⓪③①

2K 339 97
                                    

Kitty había sido claro: Ninguno de sus guardias. Pero para alguien tan malditamente posesivo como Agust, con las inseguridades que se cargaba y sobretodo el riesgo que sabía que involucraba estar en los más buscados de Corea, simplemente no había manera en la que su preocupación estuviera calmada, menos tratándose de su gatito. Bueno, no podía dejarle ir solo así.

Ninguno de sus hombres, y si lo pensaba detenidamente, J-Hope no era ninguno de sus hombres.

El pelirrojo pensaba que, estaba realmente encariñado con Kitty, y estaba detestando tanto a Agust, pero lo comprendía, y mientras lo pensaba, manejaba en su motoneta con suma tranquilidad, por la misma carretera desolada y vacía por dónde Kitty había pasado minutos antes.

Personas tan precavidas como ellos no perdían oportunidad de localizarse, y eso era algo que Kitty no sabía. JK y RM se habían encargado de instalar pequeños chips localizadores en cada uno de los artefactos en casa, inclusive las personas. Las chicas que limpiaban la casa, los guardias de toda la pandilla y también, a algunos de los miembros, siempre con su consentimiento claro.

Kitty no tenía uno, pero si lo tenía su bonita Harley Davidson color rosa y el bonito juego de pendientes de Swarovski que llevaba ese día. No mal interpreten, porque las sorpresas son lindas, pero solo si vienen de un ser querido. Esto permitía a Agust y a todo Bulletproof tener control de que ocurría con todos, con cada artefactos y, si existía una traición o secuestro, mantener la calma era más sencillo. Nada ocurría por casualidad y era el miedo de Agust en su pasado lo que los había llevado a tal grado, pero ninguno se opuso ante ello.

Entonces, J-Hope seguía el punto rozado en el mapa que indicaba por dónde iba Kitty, tratando de mantener una distancia prudente de al menos 50 km detrás suyo.

Mientras más kilómetros recorría Hope, se preguntaba donde demonios estaba yendo Jimin. Habían pasado ya un buen tramo de carretera, los kilómetros seguían aumentando cada vez más y más, y la señalética solo marcaba un mismo lugar. Una de las poblaciones más reconditas de Pyeongtaek.  

¿Que hacían ahí? ¿Que necesitaba Kitty que lo había llevado hasta ahí? Ese tipo de preguntas se cruzaban por la mente de Hope cuando se adentraban en las calles de la población pequeña de aquella zona a las afueras de la gran ciudad. Como toda buena población pequeña, las calles estaban vacías, los negocios abiertos pero muy poca gente en las calles. Parecía un día feriado en la ciudad, tranquilo y con la menos cantidad de ruidos o disturbios posibles.

Hope cuido cada movimiento y detalle, conduciendo por calles aledañas para que Kitty no pudiera si quiera escucharlo cerca. Dejo pasar unos segundos cuando el punto rosado quedó inmóvil una calle atrás en donde él estaciono. Bajo de la motocicleta y comenzó a caminar por la calle, con cuidado y precauciones extremas en no se visto hasta que encontró los cabellos rosados que tanto debía preocurar y cuidar para ese entonces.

Dentro del local, Kitty esperaba en el mostrador. Tenía una gorra de color rosa con un par de argollas como decoración, unos lentes redondos y obscuros, tenían un diseño de pedrería con la forma del moño de Hello Kitty, y tenía una chaqueta afelpada rosa cubriendo su cuerpo en su totalidad, al parecer no solamente Hope estaba tratando de pasar desapercibido.

Pero, ¿Que estaba haciendo Jimin en una farmacia a tantos kilómetros de casa?

Hope estaba justo en la esquina contraria, cubriendo su cuerpo con la pared y únicamente asomándose con cuidado para poder verlo, y justo cuando estaba por ver qué era aquello que había comprado, el móvil cifrado que tenía en su bolsillo comenzó a sonar.

— Mierda, me haz pegado un susto. ¿Que quieres? — Preguntó J-Hope algo alterado, escondido serás de la pared y recargando su espalda contra la misma.

║▌║ LOVE ME LESS  + LÍQUIDO║▌║𝐃𝐊𝐢║▌║Where stories live. Discover now