Pareja

1.6K 177 18
                                    

— ¿George? —Preguntó Hermione sorprendida.

Tras mi charla con Draco y Theo fui a hablar con Ginny y Hermione, encontrándolas en el campo de Quidditch pues le tocaba entrenamiento a Gryffindor. Mientras esperábamos a que el equipo terminase de entrenar y con ellos Ginny, empecé a contárselo a Hermione.

—Sí. Inesperado, ¿verdad?—Contesté con una sonrisa.

—La verdad es que, ahora que lo dices, sí que había notado que pasabas más tiempo con los gemelos durante Navidad. Y con lo que te pasó durante el Torneo de los Tres Magos, él parecía el más afectado pero jamás pensé que os gustaseis.

—Ya, a mí tampoco se me pasó por la cabeza que terminaría sintiendo algo por George pero, en Navidad, cada vez que iba a casa de los Weasley, Fred y él siempre estaban rondándome para que probase sus inventos y, no sé, empezamos a hablar y surgió algo.

— ¿Entonces qué pasa? ¿Acaso te ha dicho algo malo? No pareces muy contenta—Preguntó preocupada.

—No, nuestras conversaciones son estupendas. Es solo que, ¿te acuerdas del libro del que te hable, el que le entregué a Dumbledore?—Bajé el tono de voz, pasando a susurrar con la intención de que solo me oyera ella.

—Sí. ¿Hay algo malo con George?

—No pero, él va a tener su propia familia. Están cambiando tantas cosas con mi presencia aquí, ¿qué pasa si también cambio eso? ¿Y si por mi culpa no tiene la familia que merece y termina siendo infeliz?

—Tú misma lo has dicho, las cosas están cambiando. Quizás esto es parte del cambio. Además, tú también mereces ser feliz y si tu felicidad es con George, ¿por qué intentar cambiarlo?

—¿Y si algo acaba mal?¿Y si alguien sufre por buscar solo mi felicidad?

— ¿Desde qué estás aquí algo ha ido mal por ti?

—Pues, no—Contesté recordando todo lo que había cambiado y las vidas que había salvado.

— ¿Entonces qué te hace pensar que algo de lo que vayas a hacer pueda complicar tanto las cosas? Si el destino ha cambiado tanto como para que George y tú estéis juntos no intentes evitarlo—Hermione me miró fijamente, notando que mi repentino silencio escondía algo más—Eso no es lo único que te preocupa, ¿verdad?

—Nunca me había gustado nadie, al menos no que yo recuerde así que no sé si mis sentimientos son correctos. Me gusta hablar con él, es una persona maravillosa pero, hay algo que me echa para atrás. Es como si una parte de mi me dijese que simplemente no es el correcto.

—Quizás tu idea de que va a terminar mal es la que hace que tengas esa sensación.

—Ya estoy aquí, ¿de qué querías hablar?—Ginny se sentó a mi lado ya vestida con el uniforme y con sus pertenencias de Quidditch en una mochila a su lado.

Aprovechando que nos habíamos quedado solas en las gradas le conté a Ginny lo que me ocurría con su hermano, sin mencionar algunas de las preocupaciones que tenía puesto que ella no sabía nada sobre el libro ni mi estancia allí.

La conversación se alargó hasta que Harry y Ron, quienes se habían quedado en el campo para entrenar un poco más, se acercaron a nosotras. Al ver que el cielo comenzaba a oscurecerse, nos dirigimos hacia el castillo.

Estando ya cerca del Gran Comedor recordé que esa noche tenía clase con Snape, haciéndome soltar un suspiro que provocó que todos me mirasen.

—¿Y ese suspiro?—Preguntó Ginny intrigada.

—Me acabo de acordar de que tengo clase con Snape.

Al ver las caras extrañadas de Ginny y Ron me di cuenta del fallo que había cometido.

—¿Snape te da clases extras?—La voz de Ron sonó con sorpresa.

—Sí, bueno, es que como perdí un curso pues Snape, ¿quiso ayudarme?—Aunque intenté sonar con seguridad, mi voz terminó siendo dubitativa lo que provocó que ninguno de los dos me creyera.

—No es solo Snape, el resto de profesores también la ayudan.

—Sí. Y seguro que Dumbledore fue quien le convenció.

Las intervenciones de Hermione y Harry fueron de gran ayuda pues consiguieron que Ron y Ginny entendiesen y dejasen de preguntar.

Durante el trayecto desde el campo hasta el Gran Comedor no me pasó desapercibido el acercamiento que Harry y Ginny tenían. Lo que no me esperaba y me sorprendió fue ver que sus manos estaban unidas.

—Ginny, ¿no tienes nada que contarme?—Pregunté con una sonrisa pícara.

Compartió una mirada extrañada con Hermione, sin entender a qué me refería. Viendo que no sabía qué contestar, dirigí mi mirada a su mano entrelaza con la de Harry haciendo que se sonrojara ligeramente.

—Oh, esto, empezamos a salir hace un par de semanas.

—Y claro, ¿para qué le vas a contar nada a tu amiga?—Intenté sonar ofendida, fallando al escuchar las risas del resto— ¿De qué os reís? No es justo que sea la última en enterarme.

—¿Acaso tú tenías intención de contarnos lo de hoy? Porque creo que llevas más de un mes escondiéndolo, ¿o no?—Cuestionó Ginny con las cejas alzadas.

—Touché.

—¿De qué estáis hablando?—Preguntó Harry confuso.

—No es nada—Contesté.

—Claro, para que le vas a contar nada a tus amigos.

Contestó Ron, haciéndonos reír a todos.

Al llegar al Gran Comedor, me separé de ellos dirigiéndome a mi mesa donde Simone, mi compañera de cuarto, me esperaba con una sonrisa.

—Hola, Stella.

— ¿Por qué tan feliz, Simone?—Pregunté extrañada puesto que, aunque Simone destacaba por la felicidad que siempre tenía, la sonrisa de ese momento era la más radiante que le había visto nunca.

—Mi hermano va a venir a Hogsmeade este fin de semana. Al parecer tiene el día libre y quiere quedar conmigo para vernos. Podrías acompañarme si quieres.

—Eso es genial pero, no creo que fuese apropiado que vaya. Debéis pasar un rato de hermanos sin gente de por medio.

—No te preocupes. Viene con unos amigos que también pertenecieron a Hufflepuff y, aunque son muy majos, me da vergüenza estar a solas con ellos. He invitado a otras amigas pero ya tenían planes.

—En ese caso, estaré encantada de acompañarte.

—Genial, estoy segura de que nos lo pasaremos de maravilla.

Viviendo en el mundo de Harry PotterTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang