Capítulo 46: Serios problemas.

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Tres meses.

Han pasado tres meses desde que Mikhail y yo comenzamos a salir como una pareja normal. Aun no somos novios pero me conformo con esto que tenemos que me hace muy feliz.

Hace dos meses atrás decidí buscar un empleo de medio tiempo —en el cual estoy de vacaciones por víspera de navidad—. Sí, necesitaba dinero para mí, para comenzar con ahorros, y sí, el cumpleaños de Mikhail sería en algunos meses y quería comprarle un regalo digno de él.

Después de dos meses de arduo trabajo —sirviendo cafés en una cafetería del centro—, conseguí reunir para el regalo perfecto de Mikhail.

En una de las tantas citas que tuvimos a lo largo de los tres meses, Mikhail me mencionó la carrera que quiere estudiar en la universidad: Medicina; por lo que decidí comprarle un estetoscopio.

Estoy en una de las tiendas donde conseguí un estetoscopio barato.

— ¡El azul oscuro está precioso! —Rachell señala el estetoscopio en la vitrina.

Hoy es veintidós de diciembre, el cumpleaños de Mikhail. Las chicas me acompañaron a comprar su regalo ya que soy la reina de la indecisión. La fiesta será hoy sábado en casa de los Gadaff. No es necesario que diga lo nerviosa que estoy ¿cierto?

— El negro se ve muchísimo más elegante —opina María.

— ¿Cuál te gusta a ti? —cuestiona Naza, notando que estoy a punto de hiperventilar.

— No es lo que me guste a mí, sino a él —me muerdo el labio más que frustrada.

María resopla a mi lado.

— Sabes que lo que sea que le des él lo amará ¿no? No importa lo que sea sino con el cariño que se lo des.

— ¿El azul marino entonces?

Todas asienten, luciendo animadas.

Entramos al local y compro el estetoscopio dentro de una enorme caja color negro. Le doy el dinero a la chica y me retiro casi temblando.

¿Le gustará o no?

— ¿Y si le compramos un perfume entre todas? —propone Rachell, emocionada.

Las chicas asienten, animadas, así que también compramos un perfume junto con papel para decorar ambas cajas.

*****

Me miro en el espejo con rapidez.

Creo que estoy bien.

Mi madre decidió ayudarme a escoger la ropa.

Una falda ajustada —un poco más arriba de los muslos— color negro, una camisa que se ata al cuello con escote en la espalda y en medio de los senos —algo descubierta pero súper linda y elegante— color plateado, acompañado de unos tacones de aguja color negro y el cabello suelto.

Jamás imaginé que entre mi madre y Rachell pudieran hacer tan linda combinación.

Después de que Rachell me hiciera un súper maquillaje —según ella—, nos encontramos esperando a Caleb sentadas en la sala.

Tengo el regalo de Mikhail en mis manos y éstas me sudan, los nervios me están carcomiendo.

— Cálmate, Nat. Estás preciosa —me da una mirada cómplice y vuelve a su teléfono.

La miro de reojo; ella eligió un conjunto de dos partes color rojo, lindísimo por cierto.

Al cabo de unos largos minutos, Caleb aparece.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Where stories live. Discover now