Conflicto

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—¿Qué hace él aquí?

Unos días antes del cumpleaños de Harry, Sirius y yo fuimos a buscarle para que pasase el resto del verano con nosotros en Grimmauld Place. Al entrar a la casa, lo primero que vio fue a Draco bajando las escaleras, lo que hizo que le apuntase con la varita pensando que había entrado sin permiso. Nos había costado mucho esfuerzo e insultos entre ambos hacerle entender a Harry que Draco estaba pasando el verano con nosotros.

— A mí también me alegra verte, Potter —Dijo Draco con sarcasmo.

— Verás Harry, Draco ha tenido algunos problemas y he pensado que lo mejor era que se quedase aquí un tiempo. Sé que no os lleváis bien y no voy a pediros que os hagáis amigos pero al menos intentad no insultaros. Y eso también incluye a la familia Weasley —Explicó Sirius, centrándose al final en Draco quien asintió con la cabeza.

— ¿Y qué problemas ha podido tener? ¿Acaso sus padres no le han querido comprar algo o qué? —Preguntó Harry sin hacer caso a Sirius.

— No te metas en lo que no sabes, Potter —Draco, fastidiado, se acercó a Harry.

— ¿Pretendéis comportaros siempre así? Porque os recuerdo que todavía queda un mes de vacaciones. Un mes en el que tendréis que convivir bajo el mismo techo —Mis palabras parecieron surtir efecto pues, con una última mirada, se separaron dirigiéndose cada uno a su habitación.

— Tendré que hablar con Harry. Esto va a ser más difícil de lo que pensaba —Sirius suspiró viendo cómo su ahijado subía las escaleras.

— Yo hablaré con Draco. No creo conseguir que Harry le agrade pero me conformaré con que no le insulte nada más verle.

Mientras Sirius hablaba con Harry, yo me dirigí a la habitación de Draco, quien en un principio no quiso abrirme la puerta.

— Puedo estar aquí todo el día si hace falta —Advertí para segundos después ver cómo se abría la puerta dejándome paso a su habitación.

— No pienso disculparme con cara-rajada si es lo que pretendes —Se sentó en la cama.

— No venía a eso. Ya suponía que no lo harías —Cogiendo una silla que había en la esquina de la habitación, me senté enfrente de él.

— ¿Entonces a qué has venido?

— Cómo he dicho antes, todavía queda un mes, en el que tendréis que convivir os guste o no y a nadie le apetece escucharos discutir. Además, recuerda que esta es la casa de Sirius y ¿cuál crees que sería su reacción al oírte insultar a su ahijado y sus amigos? — Sirius no sería capaz de echar a Draco, pero él no lo sabía y no dudaría en usarlo si con eso conseguía que se llevase lo mejor posible con Harry.

— Bien, no empezaré ninguna pelea pero si la empiezan ellos no pienso quedarme callado —Aceptó Draco.

 — Señorito Malfoy, la cena está lista —Con un chasquido, Kreacher apareció en la habitación y habló prestando atención sólo a Draco.

En el poco tiempo que Draco llevaba en Grimmauld Place se había ganado el respeto de Kreacher, siendo así el único al que hablaba educadamente y no insultaba. Incluso la señora Black, desde el retrato, mostró orgullo cuando un día se abrió la cortina y lo vio de pie en el pasillo.

— No me ha dirigido ni la mirada —Dije ofendida una vez Kreacher se había ido.

— ¿Celosa Bloom? —Preguntó Draco con una ceja alzada y una pequeña sonrisa.

— Indignada. Sirius le ordenó que nos tratase con respeto a todos y a mí ni siquiera me mira.

— ¿Y no es mejor así? Piensa que la otra opción es que te insulte —Dijo Draco, recordando cómo Kreacher nos insultaba a mí y a Sirius en susurros.

Seguimos nuestra conversación mientras bajábamos las escaleras en dirección al comedor dónde Harry y Sirius ya se encontraban sentados. Harry, al igual que Draco, se mantuvieron en silencio durante toda la cena, levantando la vista sólo para dirigirse malas miradas entre ellos.

Los siguientes días pasaron igual. No se dirigían la palabra e incluso llegaron a evitar estar en la misma habitación haciendo que uno de ellos, normalmente Draco, se fuese para evitar conflictos.

Sirius consideró que la situación había llegado demasiado lejos cuando en el cumpleaños de Harry, al que asistió la familia Weasley y algunos miembros de la Orden, Draco decidió pasar todo el día encerrado en su habitación llegando incluso a saltarse la comida si no fuese porque Kreacher se la llevó. Debido a la situación, Sirius decidió poner un alto en sus comportamientos.

— No os levantéis todavía. Quiero hablar con vosotros — Tras el cumpleaños de Harry, Draco volvió a comer con nosotros momento que Sirius aprovechó para aclarar las cosas.

— ¿Qué pasa Sirius? —Harry, que estaba a medio levantar, volvió a sentarse.

— Harry, eres mi ahijado y te considero más parte de mi familia de lo que alguna vez lo fueron mis padres. Sé, y entiendo, que tu relación con Draco es de enemistad pero desde que pisó esta casa se convirtió en parte de mi familia. Ambos sois mi familia, además de que sois aliados y no pienso permitir malos tratos en esta casa así que o arregláis vuestras diferencias por vuestra cuenta o no dudaré en encerraros juntos hasta que os arregléis por las malas —Y con esa última amenaza los mandó a sus cuartos.

— ¿De verdad consideras a Draco parte de tu familia? —Pregunté sorprendida.

— Acabo de hacer el discurso de mi vida, ¿y lo único que te interesa es eso? —Su voz sonaba disgustada. Con un suspiro siguió hablando— No conozco mucho a Draco pero ha sido capaz de huir de su familia y pedir ayuda a quienes considera sus enemigos y eso merece totalmente mi aprobación. Cambiando de tema, tengo que hablar contigo —Con una sonrisa se recostó sobre el respaldo de su silla.

— ¿Conmigo? ¿Sobre qué?

— Tras la reunión del otro día, Dumbledore se quedó a hablar conmigo. El Ministerio sabe que ocultas algo. No han encontrado tus datos en ningún sitio y sospechan sobre ti.

— ¿Y porqué me han investigado? —Pregunté preocupada. Eso no era bueno.

— Umbridge. Por lo que sé te castigó, seguramente quiso saber más de ti y pidió tu información al Ministerio.

— ¿Qué voy a hacer? No puedo contarles la verdad, creerán que estoy loca si lo hago.

— Por eso quería hablar contigo. Dumbledore y yo hemos encontrado una solución, no es la mejor pero servirá hasta que cumplas la mayoría de edad.

— ¿Cuál?

— Convertirte en mi hija —Sirius mantenía una mirada nerviosa a la espera de mi respuesta.

— ¿De verdad quieres que sea tu hija? —Estaba sorprendida. No esperaba que esa fuese a ser la solución pero tampoco me disgustaba.

— Sólo si quieres claro. El Ministerio está muy ocupado con otras cosas y si te adopto dejarán de lado tu caso el suficiente tiempo para que se olviden y te dejen en paz.

— Sería increíble. Gracias por toda la ayuda Sirius —Con los ojos llorosos le abracé. Aunque no recordaba mucho sobre mi padre sabía que Sirius estaba haciendo todo lo posible por se uno genial no solo para mí sino para Harry.

Viviendo en el mundo de Harry PotterWhere stories live. Discover now