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Cuarenta y dos

N/A: segunda parte del especial de smut, me llevó unas 4k+ de palabras, así que no se pasen de lanza y comenten y voten y párenme bola que la tristeza de haber perdido todo de esta fic todavía me puede.

La frase "hogar, dulce hogar" nunca ha sido tan bendita para Harry y Louis en el preciso instante en el que cruzan la puerta de la entrada de la casa del millonario.

Son pasadas ‪las siete de la noche, quizás está cerca de ser ‪las ocho, pero eso es algo que ninguno de los dos sabe, mucho menos Louis que se encuentra dormido en los brazos de Harry después de haberse rendido en el asiento del coche.

Ha sido un día pesado, para Harry hubiese sido como cualquier otro, pero el pobre chiquillo no está acostumbrado a la agitada rutina empresarial que él lleva. Louis se ofreció a ayudarlo a hacer revisar los reportes, pero las cosas no salieron como se supone que debían cuando Louis comenzó a confundir los números, provocando que Harry tuviera que empezar todo de nuevo.

El millonario no se molestó, mucho menos le dio una reprimenda por su error, él fue plenamente consciente de que su trabajo no es algo que Louis podría comprender desde el primer minuto y no tuvo ningún problema al momento de arreglar todo desde el inicio.

Le permitió que le acompañara a las reuniones, pidiéndole estrictamente que guardara silencio y escuchara, que quizás alguna de la información que se compartiría podría servirle en algún momento de su aprendizaje o incluso su vida.

Louis fue bastante obediente, sobre todo en la segunda reunión, pero eso solo fue porque se quedó dormido a mitad de la junta, con la cabeza entre los brazos y la espalda encorvada de la manera más incómoda en la que se estar. Harry sintió mucha pena al verlo así, por lo que decidió que lo mejor era realizar los procesos mediante correos electrónicos y mensajes de texto.

No pareció haber ningún problema, después de todo la tecnología predomina en sus tiempos y Harry cree que firmemente que debe aprovechar las facilidades que dispone.

Cuando todos los presentes abandonaron la sala de reuniones, el millonario se dedicó a tomar a Louis en brazos, colocando su cabeza con cuidado en el hombro y sosteniendo su cuerpo por las piernas. Encontró algo incómoda la posición, así que hizo esto de entrelazar los brazos debajo de su trasero para un mejor soporte.

Fue una idea bastante eficiente, y Harry salió del salón para dirigirse hacia su oficina con el chiquillo en brazos y buscar sus cosas para poder marcharse. Resultó ser un poco difícil presionar el botón del ascensor o empujar la puerta de salida, pero Harry tuvo la suerte de que varios empleados le ayudaron en la situación, incluyendo a Miguel quien evitó que Louis se golpeara la cabeza con el techo del coche al momento de entrar.

En el viaje completo directo a casa fue silencioso porque nadie quiso despertar a Louis, y cada tanto, sin querer realmente revelar que eran de a dos segundos, Harry le dejaba alguno que otro pequeño beso y caricia en la esquina del pómulo o incluso en la mejilla.

En algún instante y a pesar del tráfico, consiguieron llegar a la casa de Harry. Así que allí están ellos, Louis probablemente en el quinto sueño y Harry subiendo las escaleras para llevarlo a la habitación.

No le ha resultado difícil estar con el chiquillo en brazos, Louis es un poco más ligero de lo que alguna vez pudo pensar y Harry tampoco se considera incapaz de cargar más de su propio peso.

Logra abrir la puerta con una sola mano y con un largo suspiro apoya la rodilla en el colchón y deja a Louis sobre la cama, lo acomoda en el espacio en el que suele dormir cuando se ha quedado en su hogar y Harry se dedica a quitarle los zapatos.

Le quita los calcetines también y no le sorprende ver las caritas felices impresas en la tela, agarra el calzado y camina hacia el closet para guardarlos allí y buscar unos más cómodos para la mañana. Aprovecha también y tiene la intención de buscar una pijama para Louis, y la consigue.