Capítulo 10: Visitas inesperadas.

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Llamaron a la puerta. Era media mañana y ninguno de nosotros esperaba ninguna visita. Llamaron de nuevo, y entonces decidí levantarme yo misma a atender. Delante de mí se encontraba una mujer, bueno, una chica que nunca había visto, seguramente de una edad similar a la mía, bonita, con una melena negra e imponente y ropa de diseñador que aparentaba ser casi tan costosa como la mía.

-Hola, buenos días – me saludó, parecía nerviosa - ¿Se encuentra Valery Van Der Woodsen? Tengo algo muy importante que hablar con ella.

-Ah, soy yo… - respondí, confundida que estuviera preguntando por mi.

-¿Tú eres Valery Van Der Woodsen? – preguntó para estar segura y yo asentí dudosa – Soy Sydney Hataway y necesito hablar contigo de algo… necesito que hablemos de Luke Hemmings.

La sorpresa cambió a la confusión, pensé por un momento que me traía algún tipo de mensaje de parte de mi chico, así que la guíe discretamente fuera de la casa para poder hablar sin que nadie más nos escuchara.

-¿Qué pasa con él? – pregunté ansiosa.

-Lo amo – soltó, y sentí un puñetazo en el estómago.

-¿De qué es-estás hablando? ¿Quién demonios eres tú? ¿Quién rayos te crees? – pregunté.

-Lo amo – repitió – Lo amo muchísimo, lo amo más que a mi vida… Él es-

-¿Cómo te atreves a venir a molestarme a mi propia casa? – la interrumpí enojada, furiosa.

-Me costó mucho trabajo encontrarlo – me explicó – Llevo meses buscándolo…

-Mira, yo no sé qué quieres lograr con esto, a dónde demonios quieras llegar, pero te advierto que no va a funcionar… ¡Así que vete de mi casa! ¡Lárgate! – le ordené.

-Por favor, sólo escúchame… – me pidió – Lo conocí en Suiza hace un año, nos enamoramos, o eso fue lo que él me hizo creer, íbamos a casarnos… Pero un día simplemente desapareció sin decirme nada.

-¡No seas ridícula! – dije – ¡Deja de inventar cosas y vete de aquí!

-No, no es ninguna mentira – aseguró – Sus amigos me advirtieron como era, pero yo no quise escucharlos…

-No, tú no eres real… Luke nunca me habló de ti – respondí.

-¡Por supuesto que no lo hizo! ¡Lo que él quiere es verte la cara! – aseguró – Él vació todas mis cuentas, tomó todo mi dinero y un día antes de la boda simplemente me abandonó. Él es un ladrón… Pero… Yo lo amo… A pesar de todo, yo aún lo amo…

-¡No! – grité – ¡Yo no voy a creerte! ¡Eres una mentirosa!

-¡Yo no soy ninguna mentirosa! – gritó – ¡Vamos, anda, acompáñame a buscarlo! ¡A ver si es que se atreve a negarme en tu cara!

-¡No te atrevas a rebajarte a eso! – gritaron a mis espaldas, al parecer mi madre nos había escuchado.

-Pero mamá… Yo necesito verlo, necesito saber si esta mujer me está diciendo la verdad – alegué, estaba totalmente dispuesta a ir a buscar a Luke en ese momento.

-¡Tú no vas a ir a ningún lado! – repitió – Y tú… ¡Lárgate de mi casa! – le gritó a la chica, quien bastante asustada comenzó a alejarse de nosotras.

-Espero que no hayas hecho lo mismo que yo – me advirtió la chica antes de irse – de verdad espero que no le hayas dado dinero a Luke…

¿Cómo había pasado eso? ¿Cómo se había desmoronado todo mi mundo en menos de 5 minutos? Y sobre todo, se había desmoronado a manos de una extraña. Prácticamente empujé a mi madre en la puerta para abrirme paso al interior de la casa, no me había dado cuenta que había dejado de respirar hasta que inspiré una gran bocanada de aire cuando estuve en el recibidor. En ese momento miles de conversaciones y momentos vividos con Luke llegaron a mi mente, todas esas sensaciones que despertó en mí en nuestra primera vez… todo me pegó de repente. Esa mujer estaba mintiendo, lo sabía, conocía a Luke, él me amaba y nunca me engañaría… Pero entonces, ¿Por qué estaba yo llorando? ¿Por qué se sentía tan real?

Bodas de OdioWhere stories live. Discover now