Miradas

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Tras el incidente entre Draco y George, esperé a la llegada de Sirius para hablar con él. Ambos llegamos a la misma conclusión, estaba recuperando la memoria, aunque al ritmo que iba tardaría mucho en hacerlo por completo.

Durante los siguientes días las conversaciones nocturnas, siempre después de la cena, se hicieron costumbre en la casa. A pesar de las insistencias de Sirius los primeros días, Draco nunca se nos unía y una parte de mí lo agradecía. Hablar a solas con Sirius, que había estado conmigo desde el principio, tanto en mis primeros meses en Hogwarts, como él me había explicado, cómo al despertar en la enfermería tras el ataque era de agradecer. Además de mi tutor legal, Sirius se había convertido en mi amigo, confidente y parte de mi familia a pesar de no compartir genes.

— Hoy te he notado más pensativa de lo normal, ¿algo que quieras contarme?

Al igual que los días anteriores, me encontraba con Sirius en la sala, sentados en el sofá frente a la chimenea encendida.

—Siempre te cuento todo, esta vez no va a ser la excepción.

—Eres una adolescente que pasa la mayor parte del año en un castillo con otros cientos de adolescentes. Creo que hay unas cuantas cosas que no me vas a contar nunca.

Su expresión divertida me hizo sonrojar, dejándome por un momento sin saber qué decir.

—No me refería a eso y lo sabes. El caso es que he recordado varios momentos sobre mi infancia y en todos ellos hay algo que me llama la atención.

—¿Alguna persona u objeto?

—Más o menos. Sé que me crié en un barrio muggle y que su tecnología está más avanzada que la del mundo mágico pero aun así tengo la sensación de que todo estaba demasiado avanzado.

Sirius asintió ligeramente con la cabeza. Su rostro tomó un aire pensativo, fijando su vista en el movimiento de las llamas de la chimenea.

—Hace tiempo hablé con Dumbledore sobre tu llegada. Según parece la ropa con la que apareciste le llamó la atención y decidió investigar. No hay ni una sola tienda que tenga o haya tenido esas prendas ni aquí ni en el mundo muggle.

—¿Y eso qué significa, que vengo de un universo paralelo?

—Creo que es algo más sencillo que eso. Es posible que vengas del futuro.

—Claro porque venir del futuro es mucho más sencillo—Dije de forma sarcástica, sacándole una sonrisa a Sirius.

—¿No tenemos giratiempos para viajar al pasado? ¿Por qué no podría ser posible también ir al futuro?

—No creo que haya nada capaz de llevarte al futuro. Al menos nada que sea legal y usar hechizos prohibidos u objetos malditos debe ser muy peligroso. ¿Quién en su sano juicio arriesgaría su libertad e incluso su vida para viajar con un bebé al futuro?

—Me temo que en eso no puedo ayudarte. Pero si lo que me dijiste es verdad, que tu madre te dió sus recuerdos, entonces solo debes tener paciencia. Cuando recuperes todas tus memorias quizás también encuentres las respuestas.

El silencio se instaló en la sala. Solo se escuchaba el crepitar del fuego y, de forma débil, el movimiento de Kreacher y Draco por diferentes puntos de la casa. Sin necesidad de mirarle, supe que Sirius tenía su vista clavada en mí. Esperé en silencio hasta que su voz sonó en la habitación.

—Tus recuerdos no son lo único que te preocupa, ¿verdad?

—No—Solté un suspiro, pensando en todo lo que había pasado—Hoy me ha llegado una carta de un chico llamado Cedric. Al parecer se acaba de enterar de lo que pasó en Hogsmeade y estaba preocupado. He pensado en todas las cartas que habré recibido en los años que llevo aquí y me he puesto a buscar entre mis cosas. Hay tanta gente capaz de demostrarme su cariño solo con unas palabras en un pergamino. Y yo—solté una risa amarga—les estoy pagando todo ese cariño con el olvido.

Viviendo en el mundo de Harry PotterWhere stories live. Discover now