Treinta y cinco

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Louis tiene la pancita muy llena cuando acaban de desayunar y tal vez se la soba por encima de la gran camisa rosada que lleva puesta. Harry lo mantiene en su regazo mientras termina de beber su taza de café y escucha en silencio como su príncipe respira satisfecho.

Se toma el último trago de la bebida cremosa y deja la taza sobre el mantel junto a los demás platos vacíos, sabe que no tiene que llamar a nadie para vengan a recogerlos ni nada por el estilo y Harry considera subirle el sueldo a su cocinera porque últimamente se ha estado esmerando deliciosamente con la comida.

Por supuesto, esos son asuntos para otro día, uno en donde no tenga una ocupación disciplinaria en estos momentos.

—De pie— Le indica Harry.

Louis suelta un tarareo aguado, casi agotado.

—¿Por qué? Mi trono es muy cómodo, papi.

Harry arruga un poco las cejas algo confundido.

—¿Trono? No estás sentado encima de un trono, Louis. Esto se llama regazo.

El chiquillo se ríe y le hunde el dedo índice en la mejilla, girando el rostro sobre su hombro para intentar verlo a los ojos.

—Ya lo sé, papi. Pero tú siempre me llamas príncipe, entonces este viene siendo mi trono. Es pura lógica, duh.

—Hablaré con tu madre para buscar una mejor educación para ti, en esa escuela no te están enseñando las cosas como son.

Y Louis se vuelve a reír, y quizás por fin Harry le encuentra un poco de gracia al asunto, pero no llega a emitir ningún ruido porque se ha perdido en el hermoso sonido que desprenden las cuerdas vocales de aquel precioso niño.

El pensar que hace una hora estaba desgarrado entre las lágrimas y sus ojos todavía conservan los rastros de la tempestad aún cuando aquella curva de labios preciosa hace un esfuerzo inmenso por ocultar lo que alguna vez lo destrozó.

Harry lo sabe, es tan consciente de ello que no sabe si es capaz de soportarlo.

Se tiene que aclarar la garganta para recuperar la postura.

—Es momento de tu castigo, Louis. De pie.

El chiquillo abre mucho los ojos por un segundo y luego agita la cabeza en un asentimiento. Se levanta de encima de Harry, y él hace lo mismo, se dirigen hacia las escaleras en silencio y Louis se mantiene contra su costado a cada segundo, con la mejilla hundida en ese espacio y un puchero en los labios.

Harry se detiene en frente de la puerta de la habitación y la abre, Louis alza la mirada hacia él.

—Pensé que lo íbamos a hacer en tu despacho.

—Así es, pero me parece adecuado venir a buscar un par de cosas.

El chiquillo asiente sin mucho convencimiento en el semblante, quizás porque no entiende del todo qué han significado aquellas palabras, pero Harry no se preocupa mucho en explicárselas porque lo comprenderá por si solo.

Y Louis parece empezar a hacerlo cuando llegan hacia el armario, el millonario abre la puerta y la cantidad generosa de juguetes y accesorios sexuales aparecen delante de sus ojos. Louis jadea en voz baja y Harry arrastra la mirada hacia él.

—No debería ser generoso puesto a que estoy a punto de emplear un castigo contigo, pero te daré la oportunidad de elegir los objetos que quieras usar.

—¿Vas a torturarme?

—No. Voy a azotarte.

Harry observa como Louis se muerde el labio en un intento de ocultar una sonrisa burlona.

Baby Blue ✦ daddykink! [ls] | ✓Where stories live. Discover now