⓪③④

2.1K 336 136
                                    

Hoseok se había encargado de conseguir aquellas píldoras de color blanco en un frasco naranja para conciliar el sueño. Se las había entregado a penas nada a Kitty, y aunque sabía que tenía que leer los efectos secundarios, no pensó demasiado en ello, porque tenía días durmiendo menos de tres horas, con su cabeza consumiendole lentamente. Una tortura. Cualquiera en su lugar, posiblemente tampoco habría leído nada, solo las hubiera tomado.

Y habían funcionado. Kitty por fin podía descansar plácidamente sobre la cama, sin Hoseok al lado mimandolo o diciéndole que es realmente bonito y se merece lo mejor del mundo.

Pero no todo dura para siempre.

— V-voy, ya voy.

Kitty se levantó de la cama dormilado, al escuchar los golpes constantes y euforicos en su puerta. Seguía adormilado, cansado, pero por inercia se había levantado rápido para abrir sin dudarlo.

Y cuando recién comenzaba a abrir los ojos, — Y la puerta — un par de labios se estrellaron en los suyos, acompañado de un aroma a vodka bastante notorio. Y él conocía esos labios.

Agust lo estaba besando. 

Kitty opuso resistencia en un principio. Sus manos intentaban separar a Agust de su boca, él solo quería respirar, hacía pequeños sonidos de molestia, intentando mantener sus ojos abiertos, pero en cuanto las manos de Agust apretaron su cintura, Kitty no pudo más.

Había una parte de su ser que quería a Agust lejos. No quería saber de él, no deseaba si quiera recordarlo, pero otra — Gran — parte de él, había deseado esto por días enteros, y este era el mejor sueño de todos, tener a Agust rendido a sus pies, besándolo tan necesitado como estaba haciéndolo ahora. Desesperado, necesitado pero enamorado.

Su cuerpo se relajo gradualmente, y las manos que estaban dando pequeños golpes en el pecho ajeno, terminaron rodeando su cuello para poder juntar sus labios con mayor profundidad.

Sería tonto decir que Kitty no lo quería, y hacerse el fuerte no estaba en sus planes. Sí, él seguía molesto con Agust, pero también seguía locamente enamorado de él, y ni siquiera sabía el por qué. Agust no era su tipo, estaba lejos de serlo, pero había caído enamorado de él a los pocos segundos de conocerlo, y ahora sentía que no podía estar con nadie más si no era él. Kitty había sido creado para Agust y viceversa. Tal vez se detestaría más adelante, pero por ahora, disfrutaría cada maldito centímetro de los deliciosos labios de Agust.

— Kitty, Kitty, Kitty... — Agust lo llamaba de manera dulce y necesitada en el beso, mientras sus manos eran un desespero y lío total en sus caderas. Acariciaban su piel, la marcaban por la fuerza con la que lo sujetaba y la bonita tela de su baby doll de Cinnamonroll estaba quedando arrugada bajo sus nudillos. Estaba bien, a Kitty no le interesaba ahora.

— Agust... — Kitty jadeo aquello sobre los felinos labios de su novio, sintiendo sus piernas temblar. ¿Cuánto tiempo había deseado que Agust le llamara así, que le expusiera cuan perdido estaba por él? Pero no estaba importando el tiempo, solo el momento.

Agust presionó las caderas de Kitty con un poco más de fuerza, pegando sus cuerpos, haciendo rozar sus entrepiernas por encima de la ropa. Los pantalones de chándal negros con los que dormía eran delgados, y Kitty podía sentir su entrepierna endurecerse contra la suya y eso le excitaba muchísimo. Los dos se seguían necesitando tantísimo, a pesar del tiempo que estuvieran separados, un simple roce, un beso apasionado y ellos dos ya estaban duros como piedras. Incluso si Kitty quería dormir, todo rastro de sueño y cansancio había desaparecido. Sus dedos se enredaron en el cabello claro de Agust, y mantenían sus labios unidos de manera desesperada, no quería a Agust lejos, ya no podía tenerlo lejos.

║▌║ LOVE ME LESS  + LÍQUIDO║▌║𝐃𝐊𝐢║▌║Where stories live. Discover now