Capítulo 25

1.2K 160 43
                                    

Recordaba o eso creía.

Recordaba escuchar una vaga risa cuando cerraba los ojos. También recordaba verse comiendo un banquete junto a unas mujeres extrañas, todos esos recuerdos los resumía como conclusión de alguna buena batalla; No recordaba porqué lloraba en aquella ¿selva? ¿bosque? No recordaba porqué dejaba su sombrero de paja sobre una roca. Ese sombrero de paja era un gran tesoro, así que no podía comprender porque lo dejaba ahí.

---¿Tú estás pensando?

Abrió los ojos y se encontró con su amigo Usopp, su rostro era de confusión y sorpresa, más que sorpresa parecía terror.

---Hoy es el fin del mundo, todos moriremos. ¡Luffy está pensando! ---quiso reírse pero vio como su nakama se agarraba de su cabello exasperado--- ¡Todavía no estoy listo para morir! Tengo la enfermedad de no-morir-hoy.

En verdad que deseaba reírse de la situación pero su nakama siguió hablando de como todavía no estaba listo, que tenía muchas cosas que hacer.

---Pero lo más importante es San-

---Shishishi

Por fin interrumpió, alejando todo el aire incómodo que se había instalado luego de la crisis de Usopp.

---¿En verdad estabas pensando?

No quería preocupar a sus nakamas, pero tampoco podía mentir.

---¿Quién era el San?

Silencio.

Lo único que se instaló durante minutos era el silencio de Usopp y el insistente movimiento de Luffy viendo el cielo nublado.

---Era Sanji.

Por fin dijo su nombre, en verdad que no esperaba que mientras encontraba excusas para no morir en ese día, una de ellas fue Sanji. No lo había pensado pero no quería morir sin antes no haberle dicho a Sanji lo que ocasionaba en su corazón. ¡Al demonio si luego Sanji se mortificaba al recordar le! El lo único que quería era morir sin arrepentimientos pero no contó de que se saliera esa frase frente a su capitán.

El capitán de los mugiwaras, Monkey D. Luffy. Si alguien dijera que conocía lo suficiente a este joven sería pura palabrería, nadie podía descifrar a Luffy. El tenía su forma de ver las cosas, de sentirla y su propia forma de actuar; Él era totalmente inconsciente al actuar o al pelear pero siempre peleaba por una razón, por una persona, por un amigo, por un nakama, por una promesa.

El capitán de los mugiwaras tenía una forma única de darle valor a una promesa, desde que jamás le faltaría hambre a un pueblo hasta a salvarle el trasero a un país entero. Luffy era un total impulsivo, pero tenía principios, a su manera; El no era ningún héroe, o bueno, él no quería ser un héroe, pero no había persona que lo hubiera conocido y no dijera que él era un héroe en sus vidas, tal vez podía ser por pequeñeces o por grandes hazañas, pero a su manera, él era el héroe para varias personas, pueblo e incluso naciones.

Pero si alguna vez alguien hubiera dicho que su capitán, el mismo Monkey D. Luffy pensaba antes de actuar, posiblemente se hubiera reído en su rostro hasta que le doliera el estómago. Pero verlo ahí, observar con paciencia el cielo nublado mientras parecía fundirse con sus pensamientos hacia que todo lo que creía de él pareciera una total basura.

Monkey D. Luffy sería siempre un buen rompecabezas o misterio que resolver. Pero él no quería ser quien lo resolviese, mucho menos quería que su capitán se mostrara interesado sobre asuntos totalmente estúpidos.

---¿Querías comida?

Luffy había supuesto que su nakama no podía morir sin antes no haber probado comida de su cocinero, de cierta forma le pareció lógico, su cocinero cocinaba como los dioses.

---Si, claro. Lo único que quería era su comida

Una vez más recurría a sus mentiras, pero estas no serían totalmente buenas si no fuera porque su capitán tenía una diferente lógica para todo.

---¿Puedo ver contigo el cielo? ---pregunto esta vez el narizón, sin antes no haberse inclinado un poco en su dirección, observando de nuevo si en verdad era su capitán el que observaba el cielo--- Puedo acompañarte si quieres.

---Nah, vamos a jugar.

Algo que era totalmente cierto es que las decisiones del capitán de los mugiwaras jamás iban a ser aburridas. Siempre habría una gran aventura.

●○●

Pequeñas gotas de lluvia caían sobre el Sunny Go, pero al parecer, a nadie parecía molestarle. Demasiados ocupados tratando de equilibrar el barco porque ya estaban cerca de su destino: Tierra.

Nami caminaba elegantemente bajo el paraguas que Sanji sujetaba con entusiasmo, ayudar a Nami-swan siempre sería un privilegio. Esta le indicaba a cada una de las personas del barco qué hacer, pero no le hacía falta decirle algo a Robin, ella siempre tomaba iniciativa e intentaba ayudar.

El clima no parecía estar a su favor, pero necesitaba llegar a tierra lo más pronto posible, un segundo más con esos idiotas y que les cobraría un dineral por tan siquiera respirar su mismo aire.

Franky siempre preparado para cualquier situación estaba atento, pero su atención no parecía querer separarse de la figura de la arqueóloga. Esta leía un libro mientras creaba más manos para ayudar a sus nakamas sin levantar la vista por un segundo.

El cyborg era consciente de que había lastimado a su nakama, pero en realidad no había sabido cómo actuar o qué hacer. Pero algo con certeza que sí sabía era que no sentía absolutamente nada por su nakama.

La quería, por supuesto que la quería, pero como a una hermana, a una amiga, nada más. Hubiese querido que ella jamás se hubiera enamorado pero nadie manda al corazón, el corazón era demasiado caprichoso y egoísta.

---¡Tierra!

El grito lleno de alegría del pequeño reno creo una sonrisa en el rostro de la navegante, estaba más que agradecida que la posible lluvia permanecería en el mar y no en tierra.

Habían llegado a tierra, y Luffy como todo un mocoso, se encontraba con una gran sonrisa al lado de Usopp y Chopper. Ya había extrañado las aventuras, quería ir recorrer el lugar y tal vez comer un poco. Si, quería eso. Comer.

---Ya saben, traten de disimular, intenten…

No había ni terminado de hablar Nami cuando Luffy ya no le puso atención. Estaba de buen humor.

Y aunque tuve unas inmensas ganas de ir corriendo y buscar aventuras, espero a un nervioso y soñoliento peliverde.

---¿Ya? ---dijo sin paciencia viendo como Chopper corría detrás de Robin, él también quería correr.

---Vamos ---le trato de sonreír Zoro pero fallo; Luffy le había cogido del codo y había saltado del barco corriendo directo a la isla.

Ya Zoro se imaginaba los golpes de Nami al volver.

Porque eres mi nakamaWhere stories live. Discover now