Capítulo 17: Pasado

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Escuché atento cada detalle sobre el relato de aquellos dolorosos recuerdos que vinculaban a esas tres personas hace 50 años atrás.

Kagome: mi hermana como guardiana de la Perla vivía constantemente bajo ataque, los demonios siempre la iban tras ella para quitarle la joya. Intentaba ayudarla pero muchas veces me hacía quedarme en casa con Kaede, que en ese entonces tenía unos 8 años. En una de esas noches fue cuando conoció a Inuyasha después de luchar con un grupo de yukais.

Inuyasha: ¿Cómo tú sabes eso?

Kagome: Kikyo me contó todo, Inuyasha.

¿Y qué significa “todo”? Solo por la expresión de sorpresa del mitad bestia supe que había todo un mundo oculto detrás de eso.

Inuyasha: era una noche de luna nueva —agregó él— fue ahí donde me enteré de la existencia de Shikon. Si no hubiera sido por mi forma humana la habría asesinado ahí mismo.

Lo observé impresionado, no pensé que se sumaría al relato. Siendo sincero, dudo mucho que sea capaz de matar a una mujer humana, solo lo dice para quedar bien con su orgullo.

Kagome: Kikyo estaba exhausta por esa batalla y perdió el conocimiento, fue ahí donde la encontré tirada en el pasto junto con un grupo de aldeanos pero Inuyasha ya no estaba, desde esa noche comenzó a seguirla para todas partes como un perrito —lo molesta.

Inuyasha: ¡No es cierto! ¡La seguía porque quería quitarle la Perla!

Siempre con sus excusas. Reí divertido al notar el leve sonrojo de su cara.

Kagome: eventualmente terminé conociéndolo por lo mismo —sus ojos brillaban— siempre ayudaba a mi hermana en sus batallas, comenzaron a llevarse mejor y al final entablaron una relación.

Hakuryu: ¿Estuvieron juntos?

Ambos se callaron, ese silencio me indicó una verdad implícita, abrí la boca sorprendido. Ahora tiene sentido sus comportamientos cada vez que era nombrada y su reacción al verla viva nuevamente. No puedo creerlo. Entre ellos hubo algo más que solo amistad.

Estaba enamorado de ella.

Inuyasha: continua, Kagome —le mandó para cambiar el tema.

La linda chica respiró pesado para continuar. Esto se enreda cada vez más.

Kagome: pasó el tiempo y ese día llegó —posicionó sus ojos en el fuego— en la tarde Inuyasha apareció en nuestra casa buscando a Kikyo, tenían un asunto pendiente. Tampoco la había visto desde la mañana así que salimos a buscarla juntos. Kaede estaba en el templo desde muy temprano entrenando.

Inuyasha: la encontramos frente al árbol sagrado, me apuntaba con su arco y flecha.

Su mirada era sombría, me imagino que en su mente repasaba las imágenes de ese momento tan horrible, esa persona especial a punto de acabar contigo sin razón aparente. No quiero pensar cómo es aquella sensación. No desearía estar en sus zapatos.

Kagome: me interpuse defendiendo a Inuyasha porque no había hecho nada malo —se le quebró la voz— fue entonces cuando ella disparó enterrándonos en el árbol Sagrado. Mis poderes no pudieron sacar la flecha.

Unas pocas lágrimas cayeron nuevamente por sus mejillas, ya fue suficiente esfuerzo por un día. Pasé mi brazo por sus hombros y la empujé hacia mí para que llorara en mi pecho, sujetaba la ropa de mi uniforme con fuerza mientras sollozaba. Se sentía tan pequeña y frágil. Con mi otra mano acariciaba su espalda para intentar calmarla. El hanyu fruncía el ceño en nuestra dirección pero dadas las circunstancias no haría ningún escándalo.

InuYasha A Través Del TiempoWhere stories live. Discover now