Cuarto año 12

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Caímos de nuevo al suelo, pero esta vez escuché fuertes aplausos. Lleve mis manos al abdomen e inmediatamente se llenaron de sangre, mire hacia mi izquierda y extendí mi brazo hacia Harry que lloraba en el regazo de un Cedric totalmente pálido y frío.

- ¡Aah!- se escucho un ruido de terror por parte de Fleur al darse cuenta de la situación.
El profesor Snape corrió hacia mi intentando parar el sangrado, pero no podía conjurar ningún hechizo cicatrizante porque aún tenía la daga clavada, justo antes de irnos mi tío la lanzo intentando dar a Harry, pero logro darme a mí. Dumbledore por su parte intentaba separar a Harry del cuerpo interne de Diggory.

- ¡Ha vuelto! Voldemort a vuelto.- Harry alegó aún sin soltar el cuerpo del Hufflepuff.- Cedric me pidió que trajera su cuerpo.- el lugar quedó totalmente en silencio, solo podían escucharse la palabras de Harry y mi entrecortada respiración.

- Tranquilízate, Harry.- Dumbledore intentó tranquilizar al chico que ya era un mar de lagrimas.- Estás en casa, estáis los tres en casa.

- ¡Permaneced en vuestros asientos! Acaban de matar a un muchacho.- cada vez escuchaba más distorsionadas las voces y sentí mi vista nublarse.

- ¡Es mi hijo!- un hombre se arrodilló al lado de chico que yacía a mi lado.

- ¡Alya, Alya!- sentí a alguien agarrar mi cara, no podía ver con claridad quién era, pero podía distinguir la voz de mi primo.- Profesor Snape, tiene que hacer algo, rápido.

- Bien.- el jefe de mi casa asintió.- Alya, esto te va a doler.- sentí como sacaban de golpe la daga que había permanecido clavada en mi abdomen todo el tiempo. Solté un grito que juro haberme desgarrado la garganta, luego quien supongo que era Snape acercó su varita a mi y comenzó a pronunciar un hechizo.
En ese momento cerré mis ojos y perdí totalmente la consciencia.


Abrí los ojos lentamente para ver una cabellera rubia a un lado de la cama en la que estaba y al otro un pelirrojo. Quite la manta que me cubría de encima mía y subí mi camiseta, destapando un cicatriz en el lado izquierdo de mi abdomen, pase mis dedos levemente por ella.

- Has despertado.- un pelirrojo somnoliento me habló.- Creo que lo tuyo con la enfermería ya es una afición.- se acercó a mi y posó su mano sobre mi cicatriz para darle pequeñas caricias.- Me extraño que tú primo me dejase quedarme, ni si quiera me dijo ni una vez que me fuese.

- En el fondo no es tan malo.- le sonreí y acaricie la cabeza del rubio de dormía a mi costado.

- Nos tenías muy preocupados, a todos.- se agacho para darle un pequeño beso a mi cicatriz, en ese instante no pude controlar mis lágrimas, que ya bajaban por mis mejillas.- Te quiero.- se acercó y limpio las lágrimas que no dejaban de salir.

- Yo pensé, pensé que me moría.- me lancé a sus brazos, y él me recibió gustosamente, yo me dediqué a llorar en su hombro, mientras él acariciaba mi cabeza y espalda.

- Estás aquí, conmigo.- me susurró.

- Suelta a mi prima, Weasley.- me separe aun con mi cara llena de lágrimas.

- Te veo luego.- me dijo para luego irse, y darnos intimidad al rubio y a mi.

- Joder, Alya, no puedes hacer esto cada dos por tres.- ahora era él quien me abrazaba.- Pensé que te perdía.- me apretó más fuerte hacia él.

- Draco.- me separe de él.- Él ha vuelto, aunque supongo que ya sabías de esto por lo de los mundiales.- le dije seria. Iba a hablar pero le callé.- Él mato a Diggory e intentó hacer lo mismo con Harry, él es mi padre.- su cara cambió a una de sorpresa.- No puedo volver a casa Draco.

SerpienteWhere stories live. Discover now