Bodas de Odio

Capítulo 8: Primeras veces. (+18)

Nos besamos, tierna y dulcemente, casi delicadamente... Con cuidado, guardando en nuestras mentes cada momento que se creaba. Nos separamos lentamente , sólo por un momento, creo que Luke lo hizo en busca de mi aprobación, así que solo le sonreí y volví a unir nuestros labios.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda cuando sus manos se colocaron en mi pecho y comenzaron a desabrochar cada uno de los botones que tenía mi blusa, uno a uno fueron cediendo hasta que no había nada más que desabotonar, suavemente, y por primera vez, colocó sus manos sobre mis hombros desnudos y así empujo delicadamente mi blusa para que esta cayera al suelo. Puso su manos sobre mi cintura y me atrajo aún más contra su cuerpo, podía darme cuenta la necesidad que tenía de tocar cada centímetro de mi piel desnuda, esas partes de mi cuerpo que eran totalmente nuevas para él, y de inmediato, esa necesidad me invadió a mí también.

Torpemente, deslicé mis manos debajo de su playera de Nirvana, y con algo de pena comencé a levantarla, hasta que con su ayuda, logré sacársela por encima de su cabeza… Y tan solo unos segundos después, nuestros pantalones acompañaron a la ropa que ya se encontraba en el suelo.

Y temblando, nos separamos un momento, sólo para darnos cuenta que ya sólo teníamos nuestra ropa íntima. “Eres perfecta”, susurró cuando comenzó a recorrer con sus dedos mi piel desnuda.

Me pegué a su cuerpo y lo abracé, aprovechando para descubrir su espalda perfecta. Besé su cuello dulcemente mientras el subía sus manos por mi espalda hasta el broche de mi sujetador y yo me apreté aún más a su cuerpo. Él besó mi frente al mismo tiempo que lo soltaba, para hacerme saber que todo estaba bien, finalmente deslizó suavemente los tirantes por mis brazos, hasta que fue capaz de soltarlo para que cayera al suelo.

Luke se acercó a mis labios despacio, seguro de sí mismo, sexy como solamente él era, le brillaban los ojos y yo podía ver en ellos el amor que sentía por mí; pero había algo más esta vez, había deseo, había pasión.

Sentí a mi corazón dispararse a mil por hora, sentí ese golpe de adrenalina, sentí como la sangre recorría todo mi cuerpo… Sentí el deseo, mi propio deseo, un deseo caliente  e intenso en la zona inferior de mi vientre. Se inclinó sobre mí y me besó, sentí tensarse al momento todos los músculos de mi parte más íntima. Me agarró del moño alto que llevaba y hábilmente lo deshizo, dejando caer mi largo y precioso cabello castaño sobre mis blancos y desnudos hombros, metió sensualmente ambas manos entre mis cabellos y me sujetó firme pero dulcemente la cabeza. No pude evitar ese pequeño gemido salir desde el fondo de mi garganta cuando me rodeó con sus brazos y me apretó muy muy fuerte.

Una de sus manos seguía en mi pelo mientras la otra me recorría la espalda hasta la cintura, pero esta vez no se detuvo, él siguió avanzando, delineó la curva de mi trasero con su mano y me atrajó suavemente contra sus caderas. Sentí por primera vez su erección, que empujaba su boxer contra mi cuerpo. Volví a gemir sin apartar los labios de su boca. Lo deseaba, lo deseaba con locura.

Me levantó del suelo y me tomó entre sus brazos para llevarme a la orilla del pequeño río, donde me recostó, en una arena era tan suave, que parecía que estábamos sobre una exquisita y fina cama de plumas.

Se inclinó sobre mí de nuevo y me besó en la parte interior de un muslo y  así hasta ir subiendo, sin dejar de besarme, hasta mis braguitas de encaje.

Siguió besándome el abdomen, sus labios ascendieron hacia mi pecho. Me ardía la piel que el besaba, me sentía sofocada, el aire faltaba y mi visión se nublaba.

Luke se tumbó a mi lado y recorrió con los dedos el mismo trayecto que había trazado previamente con sus labios, desde la cadera hasta el pecho, pasando por la cintura. Me observó con expresión dudosa, hasta que finalmente me sonrío y rodeo suavemente mis pechos con sus manos.