Capítulo 25: Revelación

339 22 2
                                    

~Hakuryu

Entramos a la casa con el monje, no sé cómo pero el tema de conversación sobre mi época llegó al punto de él pidiéndome fotos de chicas del futuro en bikinis.

No voy a traerle eso, está loco.

Kaede: ¿Dónde está Kagome?

Ahí nos dimos cuenta que ella no estaba con nosotros ¿En qué momento la perdimos de vista? Hace un segundo estaba aquí.

Es entonces cuando sentí una fuerte presión en el pecho, no me gustan estas extrañas sensaciones que me dan desde que llegué a esta época. Suelen significar malas noticias.

Miroku: venía detrás de nosotros.

Kaede: entonces de seguro está por la aldea. Suele ser bastante distraída.

Shippo: iré a buscarla para la cena.

El pequeño zorrito desaparece después de salir por la puerta.

Puse una mano en mi pecho y traté de calmarme un poco, nada malo ocurría ¿Verdad? La corazonada de que algo no estaba bien no me dejaba en paz, mi respiración se agitaba y mi corazón latía mucho más rápido.

Odio esto.

Inuyasha: ¿Qué te pasa?

Fue el primero en darse cuenta que algo me estaba incomodando.

Hakuryu: tengo un mal presentimiento.

Miroku: no debe ser nada, la señorita Kagome sabe defenderse, nada le ocurrirá.

Kaede: el monje Miroku tiene razón.

El hanyu se mantuvo serio a diferencia de los otros dos presentes que parecían estar muy tranquilos, él sabía que significaban mis premoniciones, ya había sido testigo de ello.

Inuyasha: cuando tuviste uno de esos Kagome y Shippo fueron secuestrados por la araña del templo.

Hakuryu: también tuve uno cuando Kikyo casi te mata.

Él frunce el ceño, noto como se tensa y como siempre el muy impulsivo toma determinaciones apresuradas.

Inuyasha: voy a buscarla.

Quiere levantarse del futón con su característico ímpetu pero la anciana lo detiene.

Kaede: no te precipites, esperemos que Shippo vuelva.

Pasaron varios minutos de incertidumbre e impaciencia antes que el niño volviera de buscar a la hermosa azabache, cuando él regresa lo primero que notamos es que está solo y con cara de preocupación.

Shippo: no la encontré en ningún lugar de la aldea.

El hanyu se para en cuanto el kitsune termina de hablar, sale de la casa con paso decidido, se tambalea un poco al principio y después se estabiliza. Aún no estaba en condiciones de hacer esfuerzo físico pero no podíamos detenerlo.

Inuyasha: —huele el aire— siento su rastro por el bosque.

Lo seguimos en silencio, nadie decía palabra, todos íbamos con la esperanza de encontrarla recogiendo alguna planta medicinal o haciendo cualquier cosa a salvo, todo aquello se derrumbó al verla a lo lejos en la mano de un gran yukai con una alabarda dentro de un campo de energía.

Shippo: ¡Kagome!

Inuyasha: ¡Tiene el olor de Naraku!

Desenvaina su espada, corre y trata de romper el campo con Colmillo de Acero pero es inútil. Tanto Kaede como yo intentamos lo mismo con flechas sagradas pero nada, el fuego mágico y los pergaminos tampoco funcionaban para abrir la barrera.

InuYasha A Través Del TiempoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz