¿Bodas?

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Las cosas en el exterior se estaban poniendo cada vez peor, los ataques y la crueldad aumentaron a tal punto que algunos de los Aurores que custodiaban Hogwarts habían tenido que irse para suplantar a compañeros caídos. Debido al caos apenas teníamos noticias de La Orden, quienes no podían mandarnos demasiada información ante el riesgo de que las cartas fueran interceptadas.

En el castillo la situación tampoco estaba mejor. Los alumnos se encontraban nerviosos por la escasez de noticias, los rumores sobre la infiltración de Mortífagos en algunos periódicos se extendieron al punto de que nadie se fiaba de ellos, ni siquiera de El Profeta. El único periódico que lograba calmar a los alumnos era El Quisquilloso, que había aumentado sus ventas en todo Hogwarts después de saberse que los profesores Dumbledore y Lupin lo compraban diariamente.

Si todo aquello no era suficiente, a los alumnos de quinto y séptimo año se nos sumaban los estudios para los TIMO y EXTASIS respectivamente, quitándonos la mayor parte de tiempo libre que teníamos. Ginny y Luna, ambas en sexto año, intentaban ayudarnos tanto a nosotros como a La Orden en sus ratos libres entre clases.

Debido a esto apenas teníamos tiempo para estar todos juntos, convirtiéndose Simone en mi única compañía la mayor parte del tiempo. Y aunque pasar tiempo con ella era agradable, seguía echando de menos al resto, acostumbrada a tenerlos siempre a mi alrededor.

Agradeciendo que ya era viernes salí deprisa de mi última clase. Aquella semana había sido especialmente complicada, llena de tareas y noches sin dormir por una mezcla de recuerdos y pesadillas que no cesaban.

— ¿Estás segura de que no vas a bajar a cenar? Podría subir algo de comida a la habitación antes de dormir —Simone me miró preocupada. Mientras que yo había decidido pasar el resto de la tarde durmiendo y con muchas probabilidades de saltarme la cena, ella había quedado con Ginny en la biblioteca para terminar algunas tareas.

— Ahora mismo solo puedo pensar en mi cama —Cerrando los ojos noté las punzadas de dolor que inundaban mi cabeza. La falta de sueño empezaba a pasarme factura.

— Quizás deberías ir a la enfermería para que Madame Pomfrey te dé algo para dormir sin sueños —Sintiendo mi cuerpo cada vez más pesado me salvé de caer al suelo gracias a Simone que consiguió estabilizarme a tiempo— Definitivamente vas a ir a la enfermería. Vamos.

Enganchando su brazo con el mío me llevó a la enfermería. Aunque seguía notando un ligero mareo conseguí llegar hasta una de las camas, donde Simone me ayudó a acomodarme mientras Madame Pomfrey me tendía una poción cuyo aspecto quitaba las ya de por sí pocas ganas que tenía de tomarla.

— Vale, no tiene muy buen aspecto pero cuando despiertes estarás como nueva y agradecerás habértela tomado —Me animó Simone, acercándome el vaso que contenía la poción. De un solo trago lo vacié, intentando ignorar el olor y sabor amargo para no terminar vomitando.

— No es necesario que te quedes. Seguro que Ginny ya está en la biblioteca, no deberías hacerla esperar más —Hablé adormilada. La poción comenzaba a hacerme efecto— Mi versión dormida no es tan genial como la despierta. Puedo llegar a ser aburrida aunque no lo parezca.

— A veces dudo de si esa nueva vanidad tuya es gracias a los gemelos Weasley o tiene algo que ver con cierto Slytherin rubio —Sintiendo cada vez más sueño solo fui capaz de darle una pequeña sonrisa con los ojos cerrados —Vendremos a por ti cuando sea la hora de cenar.

Cuando desperté habían pasado varias horas, el cielo se estaba oscureciendo y no debía quedar mucho para que empezase la hora de la cena. Aunque seguía algo cansada, esas pocas horas de sueño habían sido suficientes para recuperar el apetito y ser capaz de cenar sin dormirme sobre el plato.

Viviendo en el mundo de Harry PotterWhere stories live. Discover now