Capítulo 58- Primera parte: Psicópata.

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#Etapafinal😭.
....

— ¡Cita de grupo! —chilla Rachell tomando de la mano a Caleb, quien acaba de bajarse de su auto acompañado de la rizada.

Ya es miércoles y hemos decidido venir en grupo a la feria de la ciudad. Estoy de pie junto a Mikhail, recostados en el auto de Matt —ya que el de Mikhail está en reparación— esperando a que llegue la última pareja: María y Shawn.

— ¿Dónde se metieron aquellos dos? —bufa Naza, apartando la vista de su teléfono para mirar a todos lados.

— Pensé que estábamos todos —Rachell se acerca a mí y planta un beso en mi mejilla.

— Pues pensaste mal —respondo, algo malhumorada.

Tengo buenas noticias.

¡Andrés apareció ayer! Sí, no seré mamá, y sí, eso también explica mi malhumor.

Mikhail ha intentado consentirme pero todo me molesta. Todo. Absolutamente todo.

Ayer intentó hacerme tarta de manzana y la rechacé diciendo que solo quería hacerme feliz porque no me soportaba de esta manera. Sí, soy una exagerada pero ¿Qué más da?

Ahora estoy aquí y el solo hecho de estar esperando ya me tiene molesta.

— ¿Te pasa algo? —Caleb me mira antes de darme un beso en la mejilla—. ¿Qué le hiciste, Mikhail?

El mencionado parece ofendido.

— ¿Yo? No le he hecho nada. Son las hormonas.

Ruedo los ojos.

— Estoy bien, Caleb.

— No lo parece —frunce sus labios sin quitarle la mirada recelosa a Mikhail—. Siempre puedo golpearlo si te hace algo.

Dice confidente mientras me guiña uno de sus bonitos ojos. Le sonrío por su amabilidad.

— Lo tendré en cuenta.

— Llegó lo más lindo del grupo —grita Shawn por la ventana de su auto de manera arrogante, está aparcando junto al coche de Caleb.

— Mueve tu culo hasta aquí, Shawn, si no quieres que te asfixie —gruñe Mikhail, quien está irritado porque yo lo estoy.

— Ya llegué —baja del auto y espera a que María haga lo mismo—. Cálmense ¿sí?

— Duraste un siglo en llegar —bufa Naza, mirándolo con recelo.

— Díganselo a ella —señala a María. Ella baja del auto con una caja de donas, está sonriéndome.

— ¡Traje donas! —chilla, alzando la caja hacia mí.

Las chicas saben que cuando estoy en mis días lo que más me gusta es comer.

Le sonrío, animada. De solo pensar en las deliciosas donas cubiertas de chocolate el malhumor se esfuma.

— ¿De chocolate? —mi voz suena animada.

— También hay rellenas —se acerca a mí y me rodea en un abrazo.

— Tú lo que tenías era hambre —me acusa Caleb, sonando divertido.

Le doy una sonrisa culposa.

— Puede ser.

Tomo la caja de donas que me extiende María, luego ella se separa para abrazar a Rachell.

— ¿A dónde iremos primero? —pregunta Ryan.

Yo tomo la primera dona y la muerdo, llenando mis dedos y boca de chocolate.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Where stories live. Discover now