Tercer año 4

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No me moleste en ir al partido de quidditch que se celebraba hoy, uno porque estaba lloviendo y dos porque mi casa no jugaba. Aún así llegó a mis oídos que Harry había caído desde muy alto de su escoba, me preocupe un poco así que ahora estoy de camino a la enfermería para ver cómo estaba.
Cuando llegue estaba hablando con varios de sus compañeros de casa, escuche que su caída fue causada por los dementores. Luego Ron le mostró su escoba que estaba totalmente destrozada.
Como ya vi que se encontraba bien me dispuse a salir de la enfermería, una vez fuera una mano me agarro y me llevo a un lateral.

- ¿Se puede saber que haces?- dije algo molesta quitándome de su agarre.

- ¿A que fuiste a la enfermería?- era George.

- Tranquiló que no pretendía matar a Harry, si me disculpas me voy a hacer cosas de loca como mi madre.- comencé a alejarme de él.

- Espera, yo quería...- se rasco levemente la nuca mirando al suelo.- Yo quería pedirte perdón por lo del otro día, sabes de sobra que no pienso así de ti, eres mi amiga.- levantó su mirada y la clavó en mi.

- Está bien, no importa, tienes razón, mi madre fue mortífaga y está en Azkaban, es un hecho.- suspire.

- Pero tú no eres tú madre, no importa quien haya sido o que haya hecho, no tiene nada que ver contigo.- sonreí tras sus palabras.- Bueno, yo quería preguntarte si te gustaría venir conmigo a la próxima visita a Hogsmade.

- Claro, el año pasado tuve que rechazar ti invitación, pero este año si puedo ir.

- Bien, perfecto.- la puerta de la enfermería de abrió y de ahí salieron los que habían ido a visitar a Harry, menos Ron y Hermione, que supongo que seguirán con él. Neville me echo una mirada rápida y se fue junto a sus amigos.

- Hey George, te estaba buscando.- Fred se acercó a nosotros.- Oh hola Alya.

- Bueno, pues nos vemos mañana, adiós.- me despedí con un gesto con la mano y camine en dirección a las mazmorras. 


Me mire en el espejo una última vez antes de irme, retoque el bajo de mi vestido, cogí mi abrigo y mi gorro, fuera estaba nevando. Ya satisfecha con mi apariencia, baje a toda prisa a las afueras del castillo.

Estaba en un banco esperando a George, el resto de alumnos ya se había adelantado pero el aún no había llegado.

- Perdón por la tardanza tenía algo que hacer.- vino corriendo hacia mi, estiró su brazo para que yo lo agarrara.- Bien, ahora pongamos en marcha o nos dejaran atrás.
El camino estuvo lleno de sus chistes, no podía dejar de reír.- ¿Dónde quieres ir?

- La verdad que no me importa, podemos dar una vuelta si quieres.

- Si es lo que desea la señorita.- estuvimos un rato en un silencio algo incómodo.- Entonces, ¿has vivido siempre con los Malfoy?

- Si, mi madre fue capturada cuando solo tenía un año, así que mi pariente más cercano era Narcissa, la madre de Draco, que además es mi madrina. Me he criado con Draco desde siempre, más que mi primo lo considero un hermano.- le expliqué.- Se que él no es muy amable con el resto, sobre todo con tu familia, me disculpo por eso.

- No, tú no tienes que disculparte, tú no nos has hecho nada.- me dedico una sonrisa y nos acercamos un banco, aparte la nieve que había en este y luego nos sentamos.

- He de admitir que siempre os tuve algo de envidia.- lo mire avergonzada.- No es que no me guste mi familia, bueno a mi tío lo odio, pero vosotros siempre os habéis visto muy unidos y parece que os queréis mucho. Mi familia es más fría, bueno Draco solo en público.- reí al recordar al sensible de mi primo.

- Bueno, si es cierto, pero deberías de ver como se pone mi madre cuando nos regaña, se pone como una loca.- reía ante su expresión.  

Cuando los dos dejamos de reír nos miramos y comenzó a acercar su cara a la mía, bien Alya, esta vez no te separarás. Ladee un poco la cabeza y él imitó mi acción y nuestros labios por fin chocaron, sentí un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo, mordió levemente mi labio inferior haciendo que un jadeo saliera de mi boca y dándole la oportunidad a su lengua de entrar en mi boca, imite su acción, nuestras lenguas se encontraron jugando juntas, puse mis manos detrás de su cuello y él las suyas en mi cadera , después de lo que pareció una eternidad me separé de él porque sentía que me quedaba sin aire. Apoye mi cabeza en su hombro y toque levemente mis labios, ese había sido mi primer beso, un muy buen primer beso.

- Ha sido genial.- admití mirando hacia mis manos.

- Si lo ha sido, venga vamos a entrar a algún lado, estás helada.- colocó su dedo en mi mentón y levantó mi cara para dejar un pequeño beso en mis labios.
Nos levantamos y fuimos camino a las tres escobas de la mano, al llegar estaban Fred y sus amigos.

- ¿Te molesta si vamos con ellos, o prefieres estar solos?

- Oh, no, no me molesta.- me sonrió y tiro de mi hacia la mesa donde estaban sus amigos.

- Hola chicos.- les saludo muy eufórico, hagan hueco, un chico que estaba juntos su hermano se fue al banco de enfrente en el que había otras dos chicas, dejándonos hueco a los dos para sentarnos.- Bueno, os presento a Alya.- les sonreí algo tímida.

- Hola, yo soy Angelina.- ellos eran los chicos que estaban en el tren en primer año, les vi cuando estaba buscado al sapo de Trevor.

- Yo soy Alícia y el es Lee.- les sonreí ambos. Y bueno Fred no se presentó porque ya lo conocía.  

Me cayeron todos súper bien, eran muy divertidos y agradables, no como la gente de mi casa, estaba orgullosa de ser una Slytherin pero no puedo evitar preguntarme como seria todo si al final el sombrero hubiese decidido colocarme en la casa del león.

- Venga vamos ya es la hora.- nos levantamos de nuestros asientos y salimos del local, fuimos hacia el punto de queda para volver a Hogwarts, en mitad del camino George me cogió la mano y me sonrió.
Se acercó a mi y dejó un discreto pico en mi labios, pero sentí unos ojos mirándome, me giré y vi a Blaise mirándonos fijamente, agarre a George fuerte de la mano y me adelante dejando a Blaise atrás, luego hablaría con él.

- ¿Pasa algo?- George me miró intrigado.

- No, no pasa nada. Bueno ya hemos llegado, nos vemos mañana.- me puse de puntillas y dejo un beso en su mejilla.
Fui corriendo a mi habitación y me puse el pijama, bajé las escaleras y vi a Blaise solo, aproveché que mi primo no estaba cerca y fui hacia él.

- Hola Blaise, creo que sabes a lo que vengo.- hizo un gesto indicando que me sentará a su lado.- Agradecería que no dijeses nada de lo que has visto.

- ¿Y por qué no debería hacerlo? Seguro que a tu primo le gustaría mucho saber algo así.- mierda, va a ser complicado convencerle.- Podría dejarlo pasar si lo dejas y accedes a salir conmigo.- agarro mi silla y la acercó a él.

- Bien, quería que esto quedase entre nosotros, pero si no hay más remedio...- es hora de sacar mi lado más Slytherin.- No quería meter a nuestras familias en esto, pero te recuerdo que la mía es bastante más poderosa que la tuya, y vosotros dependéis de nosotros.- apretó su mandíbula.- ¿A quien crees que creería Draco, ¿a ti o a su querida prima?- me acerqué a él.- ¿Qué has dicho, qué me vas a lanzar la maldición de la muerte? ¿A una pobre e indefensa cría?- me dirigí hacia las escaleras.- Yo que tú pensaría antes de actuar, las consecuencias pueden ser terribles. Buenas noches, Blaise.- subí hasta mi habitación con la mirada en alto. 

Lo mejor para este tipo de situación es no dejarte caer presa del pánico, y ser peor que el que te está amenazando. Es una de las cosas buenas que tiene ser una Black.

SerpienteWhere stories live. Discover now