Extra #5

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Natalie:

Detallo lentamente el lugar a mí alrededor.

Mikhail se encargó de rentar un salón lo bastante cómodo donde se llevará a cabo el baby shower del bebé. La verdad es que no asistirán demasiadas personas, solo asistirán familiares cercanos y amigos.

María —a quien siempre le ha gustado la organización— se encargó de decorar el amplio salón con ayuda de los empleados de alguna agencia de festejo que ella también se encargó de contratar.

Mi mirada viaja por todo el amplio y decorado lugar. Rachell y las chicas están a mi lado mirándome, expectantes.

— ¿Y qué tal? —María suena ansiosa al ver que yo no he pronunciado ninguna palabra desde que vi la decoración.

El salón es amplio, dominado en su mayoría por el color blanco. La sala está dividida en dos —literalmente— por los colores. El lado derecho está decorado con el color rosa; no un rosa chillón, solo uno pastel bastante agradable a la vista; hay biberones rosados decorando en ese lado acompañado de moños brillantes de colores también femeninos. El lado derecho de la sala es mi favorito —sí, porque quiero que mi bebé sea una niña—. Hay una mesa larga en medio de todo el salón —que también está dividida por los colores— donde hay un montón de cupcakes, cotillones, pasteles y dulces —las decoraciones del lado derecho de la mesa son femeninas y la del izquierdo masculinas—. El lado izquierdo es otro tema, de color azul cielo, con autitos de carrera y chupas coloridas, también me gusta ese lugar y pienso que Mikhail se volverá realmente loco al verlo.

— Pensamos en hacer una dinámica divertida —comenta Naza, mirándome con cierta emoción.

— Sí. Los que quieren que el bebé sea un niño deberán vestirse de azul, no importa la tonalidad, y deberán sentarse en el lado correspondiente —continúa Rachell, luciendo también muy emocionada. Sonríe como si su vida dependiera de ello, cosa que me hace sonreír. Ellas realmente están emocionadas por todo lo que tenga que ver con mi bebé.

— Y así mismo con los que quieran que mi sobrina sea una preciosa niña —Nairobi se agacha un poco y besa mi vientre ya redondo. Con cinco meses y medio aun no tengo un vientre grande. Acaricio la cabeza de Nai con una sonrisa.

— Tú deberás vestirte de blanco —frunzo el ceño ante las palabras de Naza.

— ¿Por qué? Yo debería vestirme de rosa —Rachell niega con una sonrisa, ella es Team boy.

— Será un niño, Nat —niega un par de veces mi rizada amiga, interrumpiendo mi conversación con Naza.

— Boberías, es una niña, Rachell —continúa Naza, restándole importancia a Rachell—. Te decía que debes venir de blanco porque cuando el globo revele el sexo del bebé Mikhail pintará sobre el vestido, justo a la altura de tu vientre, un corazón en el color correspondiente al ya revelado sexo.

Sonrío inmediatamente— Me gusta.

— Lo sé, tengo muy buenas ideas —se mofa María, haciéndome reír.

— Caminemos. Veamos si hay algo que no te gusta —sugiere Rachell, tomándome suavemente de la mano y arrastrándome por el lugar con las chicas a nuestro lado.

Observo con detalle cada cosa, Rachell comienza por mostrarme las decoraciones del lado izquierdo.

— ¿Te gusta este azul? —inquiere María, mirándome con el labio inferior entre sus dientes—. Shawn y Mikhail dijeron que estaba bonito.

Asiento. Yo no tuve demasiado que ver con la organización y decoración del baby shower debido a mis estudios y trabajo, más sé que lo dejé en las mejores manos.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Where stories live. Discover now