Capítulo 59: Digno

175 13 2
                                    

~Hakuryu

Estaba parado junto al mitad bestia observando a Tokijin. Llevábamos un buen rato así, sin tener ni una sola idea inteligente sobre qué hacer con esa cosa espeluznante. El aura roja me daba escalofríos.

Inuyasha: voy a tomarla —propone el estúpido.

Hakuryu: ¡No! ¡Puede controlarte!

Lo tomo de su brazo con fuerza evitando que avance.

Inuyasha: ¡Suéltame! ¡No digas tonte...! —se calla al ver mi cara de furia— ...está bien —renuncia a la descabellada idea.

Lo suelto más aliviado y él se cruza de brazos. Kaijimbo era débil, pero si Inuyasha es controlado sería casi invencible. Sin nombrar que Goshinki lo odia, apenas toque esa espada intentará matarlo.

Hakuryu: esa cosa me da miedo.

Inuyasha: a ti todo te da miedo, cobarde.

Hakuryu: pues este cobarde derrotó a Kaijimbo y tú no hiciste nada —le comento molesto.

Inuyasha: ¡No es cierto! ¡La espada acabó con él!

Hakuryu: gracias a lo que yo hice —me hago el creído.

Inuyasha: ¡Desde lejos protegido con una roca, miedoso!

Hakuryu: ¡Entonces dime qué hiciste tú!

Inuyasha: ¡Yo lo distraje, malagradecido!

Nos ponemos a discutir al mismo tiempo.

Totosai: ya basta niños, no peleen —aparece a nuestro lado.

Inuyasha y Hakuryu: ¡El empezó! —apuntándonos mutuamente.

Vaya, si somos niños.

Totosai: he terminado a Colmillo de Acero —anuncia mostrándolo.

Inuyasha: —emocionado— ¡Ya era hora!

El herrero se lo entrega en su funda, la espada al fin estaba terminada. Su dueño la miraba desbordando felicidad, esos brillantes ojos dorados eran la muestra de la alegría que estaba sintiendo.

Ha recuperado su bien más preciado.

Hakuryu: muchas gracias, señor Totosai.

Y aunque mi amigo no lo dijera en voz alta, él también se lo agradecía.

Totosai: —me sonríe un poco— ahora hay que concentrarnos en destruir a Tokijin —se pone serio— armas con poderes malignos son lo más peligroso que puede existir.

Volteamos a mirarla, todo lo de esa espada era terrorífico, la digna arma de un villano despiadado y sin compasión. Su palpitar era intenso y ensordecedor, seguramente se podía oír por todas partes.

Hakuryu: ¿Por qué palpita?

Totosai: debe haber alguna razón para que sea tan ruidoso.

Inuyasha: ¿Estará llamando a alguien? —cuestiona colocando a Colmillo en su cintura, donde pertenece.

Totosai: Kami quiera que no.

Mientras tratábamos de entender lo que sucedía, una conocida presencia maligna se siente desde el cielo, las nubes negras cubren el sol y en medio de esa tormenta aparece el yukai blanco montado en un dragón de dos cabezas. Asumo que es “Ah-Un” por lo que mencionó Rukawa antes de irse con él.

Hakuryu: ¡Por un demonio! ¡Lo que faltaba!

Inuyasha: Sesshomaru —gruñe.

Totosai: ¡No puede ser!

InuYasha A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora