[Capítulo 108] "Mamá"

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Pov. Calle.

No estaba lista. Tan simple como eso.

No quería enfrentarme a mi mamá, no podía. La sola idea de estar frente a ella me ponía enferma. No sé cómo se atrevía a llamarme después de tanto tiempo,  cómo tenía el valor de llamar al teléfono de mi novia aún después de lo que dijo la última vez.

Flashback
Los Ángeles - California
2 años antes

Aun faltan dos horas para abordar, vayamos por un café —dice el señor Cheng y yo asiento en silencio.

Era el día, me iba al otro lado del mundo sola y estaba tan nerviosa que apenas podía hablar. Al llegar a la zona de las cefeterias me ofrecieron entrar para comer algo ligero pero me negué diciendo que los esperaría allí afuera, no quería arriesgarme a ponerme enferma en un vuelo de 17 horas.

Mi corazón palpitaba fuerte, como si se quisiera salir de mi pecho y la extraña sensación de angustia, no me dejaba tranquila. Saco el teléfono para llamar a Poché una vez más y con su voz calmarme, pero recuerdo que habíamos pasado toda la madrugada hablando y no quería despertarla, mucho menos soportaría escucharla llorar de nuevo porque me darían ganas de no montarme en ese avión.

—No, Daniela. Tienes que ser fuerte. Muy fuerte —susurro para mi misma y dejó caer mi cabeza en el muro que estaba a mi espalda.

Veo el reloj pero el tiempo pasa demasiado lento. Qué irónico, hace una semana los días se me iban como segundos y ahora, parece que hay un año en cada minuto.

—¡Ahí estás! —grita una voz conocida y la ubico a la asistente de Cheng viniendo hacia mí con una expresión extraña

—¿Qué pasa? —pregunto preocupada con un millón de pensamientos en la cabeza —¿Ya nos vamos?

—No, pero... mejor ven conmigo —me jala tramando mi brazo y yo solo camino sin saber.

Entramos a una de las cafeterías y es entonces cuando me doy cuenta el porqué de su cara de pánico.

—¿Qué esto? Específicamente les pedí que nadie de mi familia supiera de esto. Mucho menos ella.

—Lo siento, no fue mi culpa. Solo llegó aquí y...

—Dani, ahí estás. Te estaba esperando

—yo no —respondí con la verdad. No marica... Ahora sí tenía las náuseas al límite.

—¿Podemos hablar?

—Mi vuelo está por salir, yo n...

—solo serán unos minutos —me corta y se gira hacia el señor Cheng y su asistente con una mirada amable— ¿Nos permiten por favor?

En menos de un minuto, estamos solas en una mesa. Lo solas que podemos estar en una cafetería de aeropuerto atestado de gente.

Al principio ambas estamos calladas. Dejando que los murmullos y conversaciones al lado llenen el molesto silencio y la tensión entre nosotras, luego una meseta llega con un café que asumo ella había pedido antes de que yo llegara y finalmente, al ver que no empezaba, decidí hacerlo yo.

—¿Puedes empezar de una vez por favor? No quiero perder mi vuelo —mi tono era duro y a la defensiva pero no podía evitarlo. Aún tenia muy presente sus palabras.

—Veo que sigues molesta ¿No vas a probar tu café?, es el que te gusta, con crema y chocolate

—No deseo, gracias. Pero no creo que hayas venido hasta aquí solo para ofrecerme café ¿O sí?

Cuando nos volvamos a encontrar 🌙 [Caché] Where stories live. Discover now