Cincuenta y uno

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Miguel ha llevado a Louis a casa hace ya un buen rato. En realidad, han sido horas, pero Harry ha estado trabajando tanto desde entonces que no se ha dado mucha cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo. No es como que aquello le afecte demasiado, él ya es experto en dejar la vida pasar mientras realiza sus obligaciones, así que no lo siente como algo inmenso.

Suelta un pequeño suspiro guardando un nuevo archivo, le coloca un nombre para poder identificarlo en el futuro cuando lo necesite y se dice a sí mismo que quizás es momento de un pequeño descanso en el que puede ir al baño, a tomar agua, comer algo y llamar a Louis porque ahora recuerda que la única razón por la que se marchó fue por que su madre se dedicó a llamarlo y recordarle que está bajo un castigo cuya duración aún es indeterminada.

Harry sólo pudo escuchar los chillidos de parte del chiquillo que reclamaba que en su casa no iban a hacer nada, y que estaba en la oficina del millonario por lo que no había manera en que pudieran hacer otro bebé (esas han sido realmente las palabras de Louis y Harry todavía no puede creer que haya dicho algo cómo eso a su madre) aún cuando los dos saben que eso es mentira.

Al final el chiquillo ha tenido que irse entre lágrimas de cocodrilos y pequeñas súplicas hacia Harry que no eran más que peticiones para que hablara con Johannah y le permitiera quedarse.

Harry se ha negado por supuesto y por eso lleva alrededor de cinco o seis horas sólo en una oficina inmensa como cualquier otro día de trabajo normal. No ha estado tan mal, piensa que incluso la soledad le ha caído bastante bien porque ha conseguido adelantar mucho de sus archivos y con Manuel han resuelto un millar de asuntos para los próximos tres días.

Ha sido un suceso total, Harry merece este descanso.

Se pone de pie, estira el cuello y un poco la espalda, abre el primer cajón para sacar su móvil, sale de atrás del escritorio y camina hacia la puerta tan sólo para salir. Sus ojos se pasean por toda el área, hay algunos puestos vacíos porque resultan ser ya las siete de la noche y hay unos cuantos, como el de Manuel, que todavía se encuentran ocupados por gente con el posible miedo de perder su empleo o una noción lúcida de que tienen responsabilidades con las que deben cumplir.

Harry asiente para sí mismo y da unos cuantos pasos silenciosos hasta llegar a donde su secretario.

—Manuel— Le llama.

El muchacho levanta la cabeza de manera demasiado brusca, a Harry no le sorprendería sí resulta quedar con el cuello fracturado.

—¿Si, señor Styles?— Balbucea.

Deja literalmente todo lo que tiene en las manos para prestarle su total y absoluta atención. Harry quiere poner los ojos en blanco como siempre porque no considera que sea necesaria su excentricidad.

—Quiero que busques los mejores restaurantes españoles y preguntes por los horarios, luego dile a Miguel que tenga el coche listo dentro de quince minutos exactos y hazle saber la dirección de cualquiera que hayas elegido.

Manuel traga saliva visiblemente, Harry frunce el ceño.

—¿Elegir... Yo?

—No estoy hablando con nadie más en estos momentos, Manuel. Sí, tú.

—Pero... Pero ¿y si no hago una buena elección, señor?

El millonario lo mira y quizás se le antoja un poco asustar a su secretario para ver sí deja de comportarse de manera tan extraña, porque sí, Harry se ha fijado en la manera en la que ahora le tiemblan ligeramente las manos y no lo entiende.

—Entonces ve despidiéndote de tu cuello.

Y eso es suficiente para Harry, quien se gira y mira de soslayo como Manuel jadea en silencio y se pone las manos en el cuello como si de verdad fuese a perderlo. Resulta ser gracioso, pero Harry no hace ningún gesto facial que demuestre su pulcra diversión.

Baby Blue ✦ daddykink! [ls] | ✓Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ