Capítulo 27

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Las punzadas en su corazón eran demasiado para su pequeño cuerpo, demasiado para él, y tenía muy seguro que para todos. Le dolía respirar, le dolía reír, le dolía sonreír, le dolía tan solo existir; Era tan difícil respirar porque las cuchillas de la vida lo apuñalaban sin una pizca de duda, le era complicado sonreír porque la vida le daba mil y un razón para borrarle su sonrisa, le era difícil imaginarse una vida sin su hermano, sin Ace, su compañero de travesuras, esa persona que le sonrió aún cuando él era un total debilucho pero otra vez, la vida hizo que su imaginación no valiera tanto como la realidad, Ace ya no estaba, Ace no había cumplido su promesa, Ace no estaría ahí cuando él fuera el Rey de los Piratas, ya no más.

---¿Él...? ¿Él... ya no está?

Había una esperanza ciega en la forma que expresaba con dolor esas palabras, él quería creer que Ace sí estaba, Ace no había muerto, Ace estaba bien; Su cuerpo no soportaba tantas emociones, y cayó al suelo, derrotado, sin esperanza, las lágrimas saliendo de sus luceros, tan dolorosamente; Se le dibujó en el rostro una mueca dolorosa, de esas que ves y te parten el corazón en pedazos.

---Zoro... ¿Estás seguro que... Ace ya no está? ---sus ojos llenos de ilusión, queriendo escuchar lo que él quería--- Seguro que tú estuviste ahí ¿cierto?

Si antes Zoro pensaba que un corte de una espada era dolorosa, ahora se creía un total tonto. Los ojos llenos de ilusión en su capitán eran una daga sin empuñar, pero esas palabras, le abrían una vieja herida. Él sabía que no había estado junto a su capitán en la guerra, tampoco cuando perdió su hermano, no lo ayudó a volver a sonreír ni mucho menos a querer vivir otra vez.

¿La vida le estaba dando otra oportunidad? ¿O seguía siendo una total mierda? Necesitaba alcohol, pero lo que ahora necesitaba Luffy era saber la verdad, porque aunque fuera dolorosa, anhelaba la verdad.

---Luffy, yo no estuve ahí.

Luffy lo observó, sin decir nada, sin decir una simple palabra, solo lo observo, analizando le. Y Zoro, sin ningún temor, lo estrujo fuertemente, ignorando como su corazón dolía al sentir como Luffy intentaba zafarse, las descuidadas uñas de Luffy se enterraban en su piel, queriendo soltarse, el movimiento de los pies de Luffy rehusándose a estar con él durante más tiempo; Eso le dolía, le carcomía el corazón, pero esta vez, Luffy no estaba sólo, no lo dejaría.

---Luffy, tú haz perdido a tu hermano. ---tan solo nombrar a su hermano volvía a Luffy débil, era como su kairoseku--- Todos lo saben, tú lo sabes.

Silencio. El incómodo ambiente que se creó al rededor de ellos era tormentoso; Zoro no se rindió y no dejó de abrazarle, y Luffy se rindió, otra vez, porque ya no quería pelear, no quería ser el chico que quería ser el Rey de los piratas, solo por un momento, quería ser alguien normal, y dejarse llevar por las toscas caricias de Zoro.

---Pero también sabes que aún tienes a tus nakamas. ---le acariciaba toscamente, sabia que su toqué no era suave, no sabía como ser suave, pero lo intentaba--- Nosotros seguimos con vida, nosotros todavía estamos para ti, estaremos a tu lado cuando te conviertas en el Rey de los Piratas.

Luffy sollozaba en silencio, estrujando fuertemente a su nakama, apretando lo con todo su ser pues dolía darse cuenta que su hermano ya no estaría ahí, con él. Y se río, su risa seguramente se escuchó por todo el lugar a causa de que su risa no era contagiosa, su risa se percibía derrotada, sin vida y falsa.

Su nakama no dijo ninguna palabra, sin embargo esta vez, le intentaba quitar las lágrimas que brotaban de sus orbes. Luffy sabía que aunque su nakama lo intentara no dejaban de brotar lágrimas, pero él, aún sabiéndolo, seguía con el afán de quitar toda pizca de dolor en su rostro.

●○●

Cuando estás acostumbrado a mentir, decirlas es más como una rutina, para aceptar la realidad a su manera, para sobrevivir, para ser a aceptado o ser parte de algo.

No recordaba cuantas mentiras había dicho en toda su corta vida, había mentido en tantos aspectos que a veces teme perderse en las mentiras. Pero sabía que una mentira siempre es descubierta, a como fuera; No bastaba con una inocente mentira, o algo complicado, una mentira siempre será una mentira.

El podía fingir una sonrisa, y podía esconder sus emociones, pero ya no podía mentir, no a él. No luego de verlo ahí, sonriendo sin pudor junto a una bella dama, riéndose de algún comentario de ella o de ver como la trataba, la trataba como si fuera la porcelana más fina y frágil.

El no quería ser tratado como alguien frágil, tampoco quería que lo veneraran o que le dijeran un "te quiero" todos los días, lo único que quería era ver su mirada: Su mirada llena de ternura y cariño que no solo él podía apreciar, sino que todos, todos podrían observar cómo con sus ojos le bajaba el cielo sin necesidad de palabras.

Pero tendría que resignarse, a ser ignorado, a ser tratado como paria. Porque aunque deseara y mintiera, no podía callar la risa a su alrededor. Se reían de él, de su nariz, de su horrenda nariz, tan anormal y fea, que tan solo verla creaba un rostro de repulsión; Quería que Sanji lo viera, viera como todos esos aldeanos se reían de su "anormalidad" y les diera una patada, que lo ayudará y que luego le sonriera. Más sin embargo, eso solo ocurre en el mundo de las mentiras.

Sus piernas flaqueaban, su respiración entrecortada por el miedo que sentía, su voz quebrada ya no podía ni decir alguna palabra mientras se intentaba esconder, de las burlas, de las miradas, del desprecio; Sentía terror no solo de las palabras o risas, sino de llegar a creérselas.

●○●

La risa de la dama a su lado era muy cautivante. Sino fuera porque su mente era dominada por unos ojos más lindos que esta bella dama, por una sonrisa más natural y una risa muy singular.

Se lamentaba en sus adentros de sus pensamientos, el no debería pensar en un hombre ni mucho menos en él. Suspiro antes de exhalar un poco de la nicotina entre sus dedos; Estaba con la bella dama ya hace unas horas, pero ¿Por qué no se estaba divirtiendo?

---Y así, Sanji-chan, logre que me dieran unos zapatos en edición limitada ---exclamo con orgullo la muchacha, un gran sombrero la cuidaba del sol--- Pero dejando de lado mi historia, ¿Qué haces aquí, sólo?

Nami le había encargado comprar los alimentos con Usopp, pero él no podía pasar más de un minuto a solas con el narizón, no luego de los recientes descubrimientos, donde al parecer, Usopp sentía algo por él. ¡Él! ¡La falla de germa!

Sabía que Law sentía sentimientos amorosos hacia su persona, pero ¿Usopp?; ¿No Usopp y Kaya-chan traían algo?

---El aire me dijo que estarías aquí  ---respondió de manera coqueta mientras le rodeaba la cintura.

Necesitaba alejar sus pensamientos de Usopp, de las notas y de absolutamente todo.

Porque eres mi nakamaWhere stories live. Discover now