[Capítulo 9] "Beso Robado"

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— necesito que me digas que demonios está pasando — me reclama. Está indignada y tiene toda la razón pero yo no estoy lista. Esta tarde me había refugiado en mi casa y me negué a salir de mi cuarto hasta que Paula me obligó y literalmente me arrastró a su fiesta. Calle me tomó de las manos ni bien llegó y me pidió salir a hablar, ahora justo estábamos en medio de una conversación que quería evitar a toda costa.

— Poché mírame por favor. Somos mejores amigas. No hay secretos entre nosotras y de un tiempo a esta parte...te siento tan lejos de mi, que me da miedo.

Me quedo en silencio. ¿Que le puedo decir? Ni yo misma sé a ciencia cierta lo que me está pasando.

—por favor dime algo —pide nuevamente más impaciente

—no sé que quieres que te diga —reconozco agachada con la mirada fija en mis manos. No puedo verla a los ojos porque no se lo que suceda.

—dime lo que pasa. Qué te tiene así de angustiada. Todos estamos preocupados por ti. Hasta Johan que nunca se entera de nada, sabe que algo sucede contigo. No eres la misma.

Desvío mi mirada hacia la ventana. Mis amigos estaban preocupados, pero yo no podía hablar de esto con nadie porque la única persona a la que le tenía suficiente confianza como para decirselo, era el motivo de mi confusión.

—¿Es por Mario? —sigue preguntando en busca de una razón aparente.

Niego con la cabeza. Mario era el que menos pintaba en ésta historia.

—¿entonces?

—¿entonces que? —pregunto enfrentandola por primera vez y al ver su rostro preocupado mi corazón se estruja y me obliga a bajar la mirada de nuevo.

—no te entiendo. Sé que me estás ocultando algo y lo sé porque ni siquiera me puedes ver a la cara. Tú no eres así Maria José y quiero ayudarte pero no puedo si no me dices lo que te esta sucediendo —habla tan rápido que parece más un regaño para si misma que para mi— ¿o es que ya no me tienes confianza? ¿Que hice de malo para que me pierdas la fé?

—¡No! No eres tú —no podía permitir que se culpara a sí misma por algo que no podía controlar

—¿entonces por qué tengo la sensación de que me estás evitando?, confía en mí. Yo no voy a juzgarte. Sea lo que sea, podemos superarlo juntas —busca mi mano y entrelaza nuestros meñiques evocando nuestra promesa de siempre— ¿recuerdas?

Me agacho de nuevo y veo nuestros dedos entrelazados. Una corriente eléctrica está justo en medio de esa unión, esperando el momento de hacer corto circuito.

—es que no sé lo que está pasando — reconozco después de un largo minuto en silencio— no sé lo que está pasándome, Calle. Es todo tan confuso y eso me asusta.

—tranquila, todos tenemos miedo. Pero para curarlo necesitamos saber dónde empezar —me tranquiliza acomodandome el cabello.

—es que eso es justamente lo que no sé. Tengo cosas aquí en el pecho que no sé como sacar. Siento cosas tan extrañas que son difíciles de explicar... Mi cabeza le da vueltas y mi estómago... es que me estoy volviendo loca, Calle. Loca —ella sonríe con dulzura y me obliga a sostenerle la mirada pero la luz de sus ojos me deja cegada. No puedo.

—Dime ¿desde cuándo estas así?

—no sé, solo... —vuelvo a agacharme buscando refugio fuera de su mirada cálida— ...estoy tan perdida...

Suspira —dime quién es —me pide.

—no te entiendo.

Sonrie —si Poché, si me entiendes y lo sabes. Hay una sola cosa que te puede hacer sentir tan perdida y es que te estas enamorando. Dime de quién ¿es Mario?

Cuando nos volvamos a encontrar 🌙 [Caché] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora