2.11 Una Velada

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Miró a Christopher con una enorme sonrisa. Sería descortés que después de que estuvo todo el tiempo conmigo no pueda hacerle este favor.

—Te prometo que la vamos a pasar muy bien —me dice y mi sonrisa se ensancha.

—Tranquilo. Si voy a ir contigo —pareció aliviado —. Solo que no sé qué tengo que ponerme...

—Será algo elegante, solo eso te pido.

—Vale. Buscare en mi armario.

—Entonces vendré por ti en la noche, más o menos a las siete, ¿esta bien para ti?

—Está perfecto. Gracias por permitirme ser tu primera opción.

—Siempre serás mi única opción...

Me sentí un poco incómoda y me sonroje, al parecer él también porque se rasca la nuca algo incómodo. Admiraba mucho a este hombre, si se dan cuenta, su cambio había sido abismal, había pasado de ser quien jugará con las chicas solo por sexo a madurar en todos los aspectos, aunque si les soy sincera, en su aspecto físico no había cambiado nada y a mi me seguía atrayendo. Ahora era un chico malo metido en un traje y con actitud de cabellero de armadura reluciente.

—Bueno, entonces, nos vemos. Tengo que ir a hacer un par de cosas —dijo finalmente.

—Vale, no te preocupes.

Hicimos el penoso baile para besar la mejilla del otro y soltamos unas risitas nerviosas. Finalmente nos despedimos y él salió de mi apartamento, espere unos segundos y corrí al teléfono de pared. Marque el número de Tammy.

—¿Zoé? ¿Que sucede? —pregunto al descolgar.

—No te asustes —reí —. Estoy bien, necesito que me ayudes, es urgente...

—Mm, vale, ¿que sería?

—Chris me ha invitado a una reunión con sus colegas y ha dicho que es algo elegante, no tengo que ponerme...

—Mierda —reí —. Llegó en una hora, voy a llevar todos mis vestidos.

—Te lo agradezco.

Negué con la cabeza divertida mientras colgaba de nuevo el teléfono, quise hacer algo de almorzar para ambas y me puse en ello con lo que tenía en casa. Paso una hora y unos cuantos minutos cuando Tammy llego con una enorme maleta y mientras el almuerzo estaba listo, empecé a probarme varios vestidos. No quería llevar nada corto así que los descarte.

—Bueno, vamos a almorzar rápido para que te peine —me dijo sentada en la cama. A sus lados había vestidos de todos los colores y diseños.

—Ah no, la cena no es hoy...

—Me hubieras dicho, idiota —reí —. Corrí como una loca por todo el campus. ¿Entonces cuando es la reunión?

—Mañana en la noche —sonreí.

—¡Zoé! —reí —. Hubiera podido venir mañana temprano.

—Te puedes quedar hoy.

—Si, claro, como tú no tienes que ir a la universidad —suspiro —. Pero bueno, ya que insistes me quedaré —volví a reír.

—¿No tienes nada importante que hacer? Has aplazado ya muchas materias, no quiero que por mi vayas a perder otro semestre.

—Solo es un día. Además he estado muy atenta a las clases, ya casi no voy a fiestas —la mire con reproche —. Dije casi, es difícil dejarlas, son el epicentro de mi popularidad...

—Cuando salgas de ahí, ya no lo será.

—Tengo que aprovechar —negué con la cabeza —. Mejor dejemos esto para mañana y vamos a comer, me estoy autodigiriendo.

De Amores Y Amigos A Los 22 [✓]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora