Capítulo 58- Primera parte: Psicópata.

Start from the beginning
                                    

— La montaña rusa —sugiere Caleb, abrazando por encima de los hombros a su novia.

Mikhail, quien está a mi lado, me mira de reojo con una sonrisa divertida.

— Tienes chocolate en toda la cara y los dedos —señala de forma baja, dejando la conversación de los demás a un lado.

Tuerzo una mueca divertida.

— No me di cuenta.

— Déjame y te ayudo —se ofrece y con su dedo pulgar quita el chocolate de mis comisuras. Su dedo se desvía y acaricia mis labios con sensualidad.

— Pensé que querías ayudarme —me burlo, fijándome en su mirada la cual contempla mis labios.

— Eso quiero, pero hace ya un día que no te beso por darte espacio —alza la vista sin aun apartar su dedo de mis labios.

Con una sonrisa coqueta meto su dedo en mi boca y comienzo a succionar el chocolate sobre el con sensualidad.

Sus ojos se pintan con deseo y una sonrisa que logra encender cada parte de mí se asoma en esos labios tan bonitos que tiene.

— Creo que no deberías provocarme, no si no haremos nada después —susurra solo para que yo escuche.

Echo un vistazo a los demás, están sumidos en la conversación sobre que atracción visitar.

— Lo siento, cariño, pero Andrés nos cohíbe de muchas cosas —saco el dedo de mi boca y le guiño un ojo.

— Estás siendo mala conmigo —hace un puchero que me hace sonreír.

— Agradece que Andrés está, no queremos que Elliot venga ¿o sí?

— No ahora. ¿Y luego?

Arrugo la nariz.

— ¿Niños, Mikhail?

— Quiero una niñita preciosa —me dice, y puedo ver lo emocionante que le parece la idea.

La verdad los niños son lo último en lo que pienso, hay cosas más importantes como estudiar, trabajar, independización... y no podemos hacer todo eso con un bebé a nuestro lado.

— Pues tendrás que esperar mucho, querido Mikhail. Debemos estudiar, trabajar, y luego Elliot y su hermanita podrán venir al mundo.

Me sonríe de lado.

— Promételo.

— Qué sí, cariño —acaricio su mejilla, sintiendo como el malhumor desaparece—. Una niña preciosa, de ojos aceituna como los tuyos.

— Y una cara bonita como la tuya —me da un beso en la cabeza, haciéndome sonreír como tonta—. Y Elliot con el cabello como el tuyo y una sonrisa tan preciosa como la que tú tienes.

— Y los ojos como los del tío Matt y una naricita como la tuya.

— Listo. Entonces empezamos con la casa embrujada.

Naza, quien bebe un refresco, sentencia a donde iremos.

— ¿Están de acuerdo, chicos? —cuestiona María, mirándonos de reojo.

Mikhail asiente.

— Por mí está bien.

— ¿Nat?

Todos me miran, interesados por mi respuesta.

— Eh...no soy amiga del terror —me encojo de hombros—. Pero pueden entrar mientras yo termino las donas sentada afuera.

Estrella Fugaz © [Completa ✔] Where stories live. Discover now