Capítulo 6: Práctica

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Desperté por los rayos de sol en mi rostro, no tenía ni idea cómo había llegado al futón de la casa de la anciana Kaede o cuánto tiempo transcurrió desde los hechos del ogro. Sentía como mi cuerpo recuperó fuerzas tras haber dormido lo necesario, la noche anterior —cuando Inuyasha me preguntó por qué veía a Kagome dormir— tampoco había conciliado el sueño. Me senté con dificultad para observar a mí alrededor, un agradable olor a comida llegaba hasta mis fosas nasales haciendo gruñir mi estómago, tenía mucha hambre.

La bella azabache entró por la puerta sacándome completamente de mis pensamientos, se sorprendió al verme e inmediatamente me regaló una gran sonrisa.

Kagome: parece que ya recuperaste tus energías, necesitas comer.

Sirve y me trae un plato lleno de deliciosa comida, en un par de segundos ya no quedaban rastros de lo que contenía aquella vasija. Casi como un animal lo devoré. Qué vergüenza.

Kagome: sí que tenías hambre —se ríe y se sienta junto a mí— tardaste en despertar.

Hakuryu: ¿Cuánto dormí?

Kagome: 2 días completos.

No pude evitar sorprenderme al escucharlo, eso explicaría mi apetito voraz.

Kagome: tranquilo, es lo normal, no te preocupes —arregla mi alborotado cabello— te dije que tenías grandes poderes.

Me gustaba que hiciera eso, era relajante, para mi mala suerte me soltó algunos segundos después.

Hakuryu: lo siento por no creerte, de donde yo vengo estas cosas no existen, a pesar de vivir en un templo esta realidad de poderes y cosas así son casi una fantasía.

En el fondo de mi mente la idea de viajar en el tiempo y la existencia de criaturas sobrenaturales seguía siendo un cuento de hadas.

Kagome: a veces hay que tener un poco de fe —su expresión era serena— deberías darte un baño para relajarte, te calentaré agua.

Dicho esto, salió otra vez. Suspiré, ya van 5 días en esta época. No voy a mentir, hasta deseaba ver al desagradable de mi hermano mayor. Extrañaba mi hogar ¿Algún día lograré volver? ¿Moriré aquí? Luego de un rato me encontraba bajo la caliente agua, había una extraña habitación fuera de la cabaña que contenía una especie de tina. Por primera vez en mi vida me di cuenta cuán importante era el shampoo y el bálsamo, tenía que lavar mi pobre cabello con un jabón orgánico de extraña procedencia. De las peores cosas que he tenido que vivir desde que llegué.

Me demoré más de lo que suelo tardar, estaba completamente perdido en mis pensamientos, el agua cada vez se volvía más helada. Nunca había estado tan lejos de casa, solo quiero volver a los brazos de mi madre. Me siento como un niño pequeño por tener estos deseos, no puedo recriminarme por eso, mamá es tan buena.

Kagome: —hablándome del otro lado de la puerta— ¿Terminaste?

Hakuryu: ¡Sí! salgo en un momento —me levanté, salí del agua y me cubrí con la toalla de la cintura para abajo— Kagome ¿Dónde está mi ropa?

Kagome: Kaede la está lavando en el lago.

Hakuryu: ¿Y..y qué me voy a poner entonces?

La idea de andar solo con una toalla por la aldea me dejaba completamente aterrorizado. Van a pensar que soy un pervertido o algo así. Ni en mis peores pesadillas me había imaginado una humillación similar.

Kagome: tranquilo, yo tengo ropa para ti —abre la puerta con la ropa en sus manos y se queda petrificada mirando mi torso.

Lo más rápido que puedo me doy vuelta para evitar que esto se volviera más incómodo de lo que ya era.

InuYasha A Través Del TiempoWhere stories live. Discover now