.

A parte de darme cuenta de mi situación al despertar, me doy cuenta que es mi cumpleaños.

¿Es en serio? —pregunto con el oso panda en mis manos.

Es mi cumpleaños numero 25, un año después de salir de la universidad. Voy a visitarla a la casa de sus padres donde esta descansando de un largo trabajo y lo primero que me entrega al salir, es este oso de peluche.

Si, a veces pareces un oso panda —me dice mirando el peluche en mis manos —: yo creía que eran agresivos y me di cuenta que son la cosa mas dulce cuando los conoces...

Eres un amor —le sonrió y le doy un casto beso en los labios.

¿Si te gusto? —. Me hace un puchero y creo que es el mejor regalo de cumpleaños ver su cara.

Me encanta. Lo voy a atesorar toda una vida...

Unas horas después, me doy cuenta de que dentro del estomago del peluche y todo el algodón hay una nota:

"Te escogería una y mil veces, mi amor"

Su ausencia se hace mas presente este día donde cumplo un año mas de vida y me siento terrible, con unas inmensas ganas de llorar. Me hacen falta sus regalos sosos, sus besos en la mejilla con amor, sus desayunos improvisados... Mierda, no voy a poder con esto.

Pensando en si quedarme en mi habitación o hacer algo, me llega un mensaje:

"Vamos a hacer algo por tu cumpleaños"

Sally puede ser muy molesta cuando se lo propone.

Pero no tengo nada mas que hacer y a menos de que quiera cortarme las venas aquí encerrado, tengo que hacer algo, así sea ir con la fastidiosa de Sally. Le mando un mensaje y quedo de verla a las afueras de su trabajo pues me ha invitado a almorzar, así que trato de arreglar un poco el desastre que soy y salgo con mi moto.

De Amores Y Amigos A Los 22 [✓]Where stories live. Discover now