Capítulo 26: Cartas sobre la mesa.

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Me quedé tirada en el piso, allí dormí y allí desperté, tampoco me moví cuando llamaron a la puerta.

-Adelante - indiqué sin animos.

-Vaya, vaya... Haces que el matrimonio se vea maravilloso...

Me giré en el piso en cuanto reconocí la voz y me encontré con Gemma Styles observándome desde arriba.

-¡Ay, por Dios! - grité y me incorporé de inmediato - ¿Qué haces aquí?

-Tomé una pequeñas vacaciones para ver cómo les va en su vida de recién casados, y te traje algo de desayunar - comentó, señalando con la cabeza una charola que había puesto en la mesa mientras me ayudaba a ponerme de pie - Dicen que no has querido comer bien desde que llegaste.

Gemma era lo máximo, la hermana que siempre había querido, y el que fuera mi cuñada me habría hecho la persona más feliz del mundo, claro, en otras circunstancias.

-¿Por qué no vamos a la piscina y me pones al día? - Sugirió - Hace un día realmente hermoso afuera.

-No, no quiero, prefiero quedarme aquí... - respondí tratando de alejarme de ella.

Gemma me dedicó de inmediato una mirada de desaprobación, pero tampoco insistió más, me dejó sola inmediatamente.

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Narrador

-¡Qué diferencia es desayunar con esta vista! - exclamó Felicity - No me va a costar nada de trabajo acostumbrarme...

-A mí me da igual - dijo Harry sin demasiados ánimos, los conflictos con su esposa no dejaban de atormentarlo.

-¿Cómo te va a dar igual? - preguntó la chica - No es lo mismo desayunar en una mesa tan fina con una vajilla carísima y la vista de Paris a tener que desayunar en la cocina con los cocineros...

-No pensé que te gustaban tanto los lujos - respondió sorprendido por la frialdad con la que Fels le había hablado.

-¿A qué mujer no le gustan los lujos? - repitió - Ahora que me quedó en una de las suits grandes, en un cuarto tan bonito... No sé, me siento diferente...

-Veo que estás contenta... - añadió Harry.

-Contenta no, ¡Feliz! - Corrigió - No sabes cuánto te agradezco que me hayas invitado a venir aquí a vivir contigo.

-Conmigo no, aquí con el equipo - respondió Harry, tratando de aclararle las cosas a su amiga.

Una de las chicas de servicio estaba recogiendo algunos de los platos que habían desocupado ya, Harry había notado desde que les llevaron el desayuno que la joven mesera lo observaba sin ningún tipo de descaro, y además realizaba su trabajo un poco más lento de lo habitual con el propósito de pasar un poco más de tiempo con uno de los jóvenes más famosos de la tierra. Felicity también lo había notado.

-¡No tienes que quedarte parada aquí todo el tiempo! - le gritó Felicity - Yo te llamo si te necesito, ¡Retírate! ¡Retírate, te dije!

Harry quedó desconcertado con la actitud de Felicity, ni siquiera Valeria, que había crecido con todos esos lujos trataba de esa manera a los empleados.

-No me gusta que les hables así a los trabajadores - regaño Harry.

-Es que si no los pones en su lugar van a querer tomarse confianza con nosotros - explicó la chica.

Bodas de OdioWhere stories live. Discover now