Capítulo 11

1.7K 210 67
                                    

---Aquí tienes, animal.

Dejando el plato al frente suyo, desbordando olores deliciosos, sin dudarlo Usopp comió de el. Vio como Sanji tomaba unos postres y se lo acercaba a las chicas.

---Mis mellorines~~~ ---intento que su voz se sintiera segura, pero se escuchó llena de desesperación.

Ya iba un buen rato en el quirófano Luffy, y a pesar de que sabían de su alta vitalidad, no podían no preocuparse.

Usopp comía como si no hubiera un mañana, había tenido que interrumpir su comida para ayudar a tocar el kairoseku, los médicos, al ser pertenecientes de un akuma no mi, no podían.

---¡Me das asco, animal! ¡Come más lento!

El narizón paro de comer, no sabía que su manera de comer le causaba asco al rubio. Muchos menos espero una punzada en su corazón al ver la mueca de asco y fastidio. Tenía hambre, demasiada. Había tenido que ayudar unas cuentas horas, y sus tripas exigían comida. Pero, no podía comer si sabía que le causaba asco al rubio. Sólo tenía hambre, eso era todo.

---Lo lamento…

El rubio lo ignoro, prestándole más atención a las chicas, se cuestionaba quien de ellas podría estar enamorada de el. Sólo de pensarlo su corazón saltaba de alegría. En cambio el narizón solo suspiro, mientras comía, ahora lento y pausadamente. No podría soportar otra mala cara del rubio hacia el, no podría.

---¡No puedo, hermana!

Un peli azul lloraba a mares, mientras apretaba un pañuelo color rosa. Estaba contándole a Robin y a Brook las 100 razones por la que extrañaba la franky family y el porque no había accedido a irse de inmediato, Brook no conocía muy bien esa historia, no mas que el libro de Nami. Pero quería escucharlo de voz propia, tal vez una canción podría salir de ella.

---¡Es que..  ---apretó su nariz con el pañuelo sacándose los mocos, las lágrimas no paraban--- ellos no estarían bien sin mi!

De un momento a otro, Brook también comenzó a llorar junto a Franky, dejando de lado la historia mientras se ponían a cantar la canción de Laboon. Ambos estaban melancólicos, e intentaban ignorar el hecho de que su capitán estaba siendo operado.

---1… 2… 3…

Un peliverde sudoroso entrenaba con sus grandes y pesadas pesas, hacia lo mismo que los que lloraban, intentar ignorar el hecho de que su capitán estaba siendo operado. Se exigía así mismo, intentando mejorar, tenía que mejorar, todavía no era lo suficientemente fuerte.

---¡Ya cállense! ---grito exasperada Nami, no podía pensar--- ¿Podrían callarse de una maldita vez?

---Déjalos ser, Nami-swan ---dijo el rubio sentándose junto a las chicas, iba a prender un cigarro cuando la mirada asesina de la ladrona le llegó. Carraspeo un poco y miro a otro lado tratando de no mirar los ojos de ella--- Me refiero a que son unos idiotas, y tienen que hacer algo.

La ladrona no dijo nada, comía su postre mientras examinaba los movimientos de Robin. La había notado un poco aislada, incluso un poco callada. Más de lo que ya era.

La tensión en el aire se podía cortar fácilmente, pero sabían algo con certeza.

Su capitán estaría bien.

Se lo repetían, todo el tiempo.

●○●

Al llegar la noche, Law salió, repleto de sangre. Eso hizo que todos se pusieran alerta.

Detrás de él salió Chopper, con una sonrisa. Un suspiro de alivio salió de sus labios.

---¡Hermano, no salgas repleto de sangre así! ¡Estaba súper alterado!

---¡Se me salían los ojos del asombro, pero yo no tengo ojos! Yohohohoho

---Idiotas... ---unas lágrimas de alivio salían de los ojos de Nami, rápidamente las borro--- ¿Cómo esta, Chopper?

---Esta fuera de peligro ---dijo con una sonrisa el reno

---Logramos extraer el kairoseku ---dijo Law--- Gracias por tu ayuda, Usopp.

Law le dedicó una sonrisa pequeña, mientras que Chopper le abrazó fuertemente. Estaba muy agradecido.

---¡Era algo que sólo el gran dios Usopp podría hacer! ---grito Usopp exagerando sus movimientos

---¡Muy bien, así se hace, Luffy-san! ---decía Brook al ver como Chopper movía a Luffy hacia la habitación

---¿Tienen hambre? ---pregunto Sanji dejando su cigarrillo al lado.

---Odio el pan... ---susurro el ojeroso mientras caminaba hacia la cocina--- Me gustan los onigiris. 

Sanji solo se rió un poco, a veces, el
cirujano de la muerte, podía ser un poco infantil.

Luffy estaba bien, físicamente.

Su salud mental también lo estaría ¿cierto?

●○●

Zoro sentía un gran alivio, luego de beber un poco de sake había ido a ver a Luffy, este seguía inconsciente. 

A lo lejos se podía escuchar la música de Brook, todos arriba festejaban que la cirugía había sido un éxito.

Zoro estaba eufórico, había temido perder a su capitán.

Inconscientemente se había rehusado a darse cuenta que estaba enamorado de su capitán. Hasta que lo vio postrado en una cama, con la piel pálida y los labios agrietados, sus ojeras pronunciadas, su sonrisa ausente y su característica risa sin escucharse. Extrañaba todo de él, absolutamente todo. Le quería, demasiado para su bienestar. Era un idiota.

No por el hecho de que era hombre, si no que le afecto el hecho de que hasta ahora se daba cuenta de cuanto amor le tenia a su capitán.

¿Cómo podía ser el espadachín mas fuerte si no podía darse cuenta de sus sentimientos?

El espíritu era lo más importante, el honor y la gloria. Y así logró sentir la gloria al ver a su capitán menos pálido.

Se prometió que cuando su capitán despertarle le diría cuanto le amaba, no le prometía flores mucho menos un camino lleno de color rosa, le prometería lealtad plena. También le diría que si no era correspondido todo estaba bien. Sabía que su capitán nunca le echaría, en cambio, su capitán sería comprensivo o un completo idiota al no saber que significaba esa palabra.

Comenzó su serie de entrenamiento, junto a su capitán. Amaba su presencia, y no perdería ni un momento de él. 

Y le dolió un poco su corazón, porque sabía que era un completo idiota al darse cuenta hasta ahora de que le amaba.

Pero al menos lo sabía ya, el tendría una oportunidad ¿cierto?

Porque eres mi nakamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora