Capítulo 93: Lugar

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~Inuyasha

Partimos hacia donde la mujer me indicaba. Pasamos por un estrecho barranco, entre las rocas y donde rompía la ola, fue ahí cuando divisé la nombrada cueva a lo lejos. Se trataba de una pequeña isla cercana a la orilla, una sombría roca de gran tamaño terminada en punta. En su entrada un ser gigante de horrenda apariencia nos observa, era un horrendo anciano de piel morena, grandes alas y largo cabello blanco. Sus intensos ojos rojos y prominentes colmillos intimidarían a cualquiera.

Detrás suyo pude ver a una niña de cabello color lavanda y piel morena sosteniendo una mágica esfera que creaba el campo que protegía la cueva. Claramente era una mitad bestia.

Mujer: ¡Shiori! —grita su madre bajando de mi espalda.

Al oírla, la chiquilla levanta la vista hacia nosotros, sus ojos violetas observan a la mujer con angustia, y tal vez, con alivio.

Shiori: ¡Mami! ¡Mami!

Mujer: —al demonio— ¡Devuelve a mi hija! ¡Me mentiste! ¡Volviste a atacar la aldea! ¡Ahora la quiero de regreso!

Una desagradable risa inundó el lugar, el campo era tan denso que apenas sentía su presencia maligna.

Taigokumaru: eso no será posible.

Mujer: rompiste nuestro acuerdo, ya no hay trato. Dame a mi hija.

Taigokumaru: ¿Acaso Shiori será feliz en la aldea? Sé muy bien que le hacían la vida imposible por su raza ¿Crees que es justo para ella volver a ese sufrimiento por tu egoísmo?

Como esperaba, la acosaban en la villa.

La madre de la pequeña mantiene silencio incapaz de contestarle, porque, al final, el asqueroso murciélago tenía razón. Estaría a salvo lejos de esa gente.

¡Largo! ¡Mitad bestia!

Recordaba esas palabras dichas en mi infancia como si hubiese sido ayer. Me tocó enfrentarme a lo peor del ser humano hasta que aprendí que no podía contar con ellos para sobrevivir.

Y aquella niña estaba pasando por lo mismo que yo a su edad.

Estar con los humanos no era su lugar.

Mujer: ¡Regrésamela!

Taigokumaru: nunca.

Inuyasha: ¡Suficiente charla! —saco a Colmillo— ¡Si no quieres entregarla, te haré hacerlo!

Taigokumaru: no me hagas reír, hanyu.

Salto en el aire, como ya no es necesario que vea las energías demoníacas chocando entre sí lanzo el Viento Cortante sin perder el tiempo. Las garras amarillas se dirigen a la esfera transparente de poder, pasan sobre la superficie, pero no es suficiente para romperla.

¡Maldición! ¡No puedo traspasar la barrera!

Taigokumaru: ¿Crees que con ese débil ataque lograrás atravesar mi impenetrable campo? —se burla— eres un insensato.

Inuyasha: ¡Eres un cobarde! ¡Si pudieras vencerme no te ocultarías como un inútil allí adentro!

Taigokumaru: ¡Pagarás tus palabras! ¡Al igual que esa mujer!

El demonio se prepara para destruirnos, regreso junto a la madre para protegerla de un ataque que nunca llegó.

Shiori: ¡Ya basta, abuelo! —grita con desesperación.

El anciano yukai se detiene a escuchar lo que su nieta tiene que decirle, la espantosa cara del murciélago voltea hacia ella con lentitud.

Shiori: ¡Me..me quiero quedar aquí! ¡Prometo cumplir con mi deber, pero no dañe a mi mami! —lagrimas caen por sus mejillas.

InuYasha A Través Del TiempoWhere stories live. Discover now