Sin respuesta

1.9K 207 10
                                    

Tras mi pesadilla pasé los días tumbada en la cama. Por consejo de Madame Pomfrey me habían enviado a casa de Sirius, dónde compartía habitación sólo con Ginny pues Hermione estaba pasando las vacaciones con su familia.

— Imagino que tu pesadilla ha debido de ser muy fuerte pero tienes que decirnos que ha pasado. Todos queremos ayudarte pero no sabemos cómo. ¿Ha tenido relación con tus padres? —La voz de Sirius sonaba preocupada y, tras mucho pensarlo, decidí contarle la verdad empezando con negar su pregunta.

— No es eso. Es... prométeme que no te enfadaras —Pedí acomodándome en la cama hasta quedarme sentada.

— ¿Enfadarme? ¿Por qué tendría que enfadarme? No creo que hayas hecho nada malo.

— Promételo por favor.

— Está bien. Te prometo que no me enfadaré —Dijo extrañado por mi petición.

— Durante el curso pasado me di cuenta de que estaba perdiendo la memoria y se lo comenté a Dumbledore. Todo iba bien hasta que llegó el verano cuándo se agravó hasta el punto de que ya no recuerdo nada de mi vida pasada. Quería contárselo a Dumbledore pero nunca tenía tiempo y no quise molestaros así que lo guardé para mí. Lo siento —Decidí omitir que Hermione lo sabía pues no quería ocasionarla problemas.

— Stella. Puedes confiar en nosotros para lo que quieras, pensé que ya lo sabías. No vuelvas a ocultarnos nada por favor —Su voz, que pensé que sería de reproche, sonaba decepcionada.

— Confío en vosotros. No volveré a ocultaros nada, lo juro —Prometí con ojos llorosos.

— ¿Quieres hablar de la pesadilla? —Preguntó acariciándome el pelo. Al parecer se les había hecho costumbre usar esa técnica para calmarme.

— No era una pesadilla. Era un recuerdo pero... preferiría hablarlo con Dumbledore —Pedí esperando que no insistiese más.

— Está bien. Hablaré con él para que saque un tiempo para hablar contigo. Vamos a cenar todos juntos para celebrar que mañana es Navidad y que Arthur está bien, ¿quieres unirte? —Con ánimo Sirius se levantó de la cama y me ofreció una sonrisa señalando a la puerta.

— Claro. Pero creo que antes mejor me pongo algo más presentable —Contesté mirando mi pijama y mi pelo enredado.

— Perfecto. Te esperamos en la mesa. No tardes mucho o vendré a sacarte a rastras —Me advirtió riendo, sacándome una ligera sonrisa.

Sin muchas ganas, pero no queriendo preocuparles más me vestí, peiné y bajé siendo sorprendida por la presencia de Hermione y sus padres y recibida por los brazos de Ginny y un « Ya era hora pequeña Hufflepuff » de parte de los gemelos.

La cena fue tranquila y llena de risas y anécdotas divertidas. El señor Weasley se encontraba bastante mejor aunque aún tenía algunos vendajes para las heridas más profundas.

— Bueno, aprovechando que estamos todos juntos me gustaría hacer una declaración —Sirius, haciendo sonar su copa por encima de las risas y las voces, llamó nuestra atención.

— ¿Nos vas a ayudar con la tienda? —Preguntaron los gemelos con una sonrisa , recibiendo una mala mirada por parte de su madre.

— Por supuesto que os ayudaré pero no es eso lo que quería decir —Aclaró Sirius con una risa.

— ¿Entonces que es Sirius? —Preguntó Harry con curiosidad.

— Voy a terminar mis estudios como Auror —Dijo sonriente.

— Eso es genial Sirius. Enhorabuena —Le felicitó Hermione, siendo seguida por el resto de los presentes.

— Y hablando de trabajos, ¿ya sabéis lo que vais a hacer cuando terminéis Hogwarts? —Preguntó la madre de Hermione mirándonos a todos.

— Nosotros nos dedicaremos a la tienda —Contestó Fred, seguido de un asentimiento de George.

— A mí me gustaría ser Auror —Dijo Harry mirando a Sirius, quien mostró una sonrisa de orgullo.

— A mí igual —Le secundó Ron.

— ¿Y vosotras chicas? —Preguntó el padre de Hermione mirándonos a las tres.

— Hermione seguro que será Ministra de Magia —Contesté haciéndola sonrojar.

— Así podríamos presumir de que tenemos a la Ministra como amiga —Me siguió Ginny el juego logrando que Hermione se convirtiese en un tomate y que el resto de la mesa soltase carcajadas.

— Dejemos a la pobre Hermione en paz. ¿Qué tenéis vosotras pensado? —Pidió Remus recibiendo una mirada agradecida de Hermione.

— Me gustaría dedicarme al Quidditch pero no lo tengo seguro —Contestó Ginny recibiendo una sonrisa de Harry que la hizo sonrojar.

— Todavía no lo he pensado —Contesté pensando en todas las posibilidades que tenía.

— Todavía sois muy jóvenes, tenéis mucho tiempo para pensarlo —Dijo Molly recogiendo los platos sucios con un movimiento de varita.

El resto de la noche fue tranquila y la mañana siguiente, día de Navidad, estuvo llena de regalos. Todos los regalos que hice fueron, a falta de dinero, hechos a mano y por lo visto en sus caras no fueron malas elecciones.

— Stella —Me llamó Harry sentándose a mi lado en el sillón de la sala de estar, dónde me encontraba leyendo el libro que me había regalado Hermione—, mira lo que me ha regalado Sirius —Dijo enseñándome un trozo de espejo.

— ¿Para qué sirve? —Pregunté dejando el libro a un lado.

— Sirius tiene la otra parte. Con esto podemos estar en comunicación. He pensado que te gustaría saberlo, por si quieres hablar con él —Me explicó mientras yo inspeccionaba el espejo.

— Muchas gracias Harry. Estará genial poder hablar con él sin tener que esperar a las cartas —Dije sonriéndole.

— No tienes que darlas. Por cierto, lo que te pasó con la pesadilla, ¿qué fue lo que soñaste? —Preguntó cohibido.

— Yo, bueno, preferiría no hablar de ello. No fue una experiencia agradable. ¿Por qué lo preguntas?

— Verás, es que, últimamente he tenido algunos sueños que no creo que sean muy normales —Su tono de voz bajó hasta ser un susurro.

— ¿Qué clase de sueños? —Pregunté preocupada.

— Pues, me gustaría decirte que son pesadillas pero son tan reales que empiezo a dudarlo. Sueño con gente que habla, creo que Mortífagos y muestran mucho respeto hacia alguien. He pensado que podría tratarse de Voldemort. Si fue capaz de volver después de debilitarle cuando era un bebé, también podría haber vuelto ahora después de enfrentarme a él por segunda vez, ¿no? Aunque eso no explica que sueñe con él. ¿Acaso tiene acceso a mi mente? Eso es peligroso, ¿no?—Harry estaba preocupado y con miedo.

— Harry, primero debes calmarte. No puedo asegurarte nada porque yo tampoco lo sé pero si Dumbledore ha vuelto a reunir a la Orden del Fénix es muy probable que algo esté pasando, algo lo suficientemente malo como para que deban reunirse casi todos los días. Igualmente, deberías intentar hablar con Dumbledore, aunque Hermione ya me dijo que no has tenido mucho éxito las últimas veces que lo intentaste —Con tranquilidad se lo expliqué.

— Llevo con estos sueños desde el verano y por más que le envío cartas nunca las responde. Incluso ha cambiado la contraseña de su despacho sin decirme nada. Supongo que lo hablaré con Sirius, quizás él sea capaz de comentárselo a Dumbledore —Con preocupación se dirigió a hablar con Sirius y me dejó dándole vueltas a todo, incapaz de volver a leer el libro que había dejado.

Viviendo en el mundo de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora