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Desde un punto de vista de una tercera persona, las cosas marchaban realmente bien. Naturales, normales. Pero no era así para Jimin.

Ellos se besaban, sí. Ellos comían juntos, sí. Agust le acariciaba los glúteos, sí. Intimában casi siempre, sí. Entrelazaban sus manos, sí. Pero Jimin sentía que algo faltaba. Agust no era Agust, pero era Agust. Algo complejo.

Desde aquella última vez, era constante el hecho de que Agust se levantara por las madrugadas y se fuera hasta la habitación del gimnasio y pasará dos horas al menos ahí, dejando a Jimin solo en la cama. No reclamaba, en un comienzo Jimin se había empeñado en acompañarlo, pero después, el cansancio físico en él lo tenía por los suelos. No era común en él la falta de sueño, ni mucho menos la sobre exigencia física.

Así que ahora, simplemente abría los ojos cada que sentía a Agust removerse en la cama y entonces salía de la habitación. Jimin se quedaba contemplando el silencio de la madrugada por unos instantes y después, volvía a caer dormido.

- Ustedes dos no pierden el tiempo. - Sugirió J-Hope en cuanto apareció Jimin por la entrada de la cocina, en donde se preparaba un delicioso emparedado para poder almorzar. Ya eran pasadas las doce del día, pero Kitty y Agust recién despertaban.

No era un comportamiento normal en Agust, pero nadie preguntaba y únicamente Jimin sabía la razón principal.

Kitty dentro de su lencería bonita y la bata suave atada en su cintura paso de largo con una sonrisa amplia en sus labios gruesos, para colocarse sobre las puntas de sus pies y alcanzar un tazón hondo para su delicioso cereal de figuras de malvaviscos y sabor a fresa.

- ¿Cuántas veces follaron ayer? ¿Quince? - Preguntó JK con un grito, desde la sala de estar y mirando por encima de su hombro la escena de Jimin y su preciado novio.

- Que exagerados, fueron un par de veces. - afirmó Kitty mientras dejaba el tazón en la barra de la cocina y se giraba a buscar su cereal. Segunda gaveta superior a un costado de la caja de galletas de fresa con mermelada y la taza de Hello Kitty. Esa era su gaveta.

- Un par de veces sin moderación de volumen jajaja - soltó una risa burlona Hope al terminar de preparar su emparedado y darle una mordida.- Juro que podía escucharte gemir en mi oído, y yo duermo del otro lado del pasillo.

- Eso es imposible, porque en realidad me estaba gimiendo a mi, en mi oído. - Agust irrumpió en la cocina, con esos pantalones de Chandal de color verde militar bastante cómodos que Jimin sabía que disfrutaba utilizar después de tener sexo.

Los brazos amplios de Agust le rodearon la cintura, abrazandole por la espalda y comenzando a repartir besos tiernos por su cuello hasta el lóbulo de su oreja. Aún entre las pequeñas risas de Kitty debido a las cosquillas que el aliento del mayor le provocaban, no detuvo su tarea al vertir el cereal en el tazón.

Hope miro la escena con una sonrisa cálida en los labios y tomo su plato para dirigirse a la sala de estar con su novio. JK seguía empeñado en encontrar una buena película con la cuál pasar el rato con su chico.

- Ah, por cierto, Agust. - Sin despegar la vista de la pantalla plana de la sala de estar, JK le llamo. J-Hope le tomo del brazo mientras se acurrucaba a su costado y Agust detuvo sus besos casi en seco para poder mirar en dirección a JK.- Zico llamo de nuevo. Quiere verte.

Y eso a Kitty no le daba buena espina.



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No eran celos. Kitty no estaba celoso. Porque él sabía que tenía mejor culo, mejor cuerpo, mejores labios, mejor sonrisa, mejor carisma, mejor química, mejor todo que Zico. Pero por alguna extraña razón, ese mismo nombre lo tenía harto desde hacía días.

║▌║ LOVE ME LESS  + LÍQUIDO║▌║𝐃𝐊𝐢║▌║Où les histoires vivent. Découvrez maintenant