Séptimo año 10

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Estaba desesperada, no conseguía encontrar a George por ningún lado, y a estas alturas ya había comenzado a pensar lo peor.

"Habéis luchado con valor, pero en vano."- me recargue sobre una de las paredes mientras veía los rostros asustados de la mayoría.- "No deseó esto, cada gota de sangre mágica derramada es una terrible pérdida."- me reincorpore y seguí vagando por los pasillos, ahora llenos de gente inmóvil.- " Por tanto, ordenó a mis fuerzas que se retiren. En su ausencia, deshaceos de vuestros muertos con dignidad."- esta tramando algo.- " Harry Potter, ahora te hablo a ti directamente. Esta noche has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte a mi en persona. No hay mayor deshonor, reúnete conmigo en el Bosque Prohibido y enfréntate a tu destino. Si no lo haces, matare a todo hombre, mujer y niño que intente ocultarte de mí."

Fui aún con la piel de gallina hacia el Gran Comedor, allí están llevando a los muertos y heridos. Camine por los pasillos, con mi cara y ropa toda sucia y rasguñada.

Cuando entre la sangre se me congelo, ver todos los cadáveres, de gente que hasta el año pasado veía pasar con sus amigos por los pasillos.
Me paré al ver el de Dora y el profesor Lupin, ambos estaban al lado, con sus manos entrelazadas. Reprimí las lágrimas, no había tenido tanto contacto con ellos, pero eran buenas personas.

Sentí como un peso se me quitaba de encima al ver a dos pelirrojos idénticos abrazarse. Camine con lentitud hacia ellos.

- Alya, querida.- Molly se acercó a mi en cuanto me vio.- Gracias a Dios que estás bien.- quise responderle, pero en estos instantes solo podía mantener mi mirada fija en George.

Me deshice del abrazo de la mujer y camine hacia el chico. Este se poso frente a mi, pero también se mantuvo en silencio.

- George.- fue lo único que pude decir.

- Te perdono.- mis ojos se iluminaron al escuchar eso.- Pero no busques nada más que mi perdón.

- Entiendo.- bajé la mirada.- Gracias, para mi con eso es suficiente.- me di la vuelta y me topé con Harry.

- Harry.- abracé al chico.- No puedes ir, no solo, te matará.

- Si así consigo que todo esto paré.- era obvio el sentimiento de culpa del chico.

- No, no puedes morir Harry, eres nuestra última esperanza.- le cogí por los hombros.- Déjame ir contigo.

- No, debo hacerlo solo.- se soltó de mi y salió del Comedor.

Mierda, Draco, el debe estar en castillo, puede estar herido o muerto, ni siquiera había tenido tiempo de pensar en él. Salí corriendo en busca del rubio, me recorrí prácticamente todos los pasillos, hasta que lo encontré viendo el cuerpo de alguien.

- Draco.- me acerque a el por al espalda.- Estás bien.- se giró de inmediato y me abrazo, le seguí el abrazo gustosamente.

- No puedo más.- lloró en mi hombro.- Quiero que todo acabe ya.

- Tranquilo.- acaricié su cabello.- No queda mucho.

Escuchamos alboroto en el exterior, Voldemort llegó junto a todo su ejército. Cogí la mano de Draco y salí fuera, había ya mucha gente reunida allí.

- Harry Potter ha muerto.- apreté la mano de mi primo al escucharle. No puede ser.

- ¡No!- Ginny salió corriendo pero el señor Weasley la paró.

- ¡Silencio!- gritó enfadado.- Estúpida cría, Harry Potter ha muerto.- volvió a afirmar.- De ahora en adelante, me obedeceréis. ¡Harry Potter ha muerto!- todos los mortífagos comenzaron a festejar.- Es el momento de que os pronunciéis, uníos a nosotros o morid.- todo el mundo se mantuvo en su lugar.

- Draco.- mi tío comenzó a llamarlo, pero este no se movió, haciendo que me aferrase a su brazo.

- Draco, ven.- esta vez fue Narcissa la que se lo pidió, y sabía que no hacía falta nada más para que se fuese.

- No Draco, quédate.- le supliqué con un nudo en la garganta, este solo se soltó de mi agarre y camino hacia sus padres.

Bajo la atenta mirada de todos Neville comenzó a acercarse cojeando hacia Voldemort. Ver aquello hizo que terminase de perder la poca fe y esperanza que me quedaba.

- Reconozco que esperaba algo mejor.- dijo Voldemort al ver al chico acercarse.- ¿Y tú quien eres, joven?

- Neville Longbottom.- todos los mortifagos estallaron en carcajadas.

- Neville, seguro que te encontraremos un puesto en nuestras filas.- mire a mi al rededor, todos tenían caras de devastación.

- Quisiera decir algo.- Voldemort parecía enfadado por el pedido del chico.

- Estaremos encantados de oír lo que tienes que decir.

- No importa que Harry ya lo este.- escuchar aquello me hizo darme cuenta de lo que tenía que hacer.- Todos los días muere alguien, amigos, familiares...- camine despacio hacia adelante.- Si, hoy hemos perdido a Harry pero sigue con nosotros.- llegue hasta Hermione y coloque mi mano en su hombro haciendo que me mirase y me dedicase una triste mirada.- Aqui.- Neville tocó su lado izquierdo del pecho.- Y Remus, Tonks, todos ellos. No murieron en vano. Tú si lo harás, porque te equivocas, Harry nos llevaba en el corazón, ¡a todos!- del sombrero seleccionador que llevaba en su mano sacó la espada de Gryffindor, en ese momento Harry cayo de los brazos de Hagrid.

- ¡Potter!- Draco corrió hasta él para entregarle su varita.

Muchos de los mortífagos comenzaron a irse, podían esperarse lo que pasaría, entre ellos mis tíos. Corrí hasta Draco, una vez a su lado los dos corrimos hacia el interior del castillo.

Maleficios iban y venían en el interior del castillo.

- Draco escúchame, tengo que hacer algo para que Harry pueda matarlo.- agarre a mi primo por los hombros, haciendo que me mirase.- Hay que destruir los horrocrux que quedan, uno es Nagini... el otro soy yo.

- ¿Qué?- preguntó confuso.- No, no puede ser.

- Draco, tengo que hacerlo.- mire los ojos cristalizados de mi primo.- Por ti, por todos, los que han luchado en esta guerra, y los que han muerto en ella.

- Pero debe de haber otra forma.- antes de que el chico siguiese hablando lo abrace.

- Toma, dáselo a mi futuro sobrino.- me quite el anillo que él mismo me había regalado.- Y por favor, dáselo a George, dile que no hace falta que los conserve, puede venderlos, son de oro.- me quite la cadena con su anillo de compromiso y saque el mío del dedo.

- Te quiero.- le di un beso en la mejilla. No espere más y salí de allí deprisa, si seguía no sería capaz de irme a cumplir mi destino.

- ¡A mi hija no, arpía!- pare mi camino al escuchar a la señora Weasley, vi como se enzarzaba en una pelea con mi madre. En apenas unos segundos mi madre se había desvanecido, acabo de ver como mi madre ha muerto, y no he sentido nada.

- Alya.- la mujer se acercó a mi.- Quédate con nosotros.

- No puedo señora, debo encontrar a Harry.- esta asintió.- La Navidad que pase con ustedes fue la mejor de mi vida, y este jersey el mejor regalo.

-No hay de que querida, ya te haré más.- sonreí, aún sabiendo que eso sería imposible.- Me gustaría disculparme por como te trate, quiero que sepas que eres la mejor opción para mi pequeño George, y que estaré encantada de organizar vuestra boda cuando llegue el momento.

- Muchas gracias Molly.- le dedique una sonrisa triste.

SerpienteWhere stories live. Discover now