Capítulo 25: Primer intento.

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-De acuerdo - dije cuando contestó su teléfono.

-¿Quién habla? - preguntó confundida.

-Valer... aamm... Acepto tu oferta - me limité a decir - Quiero que me ayudes a irme de aquí.

-¡Ah! ¡Señora Styles! - respondió de mala gana - Un gusto escucharla tan pronto...

-Déjate de juegos, Felicity - advertí - ¿Vas a hacerlo o no?

-¿Cuando quiere irse, señora? - pregunto, satisfecha con mi interés.

-Hoy mismo - sentencié y sin más por decir terminamos la llamada telefónica.

Eran las 8:30 p.m. cuando llamaron a mi puerta.

-Señora, soy yo, Felicity - anunció y yo corrí a abrirle - Harry acaba de regresar, yo que usted me reunía con él para cenar, ya sabe, para que no sospeche nada...

-¡Pero ni siquiera me has dicho como vamos a lograr que yo me vaya! - le recordé.

-Bueno, después de la media noche, cuando todos estén dormidos yo voy a venir por usted, la sacaré del hotel y tendrá que caminar un poco, hasta esta dirección - me dijo dándome un papel con una dirección anotada - ¿Sabe las calles de Paris, no? - Preguntó y yo asentí nerviosa - Bueno, pues allí la va a estar esperando un auto que la llevará hasta el aeropuerto de Lille...

-¡¿Qué?! ¡Eso es casi llegar a Bélgica! - dije angustiada.

-Lo sé, lo sé, pero así es más seguro, será más difícil rastrearla - me explicó - Aquí tiene un boleto a Alemania, y a partir de allí usted decide que quiere hacer.

La miré dudosa durante un buen rato, pero la verdad es que sus instrucciones tenían sentido... Tomar el vuelo aquí mismo en Paris era demasiado evidente, además que el lugar estaría repleto de fotógrafos esperando a los demás chicos, sería un blanco fácil para cualquiera; además que volver a Londres era algo estúpido, allí me buscarían primero. Ya en Alemania me las arreglaría para contactar a Luke y buscar un punto neutral para reunirnos.

-¿Entendió todo? - preguntó, obligándome a salir de mis pensamientos.

-Sí, sí... Todo está muy claro - afirmé.

-De acuerdo... ¿Va a salir a cenar? - preguntó.

-No, dile a Harry que me siento mal, que me duele la cabeza o invéntale algo... - expliqué - Lo que quieras, con tal de que no se le ocurrirá venir a molestarme.

Cuando me dejó sola busqué una pequeña bolsa para guardar únicamente lo básico, no me arriesgaría con la maleta otra vez...

No me tomó demasiado tiempo, así que el tiempo que restaba hasta la media noche me la pasé pensando y dándole vueltas a ese penoso asunto, estaba a un par de horas de recobrar mi libertad, pero... ¿A qué precio?

Y de pronto el tiempo simplemente se me fue de las manos, antes de que yo me diera cuenta, Felicity ya estaba tocando suavemente la puerta, cuando le abrí y la jalé para que entrara a la habitación me entregó un abrigo rojo que me llegaba debajo de la rodilla. "Para que no la reconozcan" dijo y yo accedí a ponérmelo. Se asomó por el pasillo una última vez antes de indicarme que la siguiera, ese era el momento.

Me guio por las escaleras hasta la cocina y sin que a nadie le importara demasiado que estuviéramos allí nos escabullimos por la puerta de atrás, y listo, ya era libre, le sonreí a manera de agradecimiento y me dispuse a continuar mi camino por mí cuenta.

-Espera... - me gritó cuando cruzaba la calle - Antes de que te vayas quisiera saber.... ¿Por qué te casaste con Harry? Es más que obvio que tú no lo quieres...

Bodas de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora