Prólogo

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Cada momento en el cual recordaba a su hermano, era doloroso. Porque recordaba la culpa y el remordimiento hacia si mismo, sus nakamas no tenían porque saberlo, el peso de la guerra de marineford era suya, de nadie mas.

---¿¡Dónde está Ace!? ---gritaba con la voz rota

Era increíble que en tan solo un día, tantas cosas cambiarán.

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El amor es un sentimiento hermoso, cuando es correspondido claro. Y eso Robin lo sabía.

Estar enamorada de un semi robot que le gusta andar en tanga todo el día y es un pervertido, no era complicado.  Lo complicado era que el sentimiento no era mutuo, y eso lo sabía.

---Me gustas, Franky-san ---declaró con una pequeña sonrisa una azabache mientras le miraba a los ojos al peli azul, los cuales la miraban con varias emociones, pero ninguna era amor, sólo había amistad en esos ojos.

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El recibir notas era algo agradable. ¿Quién era aquella persona detrás de aquellas notas? Las causantes de su sonrisa, de noches de insomnio.

---¿Por qué hoy no hay una nota? ---se preguntaba el rubio con un cigarrillo en su labios, miraba por todos lados pero nada.

Buscó y buscó pero no encontró nada. Se rindió, espero el día siguiente, y el día siguiente a ese, nada.

---¿Qué buscas, Sanji? ---una voz le habló entrando a la cocina

---Nada ---negó rápidamente un nervioso rubio--- Hoy vi a una mellorine linda

---¿No lo extrañas?

---¿El qué?

---Las notas en la noche, el café y el té.

---¿Cómo sabes eso? ---estaba sorprendido, había sido muy cuidadoso--- Yo… Yo sólo me había acostumbrado a sus notas, creo.

---¿Y si fuera un chico el que las deja?

---¿Un…chico?... ---sólo una vez pensó eso, pero la sola idea de que fuera un chico, no le agrado--- Si es así, tendré que rechazarlo cortésmente

---Agradezco tu sinceridad

---¿Qué? ---no entendía absolutamente nada el rubio

---Porque era yo el que te daba las notas, Sanji.

Porque eres mi nakamaKde žijí příběhy. Začni objevovat