22. El Color Del Amor

227 34 1
                                    

No pude dormir una mierda. Estuve pensando en Hero toda la noche y en lo complicado que se había vuelto todo, a veces pensaba en que sería bueno irme a casa de mis padres y descansar de todo esto pero de nada serviría evadir el problema cuando siempre iba a estar allí.

Tenía que concentrarme para hoy, tenía la mitad de las clases y las otra las dedicaría a hacer una autopsia real, era muy importante. Solo que no estaba segura de poder concentrarme con Chris allí.

"¡Amiga! Espero que te vaya muy bien el día de hoy con la autopsia. Estaré esperándote en tu habitación para celebrar con champán. Te amooo <3"

Yo no merecía ser amiga de esta chica. La noche de la biblioteca me iba a perseguir por los siglos de los siglos.

Le contesté que agradecía su entusiasmo y que nos veíamos en mi habitación en la tarde.

Fui a clases común y corriente tratando de prestar atención a las explicaciones y entonces, llegó la hora.

Llegué a la morgue donde me sería entregado un cuerpo que había sido baleado en dos ocasiones siendo una de ellas la mortal. Deje mis cosas en un casillero, me puse la bata blanca, los guantes de látex y me recogí el cabello en una coleta alta.

El corazón me latía de forma agresiva, estaba muy nerviosa por lo que haría y por quién me vería. El sitio estaba completamente en soledad y eso me puso más nerviosa, solo el cuerpo en cuestión estaba en la plancha de metal con una sábana encima.

¿En que puto momento este cuerpo se levanta o se mueve?

Ayuda.

Suspiré y trate de verme como profesional, preparando los implementos a utilizar como las tomas de muestras, los cuchillos de corte y la cuchara para la sangre. Chris aún no llegaba.

—Hola...

Ay, mierda...

—Llegas tarde —digo sin mirarlo.

—Lo siento, estaba un poco ocupado con unos asuntos.

—Claro. ¿Podemos empezar? —lo miro. No debí hacerlo porque su sonrisa me desarma.

—La seriedad no es tu cualidad —sonríe más ampliamente.

—Ni sonreír la tuya.

—Cambiando papeles ¿eh? —ruedo los ojos.

—¿Podrías preparar tu cámara o lo que tengas para empezar? Quiero terminar pronto.

—Claro, doña enojos...

Estoy perdiendo la paciencia y ni siquiera hemos empezado. Espero a que saque la cámara y una libreta de apuntes para anotar los detalles. Veo como sus músculos se contraen cuando se agacha para sacar las cosas de la maleta. Se ve tan bien. Me pregunto cómo se verá cuando me...

¡Concentrate!

—¿En que estabas pensando? —pregunta de repente —. Hiciste esa cara que siempre haces cuando te provocó un orgasmo.

Me atragantó con mi propia saliva y lo miro mal, sin embargo él sigue hablando.

—No podemos hacer las cosas que estás pensando, hay un muerto aquí...

De Amores Y Amigos A Los 22 [✓]Where stories live. Discover now