Cincuenta y dos

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Faltan dos minutos para la medianoche, lo que significa que está a punto de ser veinticuatro de diciembre por fin. Es la única razón por la que Harry está despierto, hace tiempo que su hora de dormir ha pasado y en su cabeza se encuentran las posibles consecuencias de no descansar el tiempo habitual, al que su organismo está acostumbrado.

No le importa tanto, en realidad un poco, pero lo disimula bastante bien al ser totalmente consciente de que la ocasión lo amerita.

Deja el movil sobre su regazo y se frota los ojos con los dedos teniendo cuidado de no irritarlos. Pega un bostezo tan grande que hasta él mismo considera que se ha robado todo el oxígeno del planeta.

Su propio chiste mental le provoca gracia así que él ahora está riéndose de manera muy silenciosa tan sólo para pensar que en serio necesita dormir porque en cualquier instante empezará a delirar; no puede.

Debe mantenerse despierto, lúcido, porque hoy para él es una fecha importante que ha mantenido pendiente durante toda la semana porque quiere ser uno de los primeros en llamar.

Es el cumpleaños de Louis, de su príncipe, del chico que lo abruma hasta el estrés y la concertación, pero que trae alegría a sus días monótonos y cualesquiera, ese que siempre parece tener demasiadas cosas tontas y tiernas para decir, que aún no es responsable con nada que no sean sus estudios, que tiene los ojos más preciosos que Harry ha visto jamás y el corazón más grande de todos.

El mismo que tiene la sonrisa más bonita y no deja de llamarlo por aquel sustantivo en cada oración que sale de su boca que con el tiempo se ha vuelto el nombre favorito del millonario y está tan acostumbrado que le resultaría hasta extraño que le dijera de alguna manera diferente.

Es el cumpleaños de Louis y sólo falta un minuto, uno que se siente eterno para el cansancio que Harry carga encima, pero que en sesenta segundos sucede y con apretar una sola vez la pantalla del celular ya está realizando la llamada. Se acerca el auricular al oído y parpadea con demasiada somnolencia mientras escucha el tono una y otra vez.

La línea es descolgada en un santiamén y la única razón por la que Harry dice las primeras palabras es porque se encuentra muy ocupado bostezando.

—¿Aló?— Louis se escucha en la diminuta bocina del teléfono. —¿Papi?

—Buenas noches, príncipe— Saluda. —Lamento llamar a esta hora.

—Oi, no te preocupes. Mamá escuchó el móvil y vio que eras tú así que me lo pasó.

—Pídele disculpas de mi parte, por favor.

—Está bien, papi. Lo haré. ¿Qué haces despierto a esta hora? Ya es muy tarde, ¿no tienes que ir a trabajar mañana?

—¿Qué pregunta quieres que conteste primero?

Louis suelta una risita diminuta, agotada, como si él también se estuviese cayendo del sueño y quizás Harry llega a la conclusión de que es por eso que está hablando en un tono de voz bajo, normal incluso.

—La primera.

—Estoy despierto porque aguardaba a la medianoche.

—Oh. Y... ¿para qué?

—Para felicitar a mi príncipe por ser el día de su cumpleaños.

Y de repente Louis se queda en silencio durante unos buenos segundos en los que Harry cierta los ojos y aprovecha para recostarse sobre el colchón sintiendo como el aire acondicionado le cala hasta los huesos aún cuando la temperatura está alta.

—¡Papi!— Chilla en un susurro quebrado porque de seguro no quiere llamar la atención de su madre en casa, y Harry lo comprende absolutamente. —¿De verdad estuviste esperando a que sea mi cumpleaños?

Baby Blue ✦ daddykink! [ls] | ✓Where stories live. Discover now