Capítulo 44: ¿Qué sientes por mí?

14.5K 1K 523
                                    

— ¿A dónde vamos? —le pregunto a Mikhail, llena de impaciencia.

Hace diez minutos me recogió en casa y  hace diez minutos que estoy junto a él con los ojos vendados. O sea, veinte minutos en total.

— ¿Podrías dejar de ser tan preguntona? Ya me has preguntado seis veces —lo oigo decir, juro que puedo mirar la sonrisa que trae en sus labios.

— ¿Haremos ejercicio? —pregunto, nerviosa. Como dije, el deporte no es lo mío.

Hace un sonidito con su garganta.

— Tal vez.

Muerdo mi labio a punto del colapso. No quiero arruinar la cita.

Después de otros cinco minutos más a la buena de Dios, por fin siento que el auto está siendo aparcado.

— ¿Llegamos? —sonrío.

— Sí, preguntona —responde, desabrochando mi cinturón.

— ¿Puedo quitarme la venda? —pregunto, escuchándolo bajar de auto.

— Aún no —responde, abriendo mi puerta y ayudándome a bajar.

— ¿Cuándo entonces?

Bufa.

— Ya llegamos. ¿Puedes calmarte?

— Bien, bien.

Comienzo a caminar con dificultad siendo guiada por él. Su mano en mi espalda baja hace que un leve cosquilleo se active a la altura de mi vientre. Poco a poco mi sentido de la audición se va agudizando y comienzo a oír pelotas chocando contra el suelo.

Cuando por fin se detiene, me quita la venda.

— Bienvenida a nuestra primera cita.

Abro los ojos con lentitud encontrándome con un campo de tenis.

— ¿Tenis? —tanteo, no muy segura.

Frunce el ceño .

— ¿Qué? ¿No te gusta?

Su ánimo decae a un 100%. Muerdo mi lengua.

— No, no es eso. Es que no sé jugar —le explico, mirando a los chicos jugar.

La sonrisa se vuelve a expandir por su rostro mientras lame sus labios descuidadamente.

— Lo sé. Pero es un deporte divertidísimo y me encantaría enseñarte a jugar. Además, podemos hacer algo después de esto.

Sonrío ante su entusiasmo e intento contagiarme de su ánimo.

— Te advierto que soy muy mala con los deportes —se ríe ante mi comentario.

— Tranquila, te dejaré ganar en el primer partido —dice, comenzando a caminar hacia las gradas.

— Tendrás que hacer un gran esfuerzo. En serio soy muy mala.

— Nada que no se arregle con un buen entrenador —asegura mientras nos acercamos a un señor, él habla con una chica mientras mira atentamente un partido entre dos chicos.

Miro el partido con interés. La verdad es que parece divertido.

Lo único que no será divertido es que jamás le daré a la pelota con la raqueta. Genial.

— Entrenador Gians —Mikhail le sonríe, éste le devuelve la sonrisa y sus ojos se arrugan un poco.

— Mikhail —se separa de la chica y se acerca a nosotros con ella siguiéndolo. La chica tiene el cabello negro amarrado en una coleta baja, vistiendo un short corto y una camiseta azul.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Where stories live. Discover now