Capítulo 22: Una nueva y miserable vida. (+18)

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Desperté acurrucada sobre su pecho, y por alguna razón no quería separarme de él, habíamos pasado una primer noche increíble juntos, llena de pasión y de deseo, lo hicimos hasta que nos quedamos dormidos por el cansancio. Y allí estábamos, desnudos compartiendo una cama, abrazados, sin querer movernos.

Cuando abrí finalmente los ojos me di cuenta de todo, no era Luke el que se encontraba debajo de mí, no había sido Luke con quien había tenido sexo toda la noche. Estaba compartiendo la cama con Harry Styles. Con mi esposo.

Me levanté de golpe, despertándolo a él con mis movimientos; jalé una de las sabanas que lo cubrían y como pude tape mi cuerpo para que él no pudiera verme así. Harry se veía casi tan aturdido como yo, veía en sus ojos como trataba de recordar lo que había pasado y lo recordó cuando me vio de pie frente a él.

-Buen día – susurró finalmente dibujando una sonrisa traviesa en sus labios mientras me examinaba – No tienes que cubrirte, mi amor, anoche memoricé cada parte de tu cuerpo, no hay necesidad de ocultarlo.

-¡Eres un imbécil! – dije enojada, apretando más la sabana contra mi cuerpo, Harry enseguida cambió su expresión a una seria y molesta, creo que además de los recuerdos calurosos de la noche que habíamos pasado juntos, también recordó que si en ese momento yo estaba allí no era por mi propia voluntad.

-Vístete – me indicó cuando se levantó de la cama, sin ninguna sabana cubriendo su exquisito cuerpo – Nos vamos en 20 minutos.

No pude evitar sonrojarme, y mucho menos seguirlo con la mirada. Era demasiado perfecto, y eso me hacía odiarlo todavía más.

Saqué la ropa que tenía en la maleta y me di cuenta que no había mucho de donde escoger para vestirme, Harry ya no me había traído del auto ninguna otra de mis pertenencias, pero me di cuenta que no tenía ni ánimos para arreglarme como tenía acostumbrado, así que unos jeans y una blusa sencilla fueron suficientes para mí, después de todo tomaríamos un avión en un par de horas.

Harry estaba sentado en el sillón cuando baje a la sala, creo que para él también era muy difícil el evitar verme cuando aparecía en una habitación, pues me escaneo sin ningún tipo de vergüenza. Me ofreció un poco de jugo pero yo me negué a comer algo, seguía furiosa por todo lo que había ocurrido, y si en algún punto me moría de hambre pues no me molestaría en los más mínimo si así terminaba con mi tormento, y bueno, él no se molestó en insistirme.

Volamos a Paris en primera clase y en un total silencio. Él no hizo ni el mínimo esfuerzo por intentar hablar conmigo, y bueno, yo no tuve intención de hacerle algún tipo de plática. Cuando aterrizamos me di cuenta que mientras yo me vestía en la mañana él había estado hablando con su gente, pues cuando llegamos a la sala VIP del aeropuerto había un gran hombre esperando por nosotros, me pareció que era uno de sus guardaespaldas, nos llevó hasta una camioneta negra y sin que nadie nos viera tomamos rumbo a un elegante hotel en el centro de la ciudad de la luz.

El auto entró en el estacionamiento subterráneo y seguros de que nadie más nos veía Harry y yo bajamos del vehículo seguidos por el guardaespaldas. Vi a un grupo de gente esperando en el lobby del hotel y pensé que esperaban por nosotros, pero ellos ni se percataron de nuestra presencia cuando pasamos al lado de ellos.

Era un hotel imponente, precioso, perfecto para iniciar una luna de miel, lástima que mi esposito y yo no nos encontrábamos en un plan muy romántico en esos momentos como para disfrutar de tal majestuosidad juntos. Seguí a Harry y a su protector hasta el elevador, el cual nos llevó hasta el piso 12.

-¿Están aquí los demás? – preguntó Harry.

-El equipo de técnicos están en el piso 11, Lou y su equipo llegaron anoche y están en su mismo piso – le indicó – Los muchachos y la banda llegan mañana o pasado… No los esperábamos tan pronto, creímos que los veríamos hasta el día del concierto.

Bodas de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora