Capítulo 5: Peligro

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El chico de cabello plateado se posiciona frente a nosotros, la miko prepara su arco y flechas mientras que yo me quedo atrás. Algo podría hacer con mis puños, había aprendido un poco de mis amigos Ranma y Akane. Si vuelvo a casa definitivamente les pediría algunas clases de lucha.

Del interior sale un ogro con tres cuernos en su frente, era de un horrible color morado, ojos rojos, cabellera amarilla como la paja y largas garras negras, de lo más horroroso que nunca había visto. Era como un orco salido del “Señor de los Anillos” en la vida real, una fantasía total. Medía como unos 3 metros de alto, enorme.

¡¿Tenemos que luchar contra esa cosa?! Por kami, que alguien nos salve de este suicidio. Me calmé al notar las expresiones serias de mis acompañantes, suerte que ellos tenían experiencia de sobra en la lucha contra seres como ese. No sé qué haría si estuviera solo.

Kagome: tiene el fragmento en su frente, bajo los cuernos.

Ambos asentimos, debíamos idear un plan inteligente para destruir a esa cosa y recuperar el fragmento. Esa era una excelente pregunta ¿Cómo derrotarlo? Según mi perspectiva sería difícil lograrlo. La expresión de esa cosa morada era de sorpresa tras la declaración de la azabache.

Yukai: vaya, la miko puede ver los fragmentos, muy impresionante pero no lo suficiente para vencerme.

Su voz retumbaba como un gran estruendo por la entrada de la cueva con un eco que helaba los huesos. Su sonrisa de victoria parecía torcerse en esos labios causantes de ahorcadas.

Inuyasha: ¡Tu pelea es conmigo! ¡Ya verás cómo te quito los cuernos y fragmento! —alista sus letales garras de acero.

Yukai: ¡No me hagas reír, hanyu! ¡Tú nunca podrás derrotarme! ¡Tu sangre indigna no es ningún rival para mí! ¡Con solo nacer eres inferior! —sus declaraciones eran un ataque directo al chico que vestía de rojo.

El mitad bestia saltó a enfrentarse al horrible demonio. Fue ahí cuando comprendí que hacer planes con el impulsivo orejas de perro sería algo complicado, por no decir imposible. Fui distraído por una dulce voz llamando a mi nombre.

Kagome: Hakuryu, toma —me pasa un arco y flechas extras que llevaba en su espalda— ayúdame.

Estos artefactos tenían su peso. Se trataba de un gran arco de madera oscura, mientras que la flecha parecía del mismo material pero con una punta de piedra y una cola hecha con una pluma, era como tener el objeto de un museo en mis manos.

Sostener el arma por primera vez me era causante de ansiedad dada la situación que estábamos viviendo, no tenía ni idea qué hacer.

Hakuryu: ¡Nunca he usado una de estas cosas en mi vida! —le indicaba a la chica.

Mientras yo miraba el arma totalmente consternado el mitad bestia había logrado sacarle el cuerno derecho al monstruo provocando que este gritara de dolor, la sangre azulada salía disparada del agujero, como si de una fuente del parque se tratase, tenía un horroroso olor a metal, de las cosas más asquerosas que he presenciado.

Yukai: ¡Pagarás por esto, estúpido hanyu!

Con uno de su enorme brazo golpeó a Inuyasha, haciendo que este saliera volando directo a un árbol golpeando su espalda, cuello y nuca en el impacto, inmediatamente cayendo inconsciente al piso, oh no, esto es malo.

¡¿Qué es lo que haremos ahora?! Por un segundo todo se fue a negro.

Kagome: ¡Inuyasha! —se pone en posición, en su rostro se veía su preocupación por el chico de ojos dorados— ¡Hakuryu, solo apunta y dispara!

Vaya, cómo no se me había ocurrido, pensé de manera sarcástica. Hice tal y cual como me pidió, apunte a esa horrible cara.

Hakuryu: ¡Ahí va! —lo suelto y cae al piso un par de metros adelante de mi— ups, apesto.

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora