Capítulo 31: ¡Boom!

644 13 8
                                    

-¡Gemma! ¡Al fin te encuentro! - exclamé aliviada cuando la vi sentada al final de la barra del bar.

-¡Hey! ¿Qué pasa? - preguntó de inmediato - ¿Necesitas algo?

-Pues ya que lo mencionas... Sí - admití - Aaamm... Me encontré a una chica en el lobby y me dio esto - expliqué mientras colocaba un pequeño sobre junto a la copa que Gemma estaba bebiendo - Es para aahh... para Luke... Me pidió que se la entregara...

-Val, no te estoy entendiendo, ¿Para qué me necesitas a mí? - preguntó confudida, haciéndome ponerme todavía más nerviosa.

-¿Puedes entregársela tú? - pedí finalmente, tratando de mantenerme lo más serena posible - Es que... Aaah... Yo debo ir a revisar unas cosas de la logística del backstage del concierto de mañana... Ya sabes.... Aaam... Trato de ponerme al día con mis deberes.

-Ah ¿Solamente es eso? - preguntó aliviada - Por un segundo creí que me pedirías que te ayudara a enterrar el cuerpo de la chica que te dio la nota o algo así... ¡Debes relajarte, querida!

Me reí un rato con Gemma para disimular un poco mis intenciones y después de un trago me excusé para "cumplir mis obligaciones", la verdad es que corrí hasta mi habitación a encerrarme para poder rezar en silencio que por una vez en la vida me salieran las cosas como yo esperaba que salieran.

No. No era una carta que una inocente fan me había dado, era una carta escrita con mi puño y letra para Luke.

Lo había estado pensando demasiado, necesitaba un cierre con alguno de los dos hombres que dominaban mi corazón y mi razón, y después de mucho meditarlo, me di cuenta que necesitaba cerrar las cosas con Luke para poder darle una oportunidad a mi matrimonio con Harry, así que me decidí a tomar un trozo de papel y una pluma. No quise escribirle una novela trágica ni darle demasiadas vueltas al asunto, me pareció que él no se merecía eso, así que fui directo al punto, sabiendo que eso lo mataría.

Luke:

Lo pensé muy bien, y ya tomé una decisión, no voy a irme contigo.

Lo nuestro ya no es posible, y el que estés aquí me preocupa mucho, por eso te suplico, te ruego por el bien de los dos que te vayas.

Pasaron varias horas antes de que yo me animara a volver a salir de mi cuarto, calculé el tiempo aproximado en que Gemma entregaría mi recado y el tiempo suficiente para que Luke se calmara y también se diera cuenta que eso era lo mejor para todos los involucrados. Recorrí el pasillo que me llevaba al lobby sin encontrarme nada fuera de lo común, y cuando estuve a punto de llegar al ascensor unos dedos familiares sujetaron mi muñeca, impidiéndome completar mi huida.

-Señora... Necesito hablar con usted - dijo Luke con la voz temblorosa por la rabia.

-¿Pu-puede ser en otro momento? Estoy un poco ocupada ahora - respondí, tratando de mantener la calma.

-Es algo que tendría que hablar con Harry, pero él no está, ¿Podría hablar con usted, es importante - insistió.

-Bueno, si es mi esposo el que puede darle solución a tu problema, pues no creo que pueda ser de mucha utilidad - me resistí.

-Estoy seguro que usted podrá orientarme, ¿podemos pasar a la oficina?

Tenía demasiados ojos en mí y aún muchos más oídos dispuestos a no perderse nada de mi conversación de Luke, y no era porque sospecharan de la relación complicada que manteníamos, sino porque esperaban ansiosos ver si era capaz de solucionar alguna crisis.

Le hice una seña a Luke con la mano para que me siguiera a la habitación que se había dispuesto como una oficina improvisada y cerré la puerta cuando ambos estuvimos solos.

Bodas de OdioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora