Capítulo 72: Descontrol

178 9 21
                                    

Cuando desperté ya era tarde en la madrugada, tenía frío sin mi saco. Me sorprendió ver que los lobos se habían quedado a pasar la noche con nosotros, infiero por petición de Kagome. Koga tenía una gran venda cubriendo su brazo, seguro estaba muy débil para irse sin los cuidados necesarios.

Me levanté apenas y fui por mi equipo de acampada para no congelarme. Una vez acostado contemplé el cielo con nubes, estas se mueven dejando ver una luna por desaparecer. Se viene esa noche dentro de pocos días.

Inuyasha: ¿Estás despierto?

Me sobresalté un poco al darme cuenta que estaba al lado mío. Con esa cara de pocos amigos y los ojos dorados asusta a cualquiera en la noche.

Hakuryu: desperté hace poco.

Me tira un paquete de “comida ninja” sobre el saco y se sienta a mi lado.

Inuyasha: debes recuperar fuerzas.

Aunque su orgullo no admita, siempre se preocupa por los demás.

Hakuryu: gracias.

Abro la bolsa y comienzo a comer las deliciosas papas fritas. Por la pérdida de energía tenía mucha hambre.

Inuyasha: te quería agradecer por salvar a Kagome y al resto —suspira pesado— si mi espada no fuera tan pesada ellos no habrían corrido peligro.

La protección del grupo es su responsabilidad, sobre todo la seguridad de la chica que nos atrae a ambos. Un deber con Kikyo y con su corazón.

O al menos eso creo.

Hakuryu: vas a tener que volverte más fuerte.

Su mirada va hacia aquel objeto que tenía en su costado, oculta sus ojos entre su clara cabellera, pero esas orejas caídas delataban lo que ocurría en su interior. Se pueden leer sus emociones como un libro.

Inuyasha: me da miedo que eso no sea suficiente, a lo mejor no soy digno de Colmillo de Acero —acaricia el mango de su espada ocultando su tristeza bajo su flequillo.

Hakuryu: tu padre te heredó esa espada porque no hay nadie más digno que tú para usarla, ni siquiera Sesshomaru pudo competir contigo —le doy una sonrisa— las pruebas nos ayudan a perfeccionarnos. Es un desafío, tómalo como algo que te hará crecer y volverte más fuerte.

Nunca olvidaré las palabras que dijo Kagome.

Una pequeña sonrisa se asoma por sus labios, extrañaba hablar así con él. Desde que se enteró del beso casi ni habíamos intercambiado palabras, me alegra que nuestra amistad no se viera afectada aun con una mujer en medio.

Su expresión seria vuelve, sus dorados ojos brillan con determinación ¿Y ahora qué tiene?

Inuyasha: si vuelvo a transformarme, no dejes que dañe a Kagome, si tienes que matarme hazlo, pero mantenla a salvo.

Hakuryu: Inu yo no podría... —me interrumpe.

Inuyasha: promételo —ordena.

Su alma rogaba no ser el asesino de esa persona tan importante y yo me aseguraría de cumplirle esa petición. Pero ¿Hasta qué punto soy capaz de mantener esa promesa? ¿Estoy dispuesto a pagar ese costo tan alto? Mi boca se encargó de responder con la verdad que mi mente no veía con claridad.

Hakuryu: la protegeré con mi vida, pero no me pidas que te mate, no sería capaz.

Le tenía demasiado cariño, no podía matar a mi amigo ni aunque me lo pidiera de rodillas.

Koga: ustedes dos deberían quedarse juntos y dejarme a Kagome.

Me asustó.

Inuyasha: ¡No te metas en conversaciones ajenas, inmundo animal! —avergonzado.

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora