[Capítulo 72] Silencio

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Pov. Poché.

29 de octubre

Dos días. Ya solo faltan dos días para mi cumpleaños y aún no tengo noticias de Daniela. Estoy al borde de un colapso mental y mi ansiedad está al límite.

No he podido dormir bien y ando más pendiente que nunca del teléfono, pero jamás suena con la persona que necesito. En el fondo, ya me estaba preparando para un escenario en el que no la viera, pero aun me negaba a aceptarlo por completo.

Mi única opción para no volverme loca, fue la universidad. Hoy comenzaban mis clases del segundo semestre y aunque mi papá dijo que aun no estaba del todo bien, yo decidí inscribirme en los únicos dos cursos que me faltaban para terminar la carrera.

Aunque para ser sincera no tenía ganas de ir, me levante dándome fuerzas a mí misma para seguir y tratar de distraerme un poco. Después de todo, solo faltaban un par de días para ver a mi amor.

Camino por la cocina en busca de mi jugo de naranja. Vale y mi papá habían salido temprano y estaba sola en la casa. Últimamente habían estado super más pendientes de mí y lo agradecía, pero a vece s me siento muy sofocada. Tomo un sorbo de mi vaso, refrescándome la garganta y saboreo con paciencia. Al menos ahora que ya había terminado la terapia y me quitaron el yeso de la costilla, estaban más tranquilos.

Termino mi vaso y lo lavo. Subo en modo automático hasta mi habitación para cambiarme y arreglarme un poco. Después de vestirme solo con un jean y una camiseta blanca, me veo al espejo y niego con la cabeza.

Mis ojeras eran muy notorias por las malas noches pasadas y mi cuerpo aun dolía cuando hacia ciertos movimientos bruscos. Mi costilla se había recuperado, pero tengo la impresión de que aún estaba sensible porque cuando respiro profundamente, siento una opresión muy fuerte y un tanto dolorosa.

Mientras me pongo un poco de crema, pienso en que hubiera pasado si esa noche yo simplemente le hubiera hecho caso a Andrés y me hubiera ido con él. Tal vez hasta le hubiera podido pedir que me dejara en la casa de Calle y ahora estaríamos juntas, yendo a la universidad o quien sabe a dónde. Tal vez solo le hubiera pedido que se quedara conmigo acostadas todo el día y la noche como el último día en que nos vimos.

Por Dios, ni si quiera nos habíamos podido despedir bien por el miedo a hacerme daño. Suelto un gran suspiro de frustración. Me moría por darle un beso justo en este preciso momento. Estos meses se me habían vuelto eternos sin ella.

Me pregunto...¿qué pasará ahora cuando regrese? Nuestras familias ya sabían de lo nuestro y al parecer no hubo tanto revuelo, a no ser por Mafe por supuesto. Quisiera hablar tanto con ella para explicarle que nosotras no habíamos cambiado, que seguimos siendo las mismas de siempre y que la queremos mucho aun cuando ella no nos comprenda. Pero supongo que por fin podremos tener una relación normal ¿no?

Lo que más me duele es que mi amor debe estar sufriendo tanto como yo y para colmo pasando sola en un lugar en el que le exigen demasiado. Porque estaba segura que ni siquiera Kevin, había logrado acercarse tanto como para derrumbar la pared que Daniela acostumbra crearse cuando se siente vulnerable.

Dejo salir el aire de nuevo de mis pulmones mientras tomo mi pequeña cadenita con el ónix en la punta y la aprieto con fuerza. Cada mañana lo hacía como si con ese simple gesto pudiera mandarle mi energía y amor. Ese se había vuelto mi modo de abrazarla a la distancia.

Mi teléfono vibra y reacciono de inmediato buscándolo en la mesa de noche con la esperanza de que fuera ella, pero no. Como siempre últimamente, mis esperanzas caen al piso cuando leo el nombre de Gabriela en el lugar del de ella.

Cuando nos volvamos a encontrar 🌙 [Caché] Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt