- No puedo creer que te hayas unido a semejante mierda.- lo mire molesta, y pensar que había pensado en decirle lo del Ejército de Dumbledore, y esta decidida a hacerlo.

- No es una mierda.- me miro con desprecio.- Umbridge esta haciendo que por fin este colegio merezca la pena.

- Pensé que eras distinto Draco, pero ya veo que no eres más que una copia barata del idiota de tú padre.- levante la voz.

- No vuelvas a decir eso.- me gritó.- Mi padre es un hombre con honor.

- Oh claro, ahora toda la familia tiene honor.- intente bajar el tono de voz- Asúmelo de una vez Draco, tu padre es mal hombre, además de un cobarde.- suspire.- No te hagas el sorprendido Draco, toda nuestra familia es igual, tenía la esperanza de que fueses distinto, pero ya veo que no.

- La única sin buenos valores aquí eres tú, quién diría que no fuiste criada por la una familia de asquerosos muggles o traidores de la sangre.- dijo con desprecio.

- Créeme que me sentiría más orgullosa si así fuese.- le conteste igual.- Al menos no sentiría asco cada vez que os veo.- antes de que pudiese responderme fui hasta mi habitación a toda prisa.


Los días pasaron y la clases iban muy bien, aprendían rápido. Pero la arpía sospechaba algo, aún así no dejábamos ninguna prueba de lo que sucedía en la Sala de Menesteres. Las cosas con Draco siguen igual de mal o incluso han empeorado desde nuestra discusión, creo que espera a que vaya a pedirle disculpas, pero a decir verdad yo esperaba lo mismo por su parte.                        Por otra parte, mi relación con George cada vez va a mejor, aunque ahora pasemos la mayor parte de nuestro tiempo libre entrenando para el Ejército de Dumbledore. 


Estaba en un lugar oscuro, el señor Weasley estaba allí, algo se lanzó hacia él golpeándolo varias veces, dejando heridas por todo su rostro. Me desperté de golpe y sudando.
Salí corriendo de mi sala común para ir a la de Gryffindor, cuando llegue vi a Harry, junto a Ron y la profesora Mcgonagall.

- Harry, ¿los has visto verdad?- le pregunte.

- Vamos señorita Black, vamos a ver al profesor Dumbledore.- Mcgonagall agarro mi brazo y caminamos a toda prisa al despacho del director.

- En el sueño, ¿estabais junto a la víctima o contemplando la escena desde arriba?- el profesor Dumbledore nos preguntó de forma calmada. En la sala nos acompañaban el resto de pelirrojos.

- Estaba como si...- lo cierto es que la perspectiva era como si fuésemos nosotros los que causábamos el daño al señor Weasley.- Profesor, ¿puede decirme lo que ha pasado?- dijo Harry nervioso.

- Everard, Arthur esta hoy de guardia.- le habló al cuadro.- Asegúrate de que lo encuentre la gente adecuada.- el hombre del cuadro desapareció.

- ¡Señor!- Harry intentó llamar su atención, pero Dumbledore le ignoró.

- ¡Phineas! Debes ir a tu retrato de Grimmauld Place y avisar de que Arthur esta grave mente herido.- iba a avisar a la Órden.- Y que sus hijos llegaran pronto con un traslador.

- Ya lo tienen, Albus.- el hombre del cuadro volvió.- Falto poco, pero creen que sobrevivirá.- mire a los hermanos que tenían una expresión de susto y preocupación en el rostro.- Y aún mejor, el señor tenebroso no consiguió lo que pretendía.

- Gracias a Dios, ahora...- mire a Harry que estaba casi hiper ventilando.

- ¡Mírenos!- interrumpí a Dumbledore.- ¿Qué nos está pasando?

- ¿Quería verme, director?- Snape apareció.

- Severus, me temo que no podemos esperar.- le dijo Dumbledore.- Ni siquiera a que amanezca o todos seremos vulnerables.

Snape nos llevo a Harry y a mi a una habitación en la que no había estado nunca, ni sabía ni de su existencia.

- Parece haber una conexión entre vuestras mentes y la del Señor Tenebroso.- sacó un montón de herramientas raras.- Si él es consciente de eso, de momento no está claro.

- ¿Está diciendo, que si lo sabe, podría leernos la mente?- preguntó Harry.

- Leerla. Controlarla. Desquiciarla. En el pasado el Señor Tenebroso gozaba invadiendo las mentes de sus víctimas, creando visiones diseñadas para torturarlos hasta la locura. Solo después de extraerles el último exquisito gramo de agonía, solo después de tenerlos literalmente suplicando su muerte, los mataba. Usando correctamente el poder de la oclumancia, os ayudará a escudaros de su acceso o influencia. En estas lecciones, intentaré penetrar en vuestra mente, e intentaréis resistiros.

Esa misma noche comenzaron las lecciones, a Potter le costó conseguirlo, de hecho se le daba bastante mal, sin embargo yo no tarde más de tres días en conseguir bloquear mi mente completamente.


Las vacaciones de Navidad llegaron, e iría Grimmauld Place, junto a los Weasley, Hermione y Harry. Esta vez no me había ni despedido de Draco, eso me entristecía, él y yo hemos sido siempre muy unidos, pero últimamente no nos damos ni los buenos días.

Estaba yendo hacia el despacho de Dumbledore, el profesor Snape me dijo que me reuniese con ellos antes de irme. Toque la puerta y entre.

- Señorita Black, ya está aquí.- Dumbledore habló al verme.- Venga, acérquese.- Snape se encontraba al lado del anciano.- Esperó que disfrute de sus vacaciones señorita.

- ¿Para que estoy aquí?- preguntó confusa.- No creo que sea para desearme una Feliz Navidad.

- Vera señorita Black, debo pedirle un favor.- Dumbledore se acomodó en su asiento.- Hemos pensado que su posición con el Señor Tenebroso podría sernos beneficiosa.

- No entiendo.- tome asiento delante suya.

- Me gustaría que cuando nos sea necesario, se infiltre en los mortígafos.- me levante de golpe al escuchar eso.- Se que es arriesgado señorita.

- No solo es arriesgado, es una locura.- los mire a ambos.- No quiero hacerlo.

- No se trata de lo que usted quiera señorita, si no de lo que se debe hacer.- me contesto Snape.

- Bien, lo hare.- Dumbledore asintió tras mi respuesta- Pero quiero algo a cambio.- Snape fue a reprochar mis palabras, pero Dumbledore le paro.

- ¿Qué desea?- pregunto amable.

- Pase lo que pase, y me da igual lo que haga, quiero que Draco no sea culpado por ningún delito.- estaba enfadada con él, pero eso no quiere decir que deje de preocuparme de él.- Además profesor Snape se de sus contactos dentro de los mortífagos, espero que pueda conseguir que mis tíos no involucren a Draco en nada de esto, quiero se mantenga alejado.

- Sobre lo primero, estate tranquila.- me dijo Dumbledore.- La otra parte... estoy seguro de que el profesor Snape hará todo lo que este en su mano para conseguirlo.

- ¿ Y cómo quiere que me infiltre entre los mortífagos?

- Le avisare cuando sea el momento, o usted misma lo sabrá. Ahora váyase a disfrutar las vacaciones.- me despedí de ambos


Salí del despacho y fui a recoger todas mis cosas, voy a disfrutar estas vacaciones al máximo, nadie sabe las cosas que pasarán después, puede que sean los últimos momentos felices en mucho tiempo.

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